Reaccionar ante la parada cardíaca
Participan 1.500 especialistas, entre ellos médicos, técnicos de emergencia, ingenieros o abogados procedentes de más de 60 países
La supervivencia tras una parada cardíaca se multiplicaría por tres si los ciudadanos supieran unas nociones básicas -"muy pocas y muy claras"- de cómo actuar ante estas situaciones. "No se trata solo de llamar al 112, sino de quedarse con la víctima y conseguir que aguante hasta que llegue la ambulancia", según ha explicado en una entrevista con Efe el doctor Luis Fernández-Yarritu, codirector del XII Congreso Europeo de Resucitación que se celebra hasta el próximo sábado en Bilbao.
Por cada minuto que pasa desde que se para el corazón, se pierde un 10% de posibilidades de sobrevivir, por tanto si pasan diez minutos, cuando llega la ambulancia, la persona ya está muerta; si pasan 8 minutos "casi muerta" y si son cinco, el cerebro resulta dañado.
"Es muy sencillo que esto no pase si esa persona está acompañada y el acompañante tiene un poco de formación: primero hay que sacudir a la víctima para confirmar que ha perdido el conocimiento y después comprobar que no respira. Inconsciente y sin respirar es parada cardíaca", ha explicado, a la vez que ha aconsejado no intentar tomar el pulso porque resulta "complicado".
Después hay que llamar al 112 y mientras llega la ambulancia, efectuar un masaje cardíaco en mitad del pecho comprimiendo fuerte y "sin miedo a que se rompa una costilla", porque así se consigue que, aunque no haya latido, la sangre tenga algo de movimiento y reparta oxígeno.
El ritmo del masaje tiene que ser de cien por minuto, y para practicarlo, el consejo profesional es tararear una canción con melodía a esa velocidad, entre las que ha citado el himno del Athletic; "Staying alive", de los Bee Gees, o Macarena, de Los del Río. Pese a todos estos intentos, la víctima puede no superar la parada cardíaca, pero ha contado con las posibilidades "máximas" de sobrevivir.
Se estima que cada hora muere una persona de parada cardíaca recuperable
La labor del ciudadano, según Fernández-Yarritu, es el primer eslabón de una cadena, porque las mejores ambulancias o los mejores hospitales "no sirven de nada si el paciente llega muerto".
Ha destacado también la importancia de disponer de un desfibrilador automático -"pensados para personas sin formación médica", según ha dicho-, pero ha hecho hincapié en que estos aparatos "no se aplican solos; el ser humano es imprescindible".
Según este médico, con los ciudadanos así formados se multiplicaría por tres la supervivencia actual en estos casos, que se sitúa sobre el 10-15 %, por lo que podría llegar al 30-40 %.
Se estima que cada hora muere una persona de parada cardíaca recuperable en poblaciones de un millón de habitantes en países civilizados, pero a pesar de ese "goteo", en España únicamente sabrían cómo actuar el 10 por ciento de la población.
En Dinamarca, Suecia o Japón, en cambio, toda la población ha asistido a un cursillo o ha estudiado primeros auxilios en su etapa escolar, por lo que la apuesta a futuro es incluir una asignatura en el curriculum escolar. El objetivo sería que todos los alumnos sepan las nociones básicas cuando finalicen la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), según ha dicho.
Respecto al XII Congreso Europeo de Resucitación, reúne a 1.500 especialistas, entre ellos médicos, técnicos de emergencia, ingenieros o abogados procedentes de más de 60 países, que tratarán sobre aspectos científicos y técnicos de las paradas cardíacas, pero también de la implicación ciudadana en esta tarea, según ha precisado Fernández-Yarritu.
Esta cita en bianual y Bilbao ha conseguido ser la sede este año a propuesta del Hospital de Galdácano (Bizkaia) y en competencia con París, Praga, Copenhage y La Haya. Se prevé que tenga un impacto económico en el Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi de alrededor de dos millones de euros.
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