Expedientados 24 policías por no quitarse la mascarilla durante un evento deportivo
Los agentes se quejan de no cobrar pluses y no disfrutar las vacaciones que les corresponde El Ayuntamiento considera el episodio una insubordinación colectiva
Dos faltas muy graves que pueden suponer su expulsión del cuerpo, dos graves y una leve. Hasta 24 policías locales de Galapagar (30.000 habitantes) se enfrentan a estas sanciones; todo porque el pasado 23 de febrero, durante un acto deportivo, decidieron ponerse de acuerdo para salir a patrullar con mascarillas en señal de protesta contra el Gobierno del municipio que, aseguran, les está privando paulatinamente de sus derechos laborales. El Ayuntamiento considera el episodio una insubordinación colectiva, mientras que los agentes se escudan en que la mascarilla es un elemento de protección, como lo pueden ser las gafas de sol o los guantes de látex.
“No tiene sentido que por algo tan insignificante tomen represalias tan desproporcionadas. Llevamos dos años sufriendo una persecución por parte del Gobierno: no nos compensan nocturnidad ni festivos; cuando pedimos días de vacaciones los tenemos que recuperar cuando ellos quieren; y ahora esto”, se queja Alejandro Giménez, portavoz del sindicato CPPM y uno de los agentes expedientados.
Ocurrió el 23 de febrero. Ese día en Galapagar se celebraba el Rally de los embalses, una carrera de bicicletas de montaña con mucha tradición en el municipio. Giménez y sus compañeros eran los encargados de regular el tráfico; una tarea que los policías, que al dar un servicio público esencial no tienen derecho a huelga, decidieron hacer portando mascarillas en señal de protesta. Sus superiores, y más tarde el Concejal de Seguridad, Pablo Gómez, les ordenaron que se las quitaran o de lo contrario tendrían que “atenerse a las consecuencias”. Ante su negativa, los agentes fueron enviados a las dependencias donde, según Giménez, se los “retuvo” hasta que terminó su turno.
Aunque el episodio se quedó en un hecho puntual (algunos han estado repartiendo panfletos, pero fuera de las horas de servicio), los 24 se enfrentan ahora a un expediente sancionador que se desglosa de la siguiente manera: una falta muy grave por acción sustitutiva de huelga; otra muy grave por insubordinación colectiva; una grave por desobedecer la orden de un superior; y una leve por usar elementos que no forman parte del equipo reglamentario. “Lo de la mascarilla es lo de menos, el problema es que incumplieron una orden. No podemos depender de policías que hacen lo que quieren, por eso se les mandó a dependencias”, explica el edil, que lleva en el cargo desde 2011.
Las desavenencias entre el cuerpo de seguridad y el Gobierno municipal se remontan a agosto de 2012, cuando el Ayuntamiento trajo en comisión de servicio a un oficial que, según los agentes, se encargó de “saquear los derechos laborales” y “abrir expedientes disciplinarios al 30% de la plantilla”. Dicho oficial se encuentra imputado por varios delitos denunciados por los policías de Galapagar, que también se quejan de no cobrar un plus por trabajar noches o festivos y de tener que recuperar los días que piden de vacaciones.
“Los pluses están incluidos en los complementos. El verano pasado se les propuso cobrar uno por productividad, pero ellos querían que todos, hasta los que están de baja, lo cobraran; algo que va en contra de la propia definición de productividad”, comenta Gómez. “Todos los funcionarios están obligados a trabajar las mismas horas. Antes eran 1.400, para este año son 1.657. Eso no lo decide el Ayuntamiento, sino que viene establecido por ley”, ha concluído el edil.
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