El burdel de la Carioca es registrado de nuevo en busca de una desaparecida
La juez ordena el rastreo al descubrir una aparatosa excavación en la parte trasera
“Armando ¿dónde está Ana?”, preguntaban varias pintadas hechas en las calles de Lugo a los pocos días de la gran redada Carioca. Cuatro años y medio después, el espray de estos mensajes perdura en alguna pared, también en la entrada del club Queen's, cuartel general de la mafia de los burdeles lucenses, pero los investigadores no han encontrado aún la respuesta. La pregunta iba dirigida al cabo de la Guardia Civil, Armando Lorenzo Torre, que se hacía pasar por jefe de Extranjería para someter a las víctimas de trata. Sin embargo, las sospechas sobre un supuesto homicidio relacionado con la desaparición de una mujer posiblemente brasileña y conocida como Ana recayeron desde los primeros días de la Operación Carioca en el proxeneta que regentaba con mano dura este burdel, José Manuel García Adán.
Después de los rastreos iniciales, en agosto de 2010 especialistas de la Guardia Civil trabajaron varios días en el club, en concreto en un cuarto al que se le empezó a llamar “la habitación de los horrores” después de descubrirse, bajo varias capas de pintura y medio borradas por productos de limpieza, salpicaduras de sangre que, en los análisis, resultaron pertenecer no solo a uno, sino a varios perfiles genéticos. Pero después de aquello la búsqueda de Ana, cuyo nombre puede ser incluso un simple alias de guerra y de la que nadie recuerda un apellido, se sumió en un silencio sepulcral hasta que hace un mes aproximadamente apareció en el propio Queen's un indicio considerable. La juez Pilar de Lara Cifuentes ha vuelto a ordenar la custodia del recinto, reducido a una pura ruina tras numerosos hurtos de material, y un equipo de investigadores desplazados desde Madrid intentará confirmar si un agujero de grandes dimensiones abierto en el suelo de cemento de una de las dependencias anexas, a ras de tierra, pudo haber ocultado restos humanos en los últimos años.
Se sospecha, por varios testimonios recogidos durante la instrucción del sumario Carioca, que Ana pudo haber sido asesinada durante el año 2007, dos antes de que la magistrada reventase la presunta trama mafiosa. La chica habría muerto tras una brutal paliza en una de las habitaciones en las que los clientes se beneficiaban de las víctimas de trata. Nadie se habría atrevido a socorrerla, ni a denunciar los hechos. Fuentes próximas al caso aseguran que algún testigo dijo haber visto, incluso, un bulto equiparable a un cuerpo tapado con una sábana.
En aquella época, y en los años posteriores, hubo varias obras de reforma en el Queen's. En 2009, cuando estalló el caso que De Lara investigaba desde 2008, en el burdel precintado seguía habiendo una hormigonera y abundante material de obra. En su galopante deterioro, y en una sucesión de saqueos que todavía se siguieron registrando en abril, el Queen's fue acumulando agujeros, butrones, socavones. Pero ninguno despertó tantas sospechas como el último, un corte abierto probablemente con maquinaria en el hormigón y un movimiento de tierra con aspecto de ser muy reciente. Estas pistas fueron descubiertas fortuitamente en uno de los alpendres situados en la parte trasera, detrás del inmueble principal de cerca de 400 metros cuadrados, que da paso a una extensa finca con portalón trasero y una piscina abandonada.
"Adán estaba todo el día enterrando cosas"
Los investigadores creen que los propietarios del solar y los inmuebles del Queen's, Javier Reguera y Manuel Santiso, dos personajes clave de los que parte también, junto con el exconcejal Francisco Fernández Liñares, el caso Pokémon, tienen interés en deshacerse del fatídico y depreciado local. Ellos mismos también lo habían adquirido en 2001 por un precio de ganga a un fabricante de quesos que declaró haber recibido presiones insoportables por parte de la policía. Arruinado y alcoholizado, terminó malvendiendo la que había sido su factoría de productos lácteos, próxima al polígono lucense de O Ceao. Adán, curtido en la noche después de trabajar años como encargado en varios prostíbulos gallegos, alquiló las instalaciones a sus nuevos dueños y las reformó para convertirlas en burdel, pagando posiblemente en servicios sexuales con sus empleadas, como recoge el sumario, buena parte de las obras.
