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La otra cara de la tragedia

La Comunidad registró 74.680 accidentes laborales en 2013, de los que 74 fueron mortales En el primer trimestre de 2014 ha aumentado un 4% la siniestralidad

F. Javier Barroso
Gregorio Rodríguez, en su casa
Gregorio Rodríguez, en su casaCARLOS ROSILLO

Gregorio Rodríguez de la Torre, de 42 años, se mueve con dificultad. Necesita apoyarse en dos muletas y bajo la camiseta luce una llamativa cicatriz. Es la señal externa del gravísimo accidente que sufrió el 21 de enero cuando limpiaba un canalón en una imprenta de Alcalá de Henares. Carecía de las mínimas medidas de seguridad. Cayó desde una altura de unos diez metros: estuvo cuatro días en coma y 15 internado en la unidad de cuidados intensivos. Aquel fue solo uno de los 19.882 accidentes laborales registrados en la región durante el primer trimestre, en el que la siniestralidad repuntó un 3,7%. Para llamar la atención sobre este problema, la Organización Internacional del Trabajo celebra hoy el día internacional de la Seguridad y Salud laboral.

El accidente de Rodríguez pudo costarle la vida. Según recuerda, su jefa le mandó a limpiar los canalones, que se obstruyen con hojas cuando llueve. Se subió a una enorme escalera y apoyó parcialmente un pie en el canalón para poder limpiarlo mejor. Cayó al vacío. “Me pude matar. Me destrocé 16 costillas del lateral izquierdo, y me dañé el bazo, el pulmón y el riñón izquierdos. También me afectó la pierna derecha y la cabeza de la cadera, entre otras lesiones”, recuerda este vecino del distrito madrileño de Carabanchel.

Antes había trabajado como conductor y como repartidor. La crisis le pilló de lleno y se quedó en el paro. Hizo varios cursos de pinche de cocina o carretillero para abrirse nuevas expectativas. Le contrataron como limpiador en la imprenta. “No tenía ninguna formación específica. Tan solo me dieron una bolsa y un cepillo para raspar los canalones”, recuerda.

El año pasado se registraron en la región 74.680 accidentes, de los que 74.295 fueron leves, 311 graves y 74 mortales, lo que supuso un 3,41% de descenso respecto a 2012, según un informe conjunto de UGT y CC OO en Madrid.

Un giro a peor

  • El primer trimestre de este año muestra un repunte de la siniestralidad laboral en la región, según datos de UGT y CC OO. Se registraron 19.882 accidentes, de los que 19.776 fueron de carácter leve, 89 graves y 17 mortales. Estos últimos se han incrementado un 13,33%.
  • Por sectores, el de servicios ha sufrido ocho víctimas mortales, frente a las 12 del mismo periodo del año pasado. La mayor subida ha afectado a la industria, que ha pasado de uno a tres fallecidos. En agricultura, no ha habido muertos.

La falta de seguridad y de protecciones también está detrás del accidente sufrido por Julio Ramírez, un vecino de Alcorcón de 30 años. Sucedió el 10 de marzo de 2011, cuando estaba instalando un lucernario en el hospital de Fuenlabrada. Llegó allí con dos compañeros y quiso montar el andamio que llevaba. No le dejaron. Su empresa que le contrató había colocado ya uno más estrecho, que carecía de línea de vida (una protección contra caídas) y mallas de seguridad.

Cuando ya había terminado su trabajo y estaba a punto de descender, el andamio se volcó y Ramírez con él. Cayó desde una altura de tres metros. Se fracturó los dos talones y parte del pie derecho. Desde entonces ha sufrido tres operaciones y ha estado cinco meses de baja. “Al poco del volver, me echaron por bajo rendimiento. Lógicamente no tengo la movilidad de antes del accidente. Voy a rendir menos, pero es cuestión de tiempo que me adapte”, señala este trabajador, que está casado y tiene dos hijas.

