El PSC aspira a alzar el vuelo con las elecciones primarias de Barcelona

Barcelona ha sido la única gran ciudad europea y española con alcalde socialista durante 32 años ininterrumpidos. En 2011 se acabó la hegemonía y el PSC sufrió el primero de una serie de batacazos electorales que lo situaron en las cuotas más bajas de su historia.

Los socialistas dijeron entonces que habían entendido el mensaje y se plantearon el reto de volver a sintonizar con la sociedad. La primera prueba de fuego la tienen hoy en Barcelona para escoger a su alcaldable de 2015 a través de unas elecciones primarias que no tienen parangón en España, pues se presentan cinco candidatos y pueden tener un desenlace que sacuda aún más los agrietados cimientos del socialismo catalán.

La agrupación del PSC de Barcelona ha optado por el modelo de las primarias francesas: sin censo previo obligatorio, con opción de votar durante toda la jornada y a doble vuelta si, como parece probable, ningún candidato supera el 40% de apoyo y saca un mínimo de diez puntos al segundo. Si hay segunda vuelta será el 5 de abril. Pueden votar los mayores de 16 años que firmen un compromiso con los valores progresistas y abonen un euro.

El modelo escogido es a ‘la francesa’, con censo abierto y doble vuelta

El hecho de que el censo no esté cerrado entraña el riesgo de que se produzca la irrupción masiva de votantes ajenos por completo a las ideas del partido para intentar decantar la balanza hacia un candidato. Jordi Martí, uno de los aspirantes, ha insinuado en Twitter esa idea a cuenta de sectores independentistas y con el mensaje de que si ganaba las primarias transformaría el ideario del PSC y acabaría con la dirección de Pere Navarro, aunque no parece que vaya a producirse esa movilización masiva en su favor.

Las primarias de Barcelona arrancan con un censo de más de 21.000 personas: tres mil militantes, unos 7.000 simpatizantes, 10.600 ciudadanos que han avalado a los distintos candidatos y 564 personas que ya se han inscrito. El éxito o fracaso del proceso dependerá de la participación. Si los que más se movilizan son los militantes y simpatizantes el partido habrá fallado en su intento de abrirse a la sociedad. Y si algo necesita el PSC cuanto antes es lanzar un discurso alternativo a los recortes y el enquistamiento de Mariano Rajoy y Artur Mas y demostrar desde el Ayuntamiento de Barcelona que se puede gobernar de otra forma.

Todas las encuestas les otorgan a los socialistas de Barcelona un resultado peor del que lograron en las últimas municipales (11 concejales de un total de 41), por lo que al PSC se le agota el tiempo para invertir esa tendencia y volver a resurgir en Barcelona para recuperarse en el conjunto de Cataluña.

La paleta de los cincos candidatos representan todas las almas del socialismo catalán, con dos hombres y tres mujeres y el proceso de las primarias ha sido de una pulcritud inusual en estos casos.

Carmen Andrés, la concejal de barrio

Es concejal del popular distrito de Nou Barris desde 2007 y su discurso se centra siempre en las personas y los efectos que producen los recortes sociales en sanidad y educación. Tiene 50 años y reclama recuperar las esencias del socialismo para reconectar con el electorado que se perdió procedente de la inmigración. Es licenciada en Derecho y genera simpatías por su discurso, en ocasiones primario, que rehúye los análisis alambicados.

Laia Bonet, radicalidad democrática

Es una de las voces más críticas con la dirección actual, pero proclama que el PSC es y será su partido. Fue una de las primeras voces en reclamar elecciones primarias y representa la tercera vía entre Collboni y Martí, porque no se debe a ningún sector. “No es hora de blindar el partido, ni tampoco de asaltarlo”, dice. Tiene 42 años, es jurista y fue diputada en el Parlament y secretaria del Gobierno de la Generalitat con José Montilla.

Jaume Collboni, el hombre del aparato

Él lo niega, pero es el candidato de la dirección del PSC, que no de la federación de Barcelona. Licenciado en Derecho, tiene 44 años y ha sido diputado en el Parlamento catalán y portavoz del PSC. Ha centrado su campaña en la defensa de los derechos sociales. Reclama la unidad de la izquierda contra el alcalde Xavier Trias y que se gasten en políticas sociales los 140 millones de euros de superávit que tuvo el Ayuntamiento barcelonés en 2013.

Jordi Martí, el aspirante soberanista

El jefe de la oposición municipal suscita un rechazo indisimulado en la dirección catalana y barcelonesa del PSC por su tibieza con el alcalde convergente y sus postulados. Es el único candidato que introduce la cuestión soberanista en su discurso y eso explica que le apoyen varios exconsejeros de la Generalitat del sector catalanista. Martí, de 48 años, reclama el voto para derrocar a la dirección socialista y que el PSC abrace el soberanismo.

Rocío Martínez-Sampere, la candidata de síntesis

Mantiene buenas relaciones con la segunda línea de mando del PSOE, con ciertos empresariado y con políticos retirados como Javier Solana. Tiene 39 años y es un espíritu rebelde, aunque contenido, dentro del PSC. Hace un año rompió la disciplina de voto en el Parlament a cuenta de la declaración soberanista, se declara la candidata de síntesis y tiene apoyos muy variados. Clama porque el PSC vuelva a recuperar la transversalidad para gobernar otra vez.