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Cantabria ha puesto 3,5 millones para que Tubacex se implante en la región

El consejero de Industria desvela la cantidad en el Parlamento regional

Santander -

La empresa pública Sodercan ha puesto 3,5 millones de euros para que la compañía alavesa Tubacex instale en Cantabria su nueva planta, que se pondrá en marcha con unos fondos que ascienden, en total, a 6,5 millones. El consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, Eduardo Arasti, ha desvelado finalmente la aportación que hace el Gobierno cántabro para que este proyecto se instale en la región, después de semanas evitando dar la cifra amparándose el Ejecutivo en una cláusula de confidencialidad suscrita con la empresa.

Ahora, en sede parlamentaria y en respuesta a una pregunta del PSOE, el consejero ha explicado que Sodercan aporta 3,5 millones de euros al proyecto. La mayor parte de ese dinero (2.796.000 euros) se pone en concepto de fondos propios, y algo más de 700.000 euros son la aportación al capital social de la nueva compañía (Tubacex Services SL), en la que Sodercan tendrá una participación del 19 % del capital.

Tubacex, por su parte, pone otros 3 millones de euros, todos ellos en concepto de capital social, y aporta también su conocimiento, la cartera de clientes y la I+D+i del producto. Según ha destacado el consejero, con una aportación regional de 3,5 millones de euros, Cantabria va a tener este verano "una empresa pionera a nivel mundial". Y cuando Sodercan salga del capital, lo hará -asegura- con una valoración de su aportación superior a la realizada.

Pero según el consejero, para conseguir la implantación de la empresa, también ha sido clave la discreción. El diputado socialista Juan Guimerans, responsable de la pregunta formulada al Gobierno sobre los acuerdos con Tubacex, ha lamentado que la respuesta llega "tarde, mal y arrastras". Ha dicho que los socialistas están "encantados" de que ésta u otras empresas se instalen en la región, pero no ve "admisible" que el presidente regional, Ignacio Diego, diga que tiene que pedir permiso a la empresa para dar los datos y que el Gobierno se acoja a cláusulas de confidencialidad cuando se habla de dinero público.

Arasti, por su parte, ha subrayado que el contrato incluyó una cláusula de confidencialidad, por "expreso deseo" de la compañía, para "evitar presiones e interferencias". Y ha opinado que, si no fuera por esa cautela, "hoy probablemente" Tubacex no estaría en Cantabria. Ha añadido que esa cláusula es una posibilidad regulada en el Código Civil español y fue utilizada "profusamente" por Sodercan en sus acuerdos con empresas privadas en la etapa de Gobierno de PRC y PSOE.

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