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JORDI MARTÍ, candidato a las primarias del PSC en Barcelona

“El PSC es mi partido, aunque a veces critique decisiones de la dirección”

El presidente del grupo municipal socialista asegura que no se siente cuestionado

Jordi Martí, la semana pasada en Barcelona.
Jordi Martí, la semana pasada en Barcelona.Massimiliano Minocri

Jordi Martí (Barcelona, 1965) es el candidato a las primarias del PSC en Barcelona que mejor conoce el Ayuntamiento y, posiblemente, la ciudad, pues ejerce como presidente del grupo municipal socialista desde que Jordi Hereu abandonó el cargo hace ahora dos años, a los nueve meses de perder las elecciones.

Pregunta. Si todos los candidatos tuvieran una etiqueta ¿cuál sería la suya?

Respuesta. Me gustaría que me pusieran la etiqueta de la experiencia. Llevo casi 20 años dedicados a Barcelona. Este es mi espacio. No me planteo nada más en estas primarias que el servicio a la ciudad. No tengo aspiraciones políticas de utilizar las primarias para nada más que para llevar a cabo un proyecto que es el resultado de tantos años dedicados a la ciudad.

P. ¿Otros candidatos sí que lo hacen?

R. No, no lo sé. Yo lo digo en relación a mi candidatura.

P. Es muy criticó con el PSC, pero ha formado parte de la Ejecutiva hasta hace nada.

R. Dimití por las desavenencias con la dirección. Pero sigo pensando que le PSC es mi partido. El PSC es el gran invento de la izquierda en Cataluña porque ha unido sectores y dinámicas diferentes, pero todos coincidimos en defender la justicia social desde el catalanismo. Este es mi PSC y sigo formando parte, aunque en algunas ocasiones sea crítico con decisiones de la dirección.

P. ¿Está a favor del derecho a decidir?

R. Sí, totalmente.

P. ¿Y que votaría?

R. Si se plantea en los términos actuales, votaría claramente a la primera pregunta y en la segunda exigiría al Estado que hiciera una reflexión y ofreciera un marco de relación que nos permitiera volver a sentirnos cómodos dentro de España.

P. Es decir, que votaría sí-no el 9 de noviembre..

R. Siempre y cuando el Estado español reconozca el carácter nacional de Cataluña y ese aspecto diferencial. Pero hoy se hace difícil imaginarlo. Barcelona quiere jugar en la primera división de las grandes ciudades europeas. Y eso significa ser capital de Estado o cocapital de un Estado plurinacional. Si no tenemos eso no tendremos los instrumentos para aprovechar todo el potencial que tiene la ciudad para Barcelona, para Cataluña y también para el conjunto de España.

P. A las primarias del PSC se presentan un total de seis candidatos. ¿Eso es un indicativo de que usted no ha cumplido con su trabajo en la oposición?

R. En todas las primarias empiezan muchos candidatos pero no acaban todos. No me siento cuestionado, la verdad. Los cuatro temas centrales que hemos colocado en la agenda de crítica y oposición al alcalde Trias son los que hoy están situados en el imaginario de la ciudadanía: la deuda creciente con la Generalitat; el hecho de que las inversiones hayan ido solo a la Barcelona que funciona, como Diagonal o paseo de Gràcia, y en cambio estén abandonados los barrios que más lo necesitan y el proceso privatizador sin freno como la marina de lujo, el plan de usos de Ciutat Vella, ahora los aparcamientos… Hemos sido los primeros en denunciarlo. De la misma manera que propusimos la continuidad del proyecto abriendo la puerta a negociar un Plan de Actuación Municipal (PAM) que luego ha quedado en papel mojado.

P. ¿Se arrepiente de haber pactado el PAM?

R. No, no me arrepiento. Lo que denuncio es que no se cumpla. Dentro del PSC había quien me decía que no hacía falta ni que lo intentara, pero yo soy hombre de pactos y si podía conseguir un avance en la desigualdad, los barrios, la educación o la vivienda, yo lo tenía que intentar. La sensación es de sentirnos engañados.

P. ¿Qué puntos de su programa le gustaría destacar?

R. El combate de la desigualdad. Hay dos Barcelonas: una que funciona y una que se queda atrás. Nos estamos cargando las clases medias de la ciudad. Además de un programa de lucha contra la pobreza hay que imaginar un proyecto económico de medio y largo recorrido basado en la industria, en la economía colaborativa, en la transición energética hacia las renovables y energías limpias, que permita devolver a Barcelona las cotas de igualdad y equidad social que había tenido. Y la capitalidad y el aspecto metropolitano. El proyecto por Barcelona se tiene que hacer a escala metropolitana, la ciudad de los tres millones y medio de habitantes, con nuevas áreas de centralidad.

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