Erne pide que la Fiscalía actúe de oficio contra Seguridad por no evitar delitos

No hubo un control suficiente de la manifestación del 3 de marzo en la que distintos colectivos y agentes sociales quisieron protestar ante las medidas de austeridad planteadas por los dirigentes internacionales que se congregaron en el Museo Guggenheim de Bilbao en una cumbre económica mundial. Faltaron chalecos antitrauma para los agentes, hubo escasos lanzadores y fallaron las comunicaciones por cuestiones "nimias" como la falta de pilas para los walkie talkies. Son algunos detalles que han aportado este lunes los responsables del sindicato Erne, mayoritario en la Ertzaintza, en el Parlamento como esbozo del escenario en la intervención de la policía vasca el día 3 de marzo. Desde entonces, la Ertzaintza ha realizado varias detenciones.

El sindicato ha pedido que la Fiscalía "actúe de oficio" contra el Departamento de Seguridad porque entiende que se han podido cometer varios delitos con el "silencio" de la mesa de crisis ante la petición de órdenes, lesiones por omisión, delito de omisión del deber de impedir delitos y por denegación de auxilio. Erne ha ofrecido a los agentes cobertura en caso de que deseen denunciar la actuación del departamento.

El portavoz de Erne, Roberto Seijo, ha asegurado que creen que "en una gran parte no se garantizó la seguridad ciudadana" y que la "sensación" que sintieron en esa jornada los agentes sobre el terreno "fue de vergüenza, de que no habíamos hecho nada ante lo que pasó".

Erne denuncia que hubo "silencio" por parte de la mesa de crisis ante peticiones de decisiones de algunos mandos, mandos sin capacidad de ordenar actuaciones a los agentes, "había órdenes de no utilizar las escopetas", ha asegurado, aunque "órdenes de no intervenir no hubo". Los agentes sintieron, según Seijo, una intervención de la mesa de crisis "como diciendo ustedes sabrán, suerte; no hubo órdenes concretas, ante incidentes el problema es que hubo silencio". Asimismo, en situaciones en las que hubo que auxiliar a personas, el portavoz ha indicado que se les dijo que "se mantengan las posiciones". "Faltó una Ertzaintza profesional y eficaz" y faltó, ha resaltado, una "función disuasoria". 

Roberto Seijo ha asegurado que se cometieron errores en la confección del dispositivo en dos aspectos. El primero, el vallado de los alrededores del Museo Guggenheim, que se limitó a la zona de la Ría. "Se confió en que no llegaran problemas", ha resaltado, algo que ha tildado de "grave error de planificación", porque de haberse dado la situación, que no se produjo, de que las personas que actuaron con violencia entre los manifestantes "se habría tenido que decidir entre dejarles destrozar, suspender la cumbre o hacer uso de la fuerza".

El segundo error de la mesa de crisis fue para Erne que los efectivos se repartiesen de manera "homogénea" por el resto de la ciudad, algo "muy mejorable", ha añadido, ante los destrozos y los enfrentamientos que se produjeron en la Gran Vía bilbaína. Seijo ha asegurado que ellos creen que no se tenía que haber "disuelto la manifestación, sino mandar dotaciones suficientes a controlarla".

Erne ha solicitado a varios mandos una evaluación de lo sucedido y, según ha explicado Seijo, estos creen que hubo agentes suficientes movilizados. Sin embargo, ha matizado que, en opinión del sindicato, no hubo suficientes recursos humanos para afrontar lo sucedido. El principal sindicato de la policía vasca ha asegurado que la imagen de la Ertzaintza resultó "muy dañada" aquel día, y ha resaltado que a sus agentes se les ha hecho "muy duro" escuchar críticas de los comerciantes y en los medios de comunicación al respecto.