El Camino se desvía al asfalto
La Xunta delimita tramos por carreteras que deturpan la primitiva ruta de peregrinación El Foro do Camiño lleva la ruta a los juzgados
Mil doscientos años después, el camino en el que germinó la ruta de peregrinación a Santiago se va a las carreteras. Y lo hace por imperativo de la Xunta. Un tercio de los 300 kilómetros del Camino Primitivo han sido desplazados por decreto a carreteras y fincas sin rigor histórico, alejándose de la vía milenaria que supuestamente recorrió Alfonso II para visitar los presuntos restos del apóstol. Los peregrinos que siguen las indicaciones oficiales, abandonan caminos legendarios salpicados de patrimonio para deambular por cunetas, se apartan de vías romanas para caminar por asfalto y realizan rodeos innecesarios en pequeñas aldeas.
El Gobierno gallego, que tiene el mandato legal de identificar estas rutas históricas para protegerlas, aprobó en 2013 un decreto que desvía el camino primitivo por neotrazados apócrifos. La traza discurre en algunas localidades frente a bares, tiendas y albergues creados a partir de los años noventa, cuando Fraga convirtió la devoción religiosa en un producto turístico para todos los públicos. En algunos campos de Lugo y A Coruña, el primero de los caminos tiene menos años que el difunto Pelegrín del Xacobeo. Los responsables autonómicos de patrimonio incluso han validado desvíos creados por vecinos a base de brocha y bote de titanlux. En A Viña, al lado de la ciudad de Lugo, un lugareño pintó flechas que apartan a los caminantes de una corredoira histórica flanqueada por robles. “Nací aquí y cuando era pequeña íbamos a Lugo a pie por ese camino, que era el Camino de Santiago de siempre”, dice una indignada vecina. La corredoira está ocupada ahora por alpendres y perros ladradores, mientras los peregrinos caminan durante medio kilómetro por una carretera entre olorosas granjas y garajes levantados con bloques de hormigón. El decreto de la Xunta oficializó el desvío del vecino pintor y según documentos firmados por los responsables del Gobierno gallego, pretender devolver a los caminantes por la ruta original es síntoma de “afán recreacionista e historicista”.
Unos kilómetros más atrás, el hospital de peregrinos de Gondar está en manos de un particular y ha quedado desprotegido. El neocamino discurre por una carretera perfectamente asfaltada en la que la franja de protección incluye postes de la luz o señales de tráfico. El hospital funcionó para atender a los caminantes pero los responsables de la Consellería de Cultura consideran “frívolo reclamar la reversión de procesos que el devenir de la historia y los tiempos dio por finalizados”. Justifican su decisión en un supuesto cambio ordenado por el obispo en 1369. Los lugareños, en cambio, aseguran que han ido a Lugo “toda la vida” por ese camino hasta que hace unos años y ya en plena efervescencia Xacobea, se taponó con una construcción aneja al viejo hospicio. A pocos kilómetros de Lugo, un cartel indica un “desvío provisional” bajo el logotipo de la concha. Ese desvío recorre la carretera de A Fonsagrada y abandona el trazado histórico de la Corredoira do Romeu, delimitada por vetustos muros de piedra y grandes árboles. A su lado se ha levantado una urbanización e incluso se ha taponado uno de los extremos con una construcción de hormigón edificada hace un lustro. En su decreto, la consellería eligió el camino asfaltado. En San Román da Retorta, los caminantes abandonan una vía romana del siglo II para disfrutar de un rodeo de nueva planta que la Xunta ha reconocido e indicado como original con varios mojones.
La versión oficial de la Xunta abandona calzadas empedradas, pasos sobre regatos en frondosos bosques, históricas roderas dejadas por los carros e incluso la toponimia asociada al peregrinaje. A pesar de que los técnicos reconocen la peligrosidad de trasladar caminantes a las cunetas (“tramo especialmente peligroso porque los peregrinos tienen que caminar por la orilla de la carretera junto a coches que circulan a gran velocidad”), sugieren hacer más obras para paliar esos peligrosos en vez de ejecutar la recuperación de la calzada antigua, tal y como estipula la Ley de protección de los caminos de Santiago aprobada hace casi dos décadas. Hay decenas de mutaciones como las de Paradavella, A Matanza, Vilalle, San Vicente do Burgo o el camino real de Vilabade. Juntas suman casi un centenar de kilómetros que han dejado de ser el verdadero camino. Además, al apartar las franjas de protección del trazado milenario, tampoco se reconocen los accesos transversales y el patrimonio asociado. Según denuncian algunos historiadores, el proceso de identificación fue tan “absurdo” que en Guntín se celebró una asamblea vecinal para delimitar el recorrido.
Las mutaciones han sido destapadas por el Foro do Camiño. Esta treintena de asociaciones e investigadores no aceptan la versión aprobada por Cultura y la consellería rechazó unas 90 alegaciones presentadas por el Foro. En sus respuestas, la Xunta lo acusa de ser reintegracionistas de la historia, al mismo tiempo que declara inexistentes trechos observables hace cincuenta años. En muchos casos alega la ausencia del camino como entidad catastral. Ahora será el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) el que decida quién tiene razón tras ser interpuesto un recurso contencioso-administrativo. Consideran que la versión oficial atenta contra criterios de autenticidad e integridad de la calzada histórica y su contorna cultural.
Ricardo Polín, portavoz del Foro, matiza que la Administración gallega es la única que "mutila" una ruta reconocida por la Unesco. “El Gobierno de Asturias identificó sus tramos y los respetó manteniéndolos prácticamente intactos”, explica. “No pretendemos reconstruir nada. Simplemente exigimos que se contemplen los vestigios porque están en la ruta histórica y forman parte del patrimonio y la memoria colectiva del primero de los caminos”, asegura. También denuncia la “ignominiosa actuación del comité asesor del Camino de Santiago creado por ley para la protección de los caminos" ya que "hace todo lo contrario a lo encomendado al estar al servicio de la Xunta y no del patrimonio”. A la espera del TSXG, el Foro ultima una aplicación informática con la que pretende desmontar la versión del Gobierno gallego. El programa permitirá descubrir el Camino Primitivo desde arriba, explorando las ortofotografías realizadas en los años cincuenta por servicio cartográfico del ejército de Estados Unidos a través del llamado vuelo americano, en las que se aprecian a simple vista los tramos descartados por la Xunta. Pero la del Primitivo no es la primera reclamación judicial contra la versión oficial del Camino de Santiago. La delimitación del Camino Francés, el más popular, también hace cola en los tribunales.
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