Convergència presume de éxitos económicos para taponar las fugas de voto
Casi la mitad de los electores de CiU creen que Mas descuida la economía
Convergència i Unió está decidida a sacar el máximo partido posible de su acuerdo con los socialistas para facilitar la implantación en Cataluña del complejo de casinos y ocio Barcelona World. El pacto llega en un momento especialmente delicado para los nacionalistas, con encuestas que no les garantizan ganar las elecciones europeas y con un electorado movilizado en lo que a cuestión soberanista se refiere pero poco contento con la gestión económica del Ejecutivo de Artur Mas. La dirección de Convergència aprovechó ayer el éxito de Barcelona World para hacer repaso a los hitos económicos catalanes en un intento de demostrar que la Generalitat sí está por la labor de la recuperación.
Los dirigentes nacionalistas Lluís Corominas y Josep Rull recurrieron a inversiones como la del parque temático de Ferrari, el almacén logístico que negocia Amazon o incluso el nuevo marco de diálogo creado con patronal y sindicatos para incentivar la recuperación y que ha enterrado el Acuerdo Estratégico creado por el tripartito. El objetivo es hacer entender que la economía es la gran prioridad y que la agenda soberanista no la va a perjudicar.
La última encuesta elaborada por la Generalitat, a la que el Gobierno apenas ha dado proyección pública, confirma el delicado escenario en el que se mueve CiU. El Gobierno catalán tiene un problema: Los catalanes suspenden su gestión con un 4,75, pero lo peor de todo es que quienes le valoran con mejor nota no son sus electores, sino los de Esquerra Republicana, el partido que apoya su Gobierno y que aspira a hacerse con la Generalitat en las próximas elecciones.
Sin salir especialmente mal parado, el Gobierno de CiU cojea ante su electorado en asuntos clave. Los votantes convergentes le suspenden en lucha contra el paro (4,40), temporalidad laboral (4,11), vivienda (4,43) y ayudas a empresas (4,43). A Mas le salva la buena nota que le dan en sanidad, educación pública y transportes. Con todo, la valoración de los votantes de CiU a su gobierno es del 6,13, frente al 6,14 que le otorgan los de Esquerra Republicana. Estos destacan especialmente la gestión del proceso soberanista.
Mas tiene un problema de prioridades. Sus electores creen que el conflicto más acuciante en Cataluña es el paro. Pero solo un 46,2% de ellos creen que la Generalitat está trabajando para resolverlo. En cambio, los de ERC sí están contentos de cómo resuelve Mas su principal inconveniente, el de las relaciones entre Cataluña y España. Para un 53% de republicanos la Generalitat trabaja en la buena dirección.
Con el gesto de ayer de la dirección de Convergència se busca evitar protestas como la que la patronal Pimec encabezó semanas atrás. Esta entidad, habitualmente muy dócil con CiU protagonizó una revolución en toda regla al grito de “Digamos basta” por las subidas de impuestos y la burocracia de la Generalitat.
CiU se ha fijado como gran prioridad calmar las aguas entre pequeños y medianos empresarios. El vicesecretario general de Coordinación Institucional de CDC, Lluís Corominas, aseguró ayer que todo lo que están llevando a cabo desde la Generalitat es para reactivar económica y socialmente Cataluña. En este sentido lanzó una pulla al PP, pero también a sus socios de ERC, para que se sumen a acuerdos como el de Barcelona World. Corominas relativizó la mala nota del Gobierno en las encuestas y aseguró estar confiado en que más pronto que tarde se verán los resultados de las políticas económicas de la Generalitat. También evitó dar la crisis por enterrada.
Al mismo tiempo, CDC también estudia la fórmula para mantener bien viva la llama soberanista sin que se les asocie con los sectores más radicales del independentismo. En este sentido ha comenzado un tímido desmarque de la hoja de ruta de la Asamblea Nacional Catalana, la entidad independentista que propone una declaración de independencia en 2015 pase lo que pase.
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