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El TSJA condena a la confederación del Guadalquivir por inundaciones en Jaén

El alto tribunal considera que el ente estatal incumplió las labores de vigilancia y limpieza

Ginés Donaire

La madrugada del 4 de marzo de 2001 Andújar (Jaén) sufrió una de las inundaciones más graves de su historia reciente. La crecida del Guadalquivir obligó a desalojar a decenas de personas de los anejos de La Ropera, La Isla o El Sotillo. Sin embargo, esa riada se llevó por delante más de 200 hectáreas de cultivos, que ya habían quedado dañados por otras inundaciones menores de los años 1996, 1997 y 1998. Ahora, casi 18 años después de los primeros daños, el TSJA ha condenado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) a indemnizar a los agricultores que decidieron emprender la vía judicial y declinaron el acuerdo extrajudicial alcanzado con la mayoría de los 130 afectados en 2003.

En una sentencia firme, el TSJA condena a la confederación a abonar algo más de 400.000 euros a una quincena de agricultores de los poblados de Andújar y de Marmolejo. Sin embargo, el fallo también le obliga a pagar los intereses de demora que, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido, podrían ascender a otros 300.000 euros, según la estimación de los agricultores. La sentencia culpa a la confederación de la falta de vigilancia y limpieza en el cauce del Guadalquivir, lo que provocó unas inundaciones de las que los agricultores responsabilizan al tapón que ejerce la antigua presa de Marmolejo.

Los agricultores sufrieron graves daños en sus explotaciones (algodón, hortalizas y frutales, principalmente) hasta el punto de que tuvieron que arrancar el 90% de las plantas y esperar al menos tres años para volver a sembrar. “Había incluso una cooperativa de ciruelas que se vio obligada a cerrar por culpa de las inundaciones”, indica Juan Conde, portavoz de la Plataforma en Defensa del Guadalquivir creada en su día para agrupar a los agricultores afectados.

Aunque fueron unos 130 los agricultores perjudicados, la mayoría de ellos (112) alcanzó en 2003 un acuerdo extrajudicial con la Confederación del Guadalquivir para que les compensara por los daños producidos. En concreto, recibieron una cantidad global de algo más de 900.000 euros (en torno al 75% de las pérdidas), además de cobrar entre 30.000 y 36.000 euros por hectárea para cada afectado por las expropiaciones necesarias para la ejecución de un nuevo proyecto de encauzamiento del río a su paso por el puente romano de Andújar.

Pese al nuevo encauzamiento, los agricultores de esta parte del curso medio del Guadalquivir siguen culpando de las frecuentes inundaciones al impacto que produce la presa de Marmolejo, que la Confederación del Guadalquivir ha rechazado demoler. La presa de Marmolejo se terminó de construir en 1962 para la producción de energía eléctrica. Sin embargo, el dique de la presa no tiene aliviaderos de fondo, por lo que solo evacua agua por las compuertas altas cuando hay crecidas. De este modo, acumula miles de toneladas de barro por el efecto barrera que encuentra el río aguas abajo.

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