Una depuradora paralizada por impagos anula una playa en Moncofa

Cuando Juan Sevilla se compró una casa hace unos cuatro años para vivir en la playa sur de Moncofa no sabía que iba a ser el inicio de una larga batalla. “Pensé que iba a estar en el paraíso y es todo lo contrario”, lamenta. Sevilla es el presidente de la asociación de vecinos La Torre de Moncofa, una urbanización de unos doscientos vecinos casi pegada a Xilxes, la más alejada de la invasión del ladrillo de la zona norte, pero que lleva años sufriendo las consecuencias del urbanismo descontrolado. Pese a vivir en primera línea de playa, no se pueden bañar. El aumento de la construcción al sur del río Belcaire (que divide el municipio) ha colapsado la pequeña estación que durante años depuraba las aguas residuales urbanas. La consecuencia: las aguas fecales se vierten al mar desde hace años sin que las Administraciones hayan puesto fin a este grave problema. Y la construcción de la gran depuradora prevista durante la explosión urbanística está paralizada por impagos.

El juzgado de Instrucción 1 de Nules tiene abiertas unas diligencias previas por un presunto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente después de que estos vecinos decidieran, el pasado año, pasar a la acción y denunciar los vertidos y los olores que soportan en verano (cuando la población se multiplica) a todas las Administraciones y a los tribunales. El juez se ha dirigido a distintos organismos y administraciones para reclamar informes como estudios ecotoxicológicos, según han informado desde el Tribunal Superior de Justicia valenciano. Todavía espera la llegada de algunos informes.

“Lo que ha pasado en esta zona es un ejemplo de las consecuencias del estadillo de la burbuja inmobiliaria”, explica Francisco González, portavoz del Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen). Moncofa cuenta con una depuradora para la zona norte proyectada para dar servicio a una población que era de 4.000 personas. Ahora es de 7.000 y en verano se dispara. La zona sur (donde viven las 200 familias de La Torre) cuenta con una pequeña estación que hasta antes del boom era suficiente.

Pero llegaron los urbanizadores y Moncofa aprobó planes que suponían disparar la población hasta 120.000 habitantes. Se contempló entonces construir una macrodepuradora de casi 10,8 millones. Casi el 80% lo pagaría el ayuntamiento con los ingresos que aportarían los agentes urbanizadores. El 12,36% lo pagaría la Generalitat y el 8,24% restante la Diputación. Las obras, ejecutadas por la Epsar, se empezaron y se pararon hace cuatro años porque se dejó de pagar. La planta ha sido objetivo de saqueadores.

“El problema viene porque había cinco y seis PAI en marcha y cada uno tenía que pagar su parte, no cumplieron, los urbanizadores han ido desapareciendo y ahora es el Ayuntamiento el que debe hacer frente a esto”, explica el alcalde, Jaime Picher (PSPV) .

Juan Sevilla explica que se edificaron 900 viviendas en la zona sur que se ven obligadas a utilizar su pequeña estación. También un camping cercano. Y la situación, dicen los vecinos, es límite. Este año harán una campaña para informar a turistas y comercios de los vertidos. Desde el año pasado hay un cartel (que apenas se mantiene en pie) que prohíbe el baño en la zona. “Sabemos que este verano estaremos igual, pero no queremos llegar al siguiente con el mismo problema”, advierte.

El alcalde de Moncofa admite el “grave problema de salud pública y medio ambiental”, como dijo en un pleno, y afirma que lleva tres años intentando resolverlo. La falta de dinero (el presupuesto pasó de 30 a 13 millones) ha alargado la paralización de las obras pero asegura que han logrado reunir los cinco millones que faltaban y que solo esperan a que la Consejería de Hacienda les apruebe el endeudamiento y ordene la reanudación de las obras. Picher se queja de no haber recibido el apoyo de la Diputación ni del Consell. El bloqueo de la depuradora llegará esta semana al pleno de las Cortes.