Ecos de la historia reciente de la pintura malagueña

La casa en la que vivió el hispanista inglés Gerald Brenan desde 1935 hasta 1969, un edificio del siglo XIX ubicado en Churriana (Málaga), acoge un recorrido por la producción pictórica de Málaga desde finales de los sesenta del siglo pasado hasta ahora. La muestra, con una treintena de obras de 21 artistas, procede de los fondos del patrimonio artístico del Ayuntamiento de Málaga. La selección comienza con piezas influenciadas por el trabajo de colectivos que marcaron el panorama nacional como El Paso, Dau al Set o los cordobeses Equipo 57. Son obras fechadas en los años sesenta y setenta, pero también presta especial atención a la figuración de los ochenta y, además, incluye algunas de las últimas adquisiciones municipales.

La abstracción modular de Manuel Barbadillo, con una obra de 1969 en la que todavía crea sus sofisticadas formas en blanco y negro sin ayuda del ordenador; o el aguafuerte de Francisco Peinado, Composición con animales y fases lunares (1973), en las que parte de su lenguaje figurativo y coquetea con el surrealismo, son buenos ejemplos de esa época en la que triunfaron el informalismo y la abstracción.

 La pintura malagueña en la segunda mitad del siglo XX, que permanecerá abierta hasta el 30 de abril, reúne obras de grandes nombres del panorama nacional. Además de los citados están Enrique Brinkmann, Jorge Lindell, Eugenio Chicano, Dámaso Ruano o Gabriel Alberca. La muestra, comisariada por Lourdes Jiménez, incluye también adquisiciones recientes de autores como Chema Lumbreras, Daniel Muriel o Plácido Romero, entre otros. En esta ocasión, la escultura también está presente, aunque en menor medida, con una obra de Antonio Yesa.

"Aunque hemos querido mostrar un arco creativo bastante amplio, nos hemos detenido especialmente en los años ochenta, como un homenaje a los creadores que trabajaron entonces en Málaga", apunta Lourdes Jiménez. Y es precisamente una obra de gran formato de Daniel Muriel, Cita en el Maricuchi, de 1980, la que sirve de cartel a la exposición. Una abigarrada y colorista creación que recuerda la estética de la famosa Movida.

El Ayuntamiento convertirá en centro en La Casa del Escritor  que acogerá a la Fundación Pérez Estrada

El caserón del siglo XIX, que el Ayuntamiento expropió en 2003 tras el derrumbe de uno de sus muros, ha perdido el jardín romántico por el que paseaba el escritor con amigos como Ernest Hemingway, Bertrand Russell o Julio Caro Baroja. Su anterior propietario había demolido, ilegalmente —según denunció entonces el grupo de IU en el Ayuntamiento—, parte del antiguo conjunto y construido viviendas nuevas sobre el solar.