Dos vitorianos apuestan por la ‘insumisión censal’
Reclaman poder darse de baja en el censo para las elecciones en las que no deseen participar
Dos vitorianos autoproclamados "insumisos" han decidido no presentarse el domingo a las mesas electorales a las que han sido convocados por sorteo y han hecho un llamamiento a los ciudadanos para que se sumen a una campaña que exija que la inscripción en el censo electoral no sea obligatoria.
Carlos Zulaika y Antonio Escalante han comparecido hoy en rueda de prensa para informar de su decisión, por motivos de conciencia, de no acudir el 25 de mayo a la constitución de las mesas electorales tras ser designados para ello.
Según han explicado, se enfrentan por ello a "una pena de prisión de tres meses a un año o a una multa" al no justificar su inasistencia por las razones por las que podrían quedar exentos previstas en la Ley de Régimen Electoral.
Sería tan "sencillo", han explicado, como que los ciudadanos eligieran si desean figurar o no en el censo. Si una persona optara por renunciar a sus derechos electorales no podría votar pero tampoco formar parte de las mesas electorales.
Los dos vitorianos participaron activamente hace 25 años en las campañas de insumisión al servicio militar, pese a que fueron declarados exentos de la mili por "inútiles para el servicio".
En 1993 uno ellos, Antonio, ya presentó una solicitud para su exclusión del censo electoral que fue desestimada y ahora ambos quieren impulsar una campaña para que los ciudadanos, que por distintas razones no quieran participar en comicios, luchen para que se derogue la "imposición" de formar parte del censo electoral.
Estos dos vitorianos han incidido en que en estos momentos hay "más razones que nunca" para no avalar el sistema electoral, pero han indicado que cada persona puede tener sus motivos para no participar en los comicios, bien por la "desafección" hacia la clase política, por motivos religiosos o por otros argumentos como los que esgrimen los antisistema o quienes defienden la "autogestión" y la toma de decisiones a través de asambleas de ciudadanos.
Ambos, más allá de sus casos particulares, han propuesto que esta actitud "desobediente" sirva para que otros ciudadanos se animen a hacer frente a una "imposición" y a no contribuir a mantener un sistema de gobierno y una forma de entender la política en la que lo que menos importa, han señalado, son las necesidades de las poblaciones.
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