La Generalitat ultima un pacto con el PSC para desencallar BCN World
Los socialistas aceptan rebajar la tasa del juego del 55% al 10% a cambio de mantener los impuestos sobre el resto de actividades La Comisión de Economía aprobará el miércoles el dictamen de la ley del 'macrocasino'
El acuerdo para desencallar el macroproyecto de casinos, hoteles y tiendas de BCN World está a la vuelta de la esquina y todo apunta a que el PSC se convertirá en la muleta de CiU para sacarlo adelante. Tras la reunión del jueves entre Artur Mas y Pere Navarro, celebrada en el Palau de la Generalitat, ambas partes intensificaron ayer los contactos y fluyeron los documentos para cerrar un acuerdo este fin de semana. De ser así, la firma se escenificaría el próximo lunes, cuando está previsto que se reúnan en el Parlament representantes del Gobierno catalán con diputados de CiU y el PSC.
La Generalitat tiene prisa por cerrar el pacto y anunciarlo, mientras que el PSC, que siempre ha dicho estar a favor del proyecto con condiciones, siente la presión de la sociedad civil de Tarragona, que hace 10 días hizo frente común en favor del macrocasino y cargó contra el “tacticismo político”. Con todo, Pere Navarro ha hecho saber que no se precipitará en la firma, que el pacto no está cerrado y que aún quedan importantes flecos por atar.
El propio Artur Mas se mostró ayer prudente y en su visita oficial a Tarragona aseguró que hay “importantes iniciativas en marcha” en la zona que habrá que ver “si llegan a buen puerto”, sin hacer mención explícita al BCN World. Los socialistas han advertido que si hay pacto ha de ser únicamente con ellos y nunca con otra fuerza política.
Pese a la prudencia, lo que resulta indiscutible es que la Generalitat y el PSC salvaron ayer el principal escollo que les separaba. Los socialistas cedieron a la petición del Gobierno catalán de que la rebaja en fiscalidad afectase a la tasa de juego, que era la principal reclamación de la empresa Veremonte, liderada por Enrique Bañuelos. El empresario reclamaba que se redujese del 55% al 10%.
Por su parte, la Generalitat ha cedido a la reclamación del PSC de que se mantenga la fiscalidad en el resto de la actividad. De esa manera, un empresario hotelero que se instale en el complejo habrá de tributar por todas sus actividades como si lo hiciera en cualquier municipio de la zona.
Los temas que ahora separan a los negociadores son la edificabilidad en la zona, el retorno social a los trabajadores de la actividad del complejo turístico y un plan industrial para la comarca. La negociación política ha permitido al PSC tomar aire, aunque no todo el partido está de acuerdo en apoyar el proyecto.
A la presión para cerrar un acuerdo se añadió el encuentro que mantuvieron el jueves el presidente de la Generalitat, Artur Mas, con el primer secretario del PSC, Pere Navarro, en la que BCN World tuvo su cuota de protagonismo junto a la ley electoral y . Por si hubiera acuerdo, los nacionalistas han convocado sesión de la comisión de Economía para el próximo miércoles para que pueda aprobarse el dictamen e ir superando pasos. Veremonte quiere empezar cuanto antes a construir el complejo y su opción de compra sobre los terrenos anexos al parque temático de PortAventura expira el próximo mes de septiembre.
Los obstáculos iniciales para alcanzar un acuerdo se han reducido a la mínima expresión. Al PSC hace tiempo que le dejó de preocupar el polémico juego a crédito en los casinos y en la última semana cree haber logrado garantías para que el complejo no sea una barra libre de superficie edificable, fijando más de tres instrumentos de control sobre el urbanismo.
En su última oferta, figura la posibilidad de lograr recursos a través de una figura que grave con un porcentaje todavía no estipulado las inversiones que se realicen en el complejo. Los ingresos irían a parar al fondo social reclamado desde un principio por el PSC y que tendría como objetivo mejorar las condiciones de los trabajadores y asegurar recursos para entidades de discapacitados de Tarragona. En resumen, intentar “humanizar” —según fuentes socialistas— un proyecto que gusta a determinados sectores políticos y empresariales por la capacidad de impulsar la economía y el empleo en la zona pero que no convence en otros sectores de la sociedad.
Veremonte, que de momento va de la mano del operador de casinos Melco International, Meliá Hoteles, Value Retail y PortAventura, hace tiempo que asegura que ya tiene a punto 4.500 millones para invertir. Pero esa capacidad económica anunciada por el consejero delegado del grupo, Xavier Adserà, en el Parlament requiere de que CiU logre el apoyo del PSC o el PP o la abstención de ambos, después de la oposición frontal expresada por ERC.
Inicialmente, las enmiendas del PP eran mucho más próximas a las de CiU que las que presentó el PSC. Pero en la última semana, el Gobierno catalán y la federación nacionalista optaron por dar luz verde parlamentaria al proyecto con el apoyo de los socialistas. Estos han puesto dos condiciones. Una versa sobre el articulado de la ley, reclamando a los convergentes que cedieran en algunos elementos. La otra tenía que ver más con la fotografía que surja del acuerdo: no querían que el PP compartiera el acuerdo.
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