Condenado a 11 años y 6 meses por intentar violar y ahogar a una mujer
El acusado padece una esquizofrenia paranoide crónica
La Audiencia de Lleida ha condenado a 11 años y seis meses de prisión a Jaume E.S. como autor de un delito de tentativa de homicidio y otro de tentativa de violación de una mujer que hacía footing por el camino que bordea el canal de Pinyana, entre los municipios de Alpicat y Lleida. No consiguió ninguno de los dos objetivos porque la víctima se hizo la muerta.
El tribunal considera probado que, sobre las 11.40 horas del 11 de noviembre de 2012, el acusado, que padece una esquizofrenia paranoide crónica y un retraso mental leve, abordó a M.J. A.P., de 35 años, cuando esta hacía deporte junto al canal de Pinyana. Le preguntó la hora, pero ella no le contestó porque le dio mala impresión e intentó alejarse del lugar, momento en que el desconocido, con intención de violarla, la cogió por detrás y la inmovilizó.
La sentencia relata que el agresor la tiró al canal, se introdujo en el cauce del mismo y con la mano le sumirgió la cabeza debajo del agua, mientras procedió a bajarle las mallas de pantalón y las bragas, pero no logró penetrarla porque no consiguió una erección debido a que el agua del canal estaba fría. En ese momento, la víctima, con los pulmones llenos de agua, decidió dejar de resistirse y hacerse la muerta, momento en que el acusado salió del canal y se fue a su domicilio, situado en los alrededores.
El acusado negó durante el juicio ser el autor de los hechos, pero el tribunal ha dado crédito a la declaración “creíble, coherente, convincente y sincera” de la víctima. Además, el mismo día los Mossos d’Esquadra localizaron en una vivienda situada a unos 300 metros a un hombre cuya descripción coincidía con la dada por la mujer. El sospechoso se había quitado unas ropas mojadas, presentaba aspecto de haberse duchado, tenía una bicicleta llena de barro y presentaba múltiples rasguños.
Como consecuencia de los hechos, M.J.A.P. sufrió broncoaspiración, varias contusiones y erosiones y cuadro ansioso-depresivo, por lo que precisó de hospitalización y tratamiento médico, tardando en curar 183 días y quedándole como secuela un síndrome de estrés postraumático.
El fiscal había solicitado para el acusado 17 años de prisión, pero el tribunal le ha aplicado una atenuante analógica de enfermedad mental. Asimismo, en atención a su “peligrosidad criminal” le condena a 7 años de libertad vigilada, a ejecutar con posterioridad al cumplimiento de la pena de prisión, y a indemnizar con 30.000 euros a la víctima, a la que no podrá aproximarse a menos de 200 metros ni comunicarse con ella durante 15 años.
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