Rostros tras los volantes
El Archivo Histórico de Sevilla recibe tres álbumes con fotografías y datos de conductores que obtuvieron sus carnés entre 1934 y 1939
Imágenes en sepia y negro. Datos, fechas, nombres, registros, información que situada en su contexto histórico se convierte en un valioso testimonio del devenir de Andalucía. La Jefatura Provincial de Tráfico de Sevilla ha entregado en el Archivo Histórico Provincial una colección con 2.956 fotografías correspondientes a los carnés de conducir emitidos en la provincia desde 1934 a 1939. Son tres álbumes que dibujan los rasgos faciales de fusilados, taxistas, camioneros, alcaldes, médicos, militares, extranjeros y personas de la alta sociedad sevillana que tuvieron la posibilidad en esos años de transitar por las limitadas carreteras de la época.
“Es la única documentación de estas características que hasta el momento se conoce en España y que arroja una información valiosísima, como por ejemplo que incluso los días 18 y 19 de julio de 1936, durante el golpe de Estado, se expidieron permisos de forma habitual. No se pararon los trámites burocráticos”, explica Cecilio Gordillo, funcionario de Tráfico en Sevilla y coordinador del grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía de CGT. Él lleva cinco años trabajando en la cesión de esta documentación al Archivo Provincial.
Entre las fichas aparecen también cerca de 40 mujeres conductoras, pioneras de la carretera en España. En una imagen de perfil, con pelo oscuro ondulado cortado a lo garçon y un vestido estampado con un pequeño escote en forma de uve aparece María Queipo de Llano, hija del general golpista. Entre otros apellidos reseñables en la provincia están también los Sánchez-Dalp, los Ybarra, los Medina, los Benjumea, los Marañón o los Suárez de Figueroa.
El historiador José María García Márquez destaca que entre esta interesante información están las fichas de personas asesinadas de las que no se tenía información gráfica hasta el momento. “Están los datos de Manuel Ojeda, de la castigada región de Aznalcóllar, que fue fusilado junto a tres hermanos y su padre. Y también son destacables los registros de los médicos que trabajan de forma clandestina y que por su profesión tenían que desplazarse permanentemente. Está por ejemplo la licencia de Francisco Quintana, del partido socialista, o del doctor Manuel Toscano, comunista”, detalla el historiador.
Y unos hombres con bigote recortado, ataviados con chaqueta y con aspecto germánico dan la pista a Gordillo de que podrían tratarse de miembros de la Gestapo. “Habría que contrastarlo, pero en Sevilla había una colonia alemana importante en 1937 y 1938 y no es desdeñable pensar que pudiesen formar parte de ello, el bigote podría ser una señal”, apunta Gordillo.
La cantidad de información que puede desprenderse de estos datos es tan amplia como cada palabra o fotografía, y los principales asientos que aparecen en las fichas son los nombres, apellidos, fecha de autorización, número de expediente y en algunos casos la firma de los examinadores. El Archivo Provincial de Sevilla ya ha puesto en marcha un equipo de trabajo para limpiar los documentos y diseñar la base de datos sobre la que se van a vaciar los registros. “El proceso de descripción ya se ha iniciado, pero queda mucho trabajo por hacer, es muy minucioso”, asegura Amparo Alonso, directora del Archivo Provincial de Sevilla.
La directora indica que una vez que esté terminado el vaciado de asientos, la información se pondrá a la disposición de la ciudadanía para su consulta pública. “Estos datos tienen que poder ser consultados por todos los ciudadanos, forman parte de nuestro pasado. En algunos casos los familiares podrán ver incluso los rostros de los fusilados”, resalta Gordillo, que salvó la información de un cuarto álbum que ha desaparecido escaneando cada una de sus páginas. “Estas iniciativas son un revulsivo para que se cumpla la ley. También está perdido en la Comisaría de Policía de La Gavidia de Sevilla un libro de fusilados y la Administración debe tener también información valiosa en sus oficinas de la Confederación Hidrográfica. Hay que hacer todo lo posible para que estos documentos no se pierdan más”, concluye Gordillo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.