La ‘síndica’ denuncia el mal uso de cámaras móviles por la Guardia Urbana

La Síndica de Barcelona, María Assumpció Vilà, denuncia en una resolución el mal uso que hace la Guardia Urbana de las videocámaras que lleva en sus coches al usarlas, según afirma, para denunciar a conductores mal aparcados. Tras constatar ese hecho, la síndica insta al Ayuntamiento a que solo use esas cámaras de forma “excepcional y en situaciones de riesgo”.

La defensora del ciudadano de Barcelona emitió una resolución cuyo contenido ayer difundió la agencia Efe después de supervisar diferentes quejas de ciudadanos denunciados en la capital catalana. Todos estos afectados tenían en común que habían sido descubiertos cometiendo una infracción mediante la captación de imágenes desde coches de la Guardia Urbana. En ningún caso, además, estas habían sido notificadas en mano.

La defensora concluye, tras examinar los casos supervisados, que puesto que los vehículos estaban parados, no había riesgo aparente y el conductor se hallaba en el interior, el uso de videocámaras móviles no estaba justificado. Tampoco lo estaba, razona la síndica, dejar de entregar la notificación en mano.

La defensora dice que la actuación del Ayuntamiento no se “ajusta a derecho”

Vilà recuerda que la Ley de Seguridad Vial establece que las denuncias deben ser entregadas en mano, y la doctrina jurídica establece que las excepciones a la regla han aplicarse de manera restrictiva y suficientemente motivada. “El uso de videocámaras móviles instaladas en los coches de la Guardia Urbana para captar infracciones en materia de tráfico en Barcelona debería de ser excepcional y sólo se debería utilizar en casos de exceso de velocidad, conducción temeraria o riesgo para la circulación que impida materialmente la entrega de la denuncia en mano”, remacha la síndica.

En su informe, la defensora hace constar que en dos de los casos revisados los afectados aseguraron que estaban en doble fila por causa justificada, en uno porque la conductora esperaba que un camión dejara libre un vado por el que debía transitar, y en el otro porque el chófer iba a ocupar una plaza de zona azul y esperaba que otro vehículo saliera para poder maniobrar.

Vilà cree que para evitar situaciones como las descritas sería conveniente que los agentes detuvieran y bajaran del vehículo policial para hablar con el conductor y comprobar realmente si se está cometiendo una infracción. Según Vilà, “las videocámaras móviles están consideradas elementos complementarios en la disciplina viaria y están pensadas para ser utilizadas en el control de situaciones de riesgo vinculadas a la velocidad y la conducción temeraria”.

La síndica determina finalmente que la actuación del Ayuntamiento de Barcelona, y en concreto de la Guardia Urbana y el Instituto Municipal de Hacienda “no ha sido ajustada a derecho ni eficaz”. Por ello, recomienda que “se anulen los procedimientos sancionadores y se revisen los protocolos de uso de las videocámaras móviles instaladas en los coches de la Guardia Urbana”.