En Sant Jordi los escritores firman y también hablan
Declaraciones de algunos de los 300 autores que participaron en la jornada festiva de los libros en Barcelona
Toda jornada de Sant Jordi depara un sinfín de situaciones y frases durante las horas en las que más de 300 escritores toman la calle y comparten experiencias con sus lectores. El ritmo es frenético y acelerado. El día de ayer dejó un buen número de declaraciones realizadas entre firma y firma. Estas son unas cuantas de ellas:
Jaume Barberà. “Es un día único, en el que es muy difícil expresar lo que se siente. Escribo ensayos que intentan explicar cómo la mayoría de la población vive en beneficio de unos cuantos poderosos. Se nos han hecho culpables, cuando en realidad somos las víctimas de una situación. Todos los que han padecido esta situación se identifican con lo que escribo. La gente agradece que desde los medios haya voces que denuncian esta situación”.
Alfred Bosch. No le pega, pero reconoce que estar al lado de Belén Esteban firmando libros no le ha desagradado. “Le he regalado uno de mis libros. Aunque ella sea la princesa del pueblo y yo republicano podemos entenderos, no excluimos a nadie y fomentamos la buena relación con cualquiera”.
Sor Lucía Caram. Con sus hábitos blancos consigue no pasar desapercibida. En su segundo año, considera que Sant Jordi es una muy experiencia. “La gente sintoniza con las causas, soy un instrumento de la gente que quiere un cambio. No me piden que rece por ellos, muchos me cogen de las manos para que les de fuerzas. Me dicen que no cambie y yo les dicho que ojala cambie para mejorar”. Para ella “lo importante es que no soy yo el centro sino mis causas y mis causas valen más que mi vida”, argumenta a velocidad de la luz una de las monjas más mediáticas de nuestro tiempo.
Rosa Díez. Intervino en el Mobile World Centre de plaça de Catalunya en una charla para presentar su libro A favor de España que ha apostado por un nuevo formato en el que algunos autores charlan sobre su obra delante de público que puede sentarse. De su libro, la política vasca y líder del UPyD dijo que: "Son argumentos a favor de España". Y sobre el proceso de soberanía: ¿Y de esto quién se beneficia. A Nadie?
Belén Esteban. La presentadora reúne una de las mayores colas de la mañana para conseguir la firma de su libro Ambiciones y reflexiones. "Es mi primer Sant Jordi. Nunca había venido en este día a Barcelona", ha dicho. Podría parecer que una experiencia así la iba a animar en su carrera como escritora, pero no: "No volveré a escribir nunca más. He contado mi historia y ya está", explica sin dudarlo.
Forges. Sin pararde firmar ejemplares de su último libro asegura que: “Los lectores son la otra parte del chiste. Es importante las reacciones”, explica mientras asegura que con el escritor Juan José Millás "hemos pensado que algún día haremos un libro sobre firmas de Sant Jordi".
Francisco Ibáñez. Ya no se sorprende porque lleva firmando ejemplares de sus tebeos de Mortadelo y Filemón que tienen más de 40 años. “La gente no viene por mi último boom, compran lo de hoy, lo de ayer y lo siempre”, asegura delante de una enorme cola de personas de todas las edades que parece seguirle por todas las paradas donde firmas sus viñetas.
Federico Moccia. Hace siete años que no falla en Sant Jordi. Firma de pie y una cámara lo grava todo. “Es una fiesta muy particular, he crecido desde el primer año, donde tenía colas más pequeñas hasta ahora”. Defiende que su novela Esta noche dime que me quieres, ya iba dirigida para un público “un poco mayor”, pero no descarta escribir algo para un lector de más edad.
Joaquim Nadal. "Ahora sí que me puedo retirar", aseguró el político tras comprobar cómo el editor de Anagrama Jordi Herralde adquiría Testimoni de carrec, las memorias del que fuera consejero del Tripartito y hasta el día anterior presidente del PSC en Girona. "Algunos me querrían retirar, pero yo no me retiro", aseguró con cierta retranca. Su sincero libro, al final de la jornada, fue uno de los más solicitados. "Hubo dos historiadores que me dijeron que si mis memorias tenían que ser tan poco comprometidas como las de Jordi Pujol, no valía la pena que las escribiera".
Julia Navarro. Asegura vivir la jornada de forma muy intensa: “Es maravillosa, la fiesta más bonita del ibro que he vivido, no hay ninguna como esta”. Lamenta, eso sí, que todo vaya muy deprisa y que no sea posible mayor contacto con sus lectores. “Me animan mucho a seguir trabajando”.
Joan Roca. El mejor cocinero de mundo cambió ayer los fogones por los libros durante una jornada. “Es un poco violento tomar el lugar de los escritores”, asegura con modestia. La mayoría de sus seguidores les pide fotografiarse tras estampar su firma en el libro Cuina amb Joan Roca: Tècniques bàsiques per cuinar a casa. “Aunque sea por un día me siento escritor". Anuncia que volvería a repetir "cuando tenga contenido para contar algo".
Mario Vaquerizo. El músico y televisivo marido de Alaska lleva tres años cumpliendo con la cita de Sant Jordi. Para él es todo un ritual: Halaga con piropos a los lectores, les dedica libros, con dibujos de corazones y acaba haciéndose una foto con ellos. En un momento dado aseguró: “Prefiero a amigo Fabio Mcnamara que a Gabriel García Márquez”. El motivo: “Me obligaron a leer de pequeño Cien años de Soledad en la escuela. Es una pena que la gente se muera, pero todos tenemos que morirnos”.
El Gran Wyoming. En su primer Sant Jordi firmando libros. "Me está resultando más estresante que un programa en directo, pero a la vez muy estimulante. Me siento como una mezcla de objeto social y Copito de nieve", bromea el presentador mientras habla rodeado por decenas de lectores y curiosos que quieren un autógrafo o fotografiarse con él. Sólo pudo vivir la mitad de la jornada. A las tres cogió un AVE de regreso a Madrid para hacer su programa diario.
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