Cuando acudió al reconocimiento médico, le dijeron que no sufría ninguna minusvalía física. “Tan solo se dedicaron a medirme las cicatrices para ver el grado de las lesiones”, critica. De su accidente han pasado ya tres años, pero todavía no ha salido siquiera el juicio para ver si hubo responsabilidad penal por parte de la empresa. “Sabía que el caso iba a ser lento, pero no tanto. Me parece una pérdida de tiempo, sobre todo, por el esfuerzo que supone”, reconoce con cierta tristeza.

De hecho, la compañía para la que trabajaba ya ha cerrado. “No pasa nada porque en este sector nos conocemos todos”, concluye.

La secretaria de Salud Laboral de UGT en Madrid, Susana Huertas, recuerda que la mayoría de los accidentes se producen en pequeñas y medianas empresas, en las que existe menor representatividad de los trabajadores y más flexibilidad o relajación en las medidas de seguridad laboral. En muchas de ellas incluso no hay siquiera comité de salud laboral.

Julio Ramírez, en su taller de Alcorcón.
Julio Ramírez, en su taller de Alcorcón.CARLOS ROSILLO

“Con la reforma laboral han cambiado muchos las condiciones laborales, hay mayor inestabilidad en el empleo y todo resulta válido para ahorrar, incluso en prevención laboral, un tema muy importante”, señala Huertas.

Los datos de UGT apuntan a que en 2014 se está produciendo un incremento de la siniestralidad, en especial en el sector industrial. En opinión de Huertas, esto resulta “preocupante”. La secretaria de Salud Laboral destaca que el trabajo de la Fiscalía de Madrid ha supuesto un empujón a la mayoría de los casos. Algunos son incluso de 1999. “Ahora hay más sensibilización por parte del sector judicial, pero no hay sentencias tan duras como nos gustaría. Además, muchas veces los propios trabajadores no denuncian por miedo a represalias”, añade Huertas, que recuerda que la vía civil suele ser “más contundente”.

La directora regional de Trabajo, María del Mar Alarcón (PP), señala que Madrid tiene uno de los mejores índices de incidencia de siniestralidad laboral (número de accidentes dividido por número de afiliados a la Seguridad Social, multiplicado por 100.000).

En 2013, el índice se situó en 2.435, tan solo mejorado por Galicia y un 2,64% por debajo de la media nacional. “Nos gustaría que no hubiera ninguno, pero estamos muy bien situados. Eso sí, no paramos de hacer campañas, cursos, talleres y jornadas para formar en prevención de riesgos laborales”, recuerda la directora.

En 2013 se registraron 74 accidentes mortales, de los que 16 fueron in itinere, es decir, de camino o de vuelta al trabajo. Entre ellos, por ejemplo, se encuentran los dos trabajadores de Renfe fallecidos en el accidente del tren de Santiago de Compostela. “Al estar la empresa registrada en Madrid, se computan en nuestra región”, indica Alarcón.

Uno de los que ha sufrido otro accidente y está peleando para que se le reconozca su discapacidad es Segundo Elías Ribera, un ecuatoriano de 46 años que ha pasado 11 en España. Se pilló el pulgar y parte de la mano izquierda en una máquina panificadora a principios de junio de 2010. Estuvo a punto de perder el dedo, que salvó tras ser operado. Eso sí, ha perdido casi toda la movilidad del mismo y tiene graves problemas para trabajar con ambas manos. “Cuando estoy con productos que están fríos ni lo noto, y cuando están calientes me puedo quemar porque no me circula bien la sangre”, afirma Ribera.

Desde que sufrió el accidente, ha emprendido una batalla para conseguir una pensión por este accidente. La panificadora para la que trabajaba le despidió al poco tiempo, pese a estar de baja. Ahora se ha trasladado a Jaca (Huesca), donde encontró empleo en una pastelería. “No puedo estar al 100% por esta lesión que sufro, y encima me están poniendo problemas para conseguir una indemnización”, critica Ribera, que está casado y tiene dos hijos.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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