Los trabajadores de Panrico deciden mantener la huelga
El paro contra los despidos en la fábrica de Santa Perpètua comenzó hace más de siete meses
Los 200 trabajadores de Panrico que llevan más de siete meses en huelga han decidido mantenerla 110 votos contra 66. Los huelguistas de la planta de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) han celebrado esta mañana una asamblea en la que han discutido qué hacer después de que el jueves la empresa les ofreciera rebajar un 40% el número de despidos a cambio de despedir al comité de empresa y los trabajadores más activos durante la huelga.
Un extremo que hoy mismo, 48 horas después, Panrico ha desmentido “categóricamente” a través de un comunicado que asegura que “jamás ha planteado ninguna propuesta que suponga quebrantar la Ley o vulnerar de los derechos de los trabajadores”.
De acuerdo con el ERE, en la fábrica este año deben ejecutarse 133 despidos: la rebaja sería de 53, de forma que se reducirían a 80. Pero los huelguistas entienden que las condiciones son “un chantaje intolerable”. “De todas formas vamos al matadero”, es la frase que corre de boca en boca pensando en los 133 despidos que faltan. “Mi voto es que la lucha sigue”, llevan muchos pegado en las camisetas para que no haya duda.
El presidente del comité de empresa, Ginés Salmerón (CC OO), se ha mostrado partidario de desconvocar y ha insistido en sus intervenciones en la necesidad de que los trabajadores se mantengan unidos. “Gila [el consejero delegado] se ha ahorrado 200 nóminas durante siete meses, le conviene que mantengamos la huelga”, ha considerado. Los llamamientos a la unidad han sido constantes desde el comité: “No hemos llegado aquí todos para que la empresa nos vea divididos”, ha defendido el delegado del sindicato en la fábrica, Félix Yela. Bea Arenas, por su parte, se ha mostrado partidaria de seguir con una huelga de la que ha destacado la “soledad” de sus protagonistas.
En general, el sentimiento de los huelguistas se puede resumir con intervenciones como las que han afirmado que “Dentro o fuera nos van a echar” o “Si entramos vamos al matadero”. La asamblea ha sido tensa: mientras hay trabajadores que acumulan mucho cansancio, no aguantan más sin cobrar y quieren volver a trabajar; otros son partidarios de llegar “donde sea” incluso ante el supuesto que defiende la empresa, que tras la sentencia del ERE es ilegal. También se han escuchado duras críticas al comité de empresa, aunque otras voces recuerdan y celebran que han sido los interlocutores oficiales durante estos siete meses.
La asamblea de este sábado se ha celebrado tras una semana de vértigo, que comenzó el lunes con la sentencia de la Audiencia Nacional que avala el grueso de los 745 despidos (589), aunque prohíbe llevar a cabo los 156 previstos para los próximos años. El lunes los trabajadores en huelga no fueron capaces de tomar una decisión en caliente. El miércoles la volvieron a aplazar a la espera de la reunión con la empresa del jueves.
Tras la reunión, la empresa difundió un comunicado en el que manifestó que “quiere participar en la designación de la plantilla restante más idónea para obtener los criterios de eficacia y eficiencia que persigue el plan industrial y estratégico aprobado” y que “necesita a los mejores profesionales para hacer de la planta de Santa Perpètua [...] un ejemplo de eficacia y competitividad para competir con éxito y garantizar un futuro sostenible”. Además, advirtió de que si se mantiene el paro, reclamará por “huelga abusiva”. Un portavoz de la empresa se ha puesto en contacto hoy, 48 horas después, por teléfono con este diario para “desmentir” la versión de los sindicatos sobre lo que ocurrió en la reunión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.