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Deabru Beltza y Les Commandos Percu reclaman la calle

Las dos compañías se unen para crear el espectáculo Danbor Tallka que presentan en BIlbao

El País
Los representantes de las compañías Deabru Beltza y Les Commandos Percu, en el centro, este lunes en la presentación de su obra.
Los representantes de las compañías Deabru Beltza y Les Commandos Percu, en el centro, este lunes en la presentación de su obra.

La música, el movimiento y el fuego están en la base que comparten las compañías de teatro de calle Deabru Beltza y Les Commandos Percu. El grupo vasco y sus colegas franceses se han unido sobre los elementos que les son comunes para crear un  espectáculo en el que no eliminan sus diferencias. En Danbor Talka/Le Choc des Tambours la confrontación simbólica se convierte en energía común con la que reclaman la calle. La obra saldrá a la calle por vez primera este martes en Bilbao, dentro de la programación de Carnavales.

"Estética de las formas, arte de la sorpresa, fuegos artificiales, proximidad en movimiento: el contacto con el público es total", explican los portavoces de las compañías que este lunes han presentado su proyecto común. "Hay varias formas de obtener fuego: el choque de los tambores produce chispas, un calor que se transmite, un gran torbellino de colores y de aromas.  Este espectáculo evoca el choque de las culturas, la necesidad de hablarse, un canto común inventado".

La obra está pensada para ser representada en el exterior por la noche. 12 artistas en escena deambulan durante 25 minutos y prolongan la fiesta otros 20 sobre un dispositivo escénico.  La música y la puesta en escena ha sido realizada en común por  Garbitxu (Deabru Beltza)  y Raymond Gabriel (Les Commandos Percu). 

En Danbor Talka/Le Choc des Tambours los portadores de tambores acuden al encuentro y hacen restallar las pieles tensadas en un enfrentamiento de ritmos y fuegos. "El único objetivo de este enfrentamiento simbólico es transformar el choque en encuentro, sublimar el furor mediante el lenguaje, encender el fuego-unificador que acerca los corazones. Al término del recorrido endiablado a través de las calles y de la multitud, los músicos de fuego suben al escenario para una última confrontación de tambores. Encienden entonces un inmenso fuego artificial que parece surgir de los tambores, como si cada nota de percusión desencadenara una explosión en el cielo estrellado", añaden.

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