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Andalus carecía de fondos y avales para la línea Sevilla-Almería

El exdirector de la compañía aérea declara ante el juez por el 'caso Invercaria'

La compañía aérea Andalus, investigada dentro de las inversiones de la empresa pública andaluza Invercaria, no consiguió uno de sus objetivos, la adjudicación de la línea Sevilla-Almería, “porque no tenía fondos y no podía aportar avales”, según su ex director general Fernando Guerrero Ros.

Guerrero Ros compareció este martes como imputado ante el juez del caso Invercaria, Juan Gutiérrez Casillas, a quien ha negado que Andalus hubiese desviado el dinero recibido de la Junta o lo destinase a “lograr un equilibrio patrimonial”.

Según el imputado, Andalus funcionó y llegó a operar la línea Almería-Madrid y Almería-Barcelona a partir de agosto de 2009, pero el trayecto entre Sevilla y Almería fue adjudicado a Air Nostrum ya que Andalus “reunía los requisitos técnicos, pero no existían fondos”.

En junio de 2010 cesaron los vuelos y durante su primer año de funcionamiento, 2009, no generó beneficios en su facturación, ha dicho Guerrero Ros, que se ha unido a otros imputados en la rama de investigación referida a esta empresa como el expresidente de Invercaria Tomás Pérez Sauquillo, que declaró el lunes.

Andalus recibió de Invercaria dos préstamos de 450.000 y 700.000 euros, de los cuales la segunda entrega se destinó a abrir oficinas, centro de mantenimiento y almacén de repuestos en el aeropuerto de Almería, ha dicho Guerrero Ros.

Como piloto y exdirector de operaciones de líneas aéreas como Air Plus y Air Madrid, Guerrero Ros aseguró que una línea regional “era estratégicamente muy importante para el transporte regional en una comunidad como la andaluza”, que le consta que otros Gobiernos autonómicos han invertido en aerolíneas privadas y que él mismo invirtió 300.000 euros en Andalus porque “entendía que era una operación viable”.

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El imputado negó la afirmación de la Policía de que su empresa tuvo una gestión “negligente e indolente” y desmintió que se hicieran “contrataciones excesivas de personal” a trabajadores que no cumplían el requisito de saber idiomas o haber hecho “una contratación no adecuada de personal para el mantenimiento técnico de los aviones”.

La Policía también criticó en su atestado el sueldo de 206.079 euros al mes que cobraba Guerrero Ros, a lo que él ha respondido que “se corresponde con el mercado y era lo que antes cobraba como profesional”.

El expresidente de Invercaria Tomás Pérez Sauquillo declaró un día antes al juez que Invercaria concedió 1,2 millones en ayudas, pese a que la empresa arrojo unos fondos propios negativos de 1,8 millones de euros. Según el imputado, esas ayudas se concedieron porque se trataba de un sector estratégico.

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