El juzgado de Instrucción número 1 de Lugo pretende ahora comprobar si existe relación entre el supuesto nuevo propósito de venta y una presunta limpieza de rastros comprometedores en el Queen's. "En su día se encontraron en la finca muchos huesos, pero se atribuyeron a restos de animales. Si hubiese huesos humanos, sin embargo, quien supiese de su existencia se apresuraría ahora a llevárselos", comenta una fuente próxima a la investigación. Porque el burdel y todo lo que lo rodea es una ruina irrecuperable, y cualquier nueva edificación pasaría por demoliciones y movimientos de tierra.
De Lara, instructora tanto de Carioca como de Pokémon, también quiere afinar las fechas en las que se abrió el suelo de cemento de la dependencia anexa y se removió el terreno que hay debajo. Intenta determinar si la aparatosa obra se llevó a cabo antes o después de la salida de prisión de García Adán, en octubre de 2013.
A lo largo y ancho del sumario del que aún queda una parte secreta, el proxeneta (pendiente, además de la Carioca, del fallo de un juicio por maltrato y con orden de alejamiento de 155 testigos) es descrito como un ser violento, que pasaba de la calma a la ira en segundos. Un camarero aseguró a De Lara que el proxeneta “estaba todo el día enterrando cosas”. Según algunas fuentes, cabe la posibilidad de que lo que alguien, recientemente, intentó borrar de la finca no fuese el rastro de una mujer, sino dinero, droga, armas o explosivos.
En estos anexos, según los testigos, Adán pasaba largas horas. Allí practicaba tiro, y no permitía que nadie merodease por la zona. Los investigadores creen que en una determinada época que pudo coincidir con el año 2007 el suelo de una de aquellas casetas donde Adán criaba (supuestamente con mimo) gallinas y ovejas dejó de ser de tierra porque se pavimentó con cemento.
“Adán estaba todo el día enterrando cosas”
Los investigadores creen que los propietarios del solar y los inmuebles del Queen’s, Javier Reguera y Manuel Santiso, dos personajes clave de los que parte también, junto con el exconcejal Francisco Fernández Liñares, el caso Pokémon, tienen interés en deshacerse del fatídico y depreciado local. Ellos mismos también lo habían adquirido en 2001 por un precio de ganga a un fabricante de quesos que declaró haber recibido presiones insoportables por parte de la policía. Arruinado y alcoholizado, terminó malvendiendo la que había sido su factoría de productos lácteos, próxima al polígono lucense de O Ceao. Adán, curtido en la noche después de trabajar años como encargado en varios prostíbulos gallegos, alquiló las instalaciones a sus nuevos dueños y las reformó para convertirlas en burdel, pagando posiblemente en servicios sexuales con sus empleadas, como recoge el sumario, buena parte de las obras.
El juzgado de Instrucción número 1 de Lugo pretende ahora comprobar si existe relación entre el supuesto nuevo propósito de venta y una presunta limpieza de rastros comprometedores en el Queen’s. “En su día se encontraron en la finca muchos huesos, pero se atribuyeron a restos de animales. Si hubiese huesos humanos, sin embargo, quien supiese de su existencia se apresuraría ahora a llevárselos”, comenta una fuente próxima a la investigación. Porque el burdel y todo lo que lo rodea es una ruina irrecuperable, y cualquier nueva edificación pasaría por demoliciones y movimientos de tierra.
De Lara, instructora tanto de Carioca como de Pokémon, también quiere afinar las fechas en las que se abrió el suelo de cemento de la dependencia anexa y se removió el terreno que hay debajo. Intenta determinar si la aparatosa obra se llevó a cabo antes o después de la salida de prisión de García Adán, en octubre de 2013.
A lo largo y ancho del sumario del que aún queda una parte secreta, el proxeneta (pendiente, además de la Carioca, del fallo de un juicio por maltrato y con orden de alejamiento de 155 testigos) es descrito como un ser violento, que pasaba de la calma a la ira en segundos. Un camarero aseguró a De Lara que el proxeneta “estaba todo el día enterrando cosas”. Según algunas fuentes, cabe la posibilidad de que lo que alguien, recientemente, intentó borrar de la finca no fuese el rastro de una mujer, sino dinero, droga, armas o explosivos.
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