Condenados 14 guardias civiles de Málaga por pedir sobornos
Para dos de los agentes se ha acordado la inhabilitación para empleo o cargo público durante tres años y nueve meses
La Audiencia de Málaga ha condenado a penas de suspensión de empleo o inhabilitación a 14 guardias civiles del aeropuerto de Málaga por un delito de cohecho después de que un jurado popular los considerara culpables de haber pedido sobornos a pasajeros a cambio de dejarles pasar algunas pertenencias (objetos o alimentos) en el control de equipajes. Tres agentes han sido absueltos (fueron declarados no culpables) y un ciudadano chino ha sido penado con una multa de 129 euros por pagar para que le dejaran introducir alimentos prohibidos por las alertas de fiebre aftosa y gripe aviar.
Para dos guardias civiles se ha acordado la inhabilitación especial para empleo o cargo público durante tres años y nueve meses, el mismo tiempo por el que ha sido suspendido de empleo otro agente. Los otros 11 acusados han sido condenados a tres años de suspensión. El tribunal ha impuesto multas que oscilan entre los 140 y los 600 euros para 10 guardias civiles (en el resto de casos no ha habido sanción económica porque se desconoce el valor del dinero recibido).
La sentencia relata cómo los guardias civiles, destinados en la sección fiscal del aeropuerto de Málaga y detenidos en febrero de 2006, revisaban los equipajes y llevaban a algunos pasajeros a una oficina anexa con el objetivo de obtener dinero para que les dejaran pasar determinados artículos o productos alimenticios. Actuaban con ciudadanos extranjeros que pagaban “sin problemas”, bien porque desconocían el concepto por el que se les reclamaba el dinero o bien para evitar problemas.
El fallo destaca “la gravedad” de los hechos, no por la cuantía de las dádivas que se solicitaban a los viajeros, sino por “las circunstancias” de las que se aprovechaban los ahora condenados. La sentencia alude a la “trascendencia social” del delito y a la relevancia del espacio en el que se produjo, ya que el aeropuerto es la vía de acceso de turistas que “lo primero que conocen de nuestro país es la mordida en la aduana realizada por guardias civiles debidamente uniformados”.
Para llegar a su veredicto, el jurado tuvo en cuenta las imágenes grabadas por una cámara instalada sobre una cinta de equipajes y otra que había oculta en la oficina a la que se llevaba a los pasajeros para pedirles dinero.
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