Los huelguistas de Lugo vuelven a recoger la basura tras la alerta sanitaria

 Trabajadores de Urbaser, en huelga desde hace diez días, accedieron en la tarde de este martes a volver al tajo para recoger la basura acumulada en 57 puntos de la ciudad donde se había decretado la alerta sanitaria. Nueve camiones y dos cisternas de Urbaser, empresa concesionaria del servicio, salieron cerca de las ocho de la tarde, entre los aplausos de sus compañeros, con una dotación de 12 conductores y 17 peones.

 Los 139 trabajadores, que hasta ahora se habían negado a cumplir los servicios mínimos por considerarlos abusivos, decidieron en asamblea volver momentáneamente al trabajo para evitar un problema sanitario. Pese a su reticencia inicial, finalmente la empresa permitió que entre los que salieron a recoger la basura figurasen los diez operarios que habían sido despedidos por el incumplimiento de los servicios mínimos. Fuentes de la representación sindical de la CIG mostraron su confianza en que, tras este gesto, se pueda llegar a un acuerdo para poner fin al conflicto. Los huelguistas piden la actualización de sus salarios, congelados desde hace tres años, y el mantenimiento de una paga extra de 600 euros.

Ante el enquistamiento de la huelga, el gobierno municipal había lanzado por la mañana un ultimátum a los trabajadores y a la empresa con la amenaza de pedir la intervención de la Unidad Militar de Emergencias para retirar los desperdicios. El pasado fin de semana, cuando la huelga coincidió con la celebración de la multitudinaria fiesta romana del Arde Lucus, el Ayuntamiento ya recurrió a la empresa pública Tragsa para recoger la basura en algunas zonas de la ciudad.

Con ya 850 de toneladas de desperdicios en la calle y numerosos puntos en alerta sanitaria, el ejecutivo municipal advirtió ayer por la mañana que esta vez los efectivos de Tragsa no serían suficientes y que ya había entablado conversaciones con la Delegación del Gobierno para reclamar la presencia del Ejército. Al mismo tiempo, el gobierno del socialista Xosé López Orozco abrió expediente por “infracción contractual muy grave” a Urbaser debido al incumplimiento de los servicios mínimos. En paralelo, la empresa denunció a su plantilla ante la autoridad laboral acusándola de llevar a cabo una huelga “ilegal y abusiva”.