La Universidad de Barcelona planea adelgazar su estructura a la mitad
Profesores y estudiantes rechazan la propuesta porque "los nuevos estatutos quieren eliminar el control al gobierno”
La Universidad de Barcelona ya tiene a punto sus nuevos Estatutos, que recogen un drástico y sorprendente adelgazamiento de los órganos de control y gestión del campus. El cambio más importante lo sufre el Claustro, el máximo órgano de debate y de representación de la comunidad universitaria, puesto que de los 300 miembros actuales se quedarían en 150 —exactamente la mitad—, aunque manteniendo la proporción actual de los diferentes colectivos (profesorado, personal administrativo y estudiantes). También el Consejo de Gobierno, que lleva el timón del campus, se vería afectado por la reducción, desde los 53 miembros actuales a los 39 (lo que supone cerca del 27% de recorte).
El rectorado de la Universidad de Barcelona ha preferido no hacer declaraciones hasta la aprobación de los Estatutos, que se realizará en un Claustro convocado para este próximo martes. Tampoco la memoria explicativa justifica este notable recorte, que ha causado críticas entre el profesorado, sindicatos y estudiantes, que han presentado más de una veintena de enmiendas a las nuevas bases que guían la universidad.
Desde la Facultad de Matemáticas ejemplifican su oposición en cifras: si el Claustro pasa a la mitad, el profesorado se queda con 90 miembros, de los cuales entre el 25 y el 30% son cargos académicos. “La conclusión es clara: la representación de las facultades queda muy mancillada”, explican en sus alegaciones desde Matemáticas. Otra profesora del Departamento de Filología griega recuerda que en 1985 el número de miembros llegaba a 1.500. “La agilidad del Claustro no depende del número de miembros, sino del orden del día, la información previa, la documentación y la capacidad de organización”, defiende dicha profesora.
“La conclusión es clara: la representación de las facultades queda muy mancillada”, explican en sus alegaciones desde Matemáticas
Los sindicatos de profesorado y de estudiantes consideran injustificado el adelgazamiento de los órganos de la universidad. “El Claustro es el único órgano donde el rector debe rendir cuentas y solo se convoca una vez al año. Es un intento de eliminar el control al gobierno, el poco que hay ahora mismo”, apuntan desde la Asociación de Jóvenes Estudiantes de Cataluña (AJEC). “Sus miembros no cobran por asistir, así que no es un motivo económico”, añaden desde CC OO, que además no ven adecuado modificar los Estatutos “cuando el Gobierno central prepara una reforma de las universidades y de su gobernanza”.
Otro de los puntos que más rechazo está generando es el que fija que los decanos de las facultades serán propuestos por el rector, cosa que no pasa en los actuales Estatutos —datados en 2003— y son las juntas de las facultades las que eligen entre los candidatos que se presentan libremente. Según la memoria que acompaña a la propuesta, el objetivo de esta reforma es “compatibilizar la democracia” y su “alineamiento con el equipo de gobierno” de la UB.
Este punto ha sido duramente criticado en las enmiendas presentadas por el profesorado. Desde la facultad de Pedagogía piden su retirada para “mantener la autonomía de los centros y el respeto a los procesos democráticos”. Desde Matemáticas no ven claro “el interés del cambio” y alertan de que “aumenta el riesgo de politización” de las facultades. “Si el rector es elegido por sufragio universal que también lo sean los decanos”, sugieren desde Economía. En Física van más allá y tachan de “reducción sustancial e irreversible la calidad democrática de la universidad”. Y añaden desde el campus: “Lo que se conseguirá es una actitud disciplinaria monolítica en el gobierno”.
El sindicato estudiantil AJEC también se muestra contundente y asegura que “el único propósito es buscar la manera que el rectorado no encuentre oposición a nivel de facultades”.
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