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PP, año primero después de Arenas

El futuro presidente popular de Andalucía tendrá como reto reorganizar un partido que desde hace 20 años ha seguido la estela del político sevillano

Lourdes Lucio
Desde la izquierda, Arenas, Zoido, Cospedal y Sanz en la Junta Directiva Regional del PP andaluz este miércoles.
Desde la izquierda, Arenas, Zoido, Cospedal y Sanz en la Junta Directiva Regional del PP andaluz este miércoles.julián rojas

Hay un PP de Cataluña, de Castilla-La Mancha, de Valencia, de Madrid o de Galicia. El de Andalucía, además, tiene otro complemento nominal: el PP de Javier Arenas. Así es desde 1993 cuando el político sevillano se hizo con las riendas de una organización que en esa fecha partía de un porcentaje de votos muy inferior al 30%. Desde hace 20 años, el patrón del PP andaluz, bien directamente o por persona interpuesta, lo ha cortado él. Todos los que están en la organización andaluza los ha puesto él, los ha formado él y los ha ascendido él.

Los 20 meses en los que Juan Ignacio Zoido ha pilotado esta organización han sido de “transición”, como él mismo reconoció en la extraña junta directiva regional de esta semana, en la que se convocó para el 1 y 2 de marzo el segundo congreso extraordinario del PP andaluz de toda su historia sin saber el nombre del aspirante. Un hecho insólito en cualquier partido. En ese acto, la tensión entre Zoido y Arenas era patente. El lenguaje corporal de rechazo del alcalde cuando el vicesecretario general y presidente de honor del PP andaluz le intentó dar un abrazo no pasó desapercibido a casi nadie. Ya lo decía el socialista José Antonio Griñán: “En política no hay amigos”.

Hay que reconstruir una jerarquía nueva”, afirma un dirigente

La crisis en el PP andaluz ha puesto aún más en evidencia los tirones entre Arenas y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, por el futuro control del partido en Génova sin que nadie haya salido al paso de desmentirlos. Cospedal lo hizo visible con otro mensaje no verbal en ese cónclave al sentarse entre Zoido y el secretario general, José Luis Sanz, en la mesa presidencial.

Pero si Cospedal se ha situado del lado del número dos de Zoido, tras apostar en principio por el cordobés José Antonio Nieto, nadie podrá decir que Arenas haya lanzado un nombre, aunque juegue a varias barajas. El problema de Arenas es, como decía el sociólogo William I. Thomas, que respecto a él “las cosas no son como son, sino como se perciben”.

Más empleo y menos discursos

EFE

El portavoz andaluz del PP, Carlos Rojas, pidió ayer a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, una batería de reformas que generen empleo tras cuatro meses de discursos “sin acción”. “Se preocupa más de la foto y del protocolo que de Andalucía”, afirmó Rojas en Granada, donde avanzó que el PP presentará la próxima semana en el pleno del Parlamento una proposición no de ley para que la Junta modifique su política económica y apruebe un programa de reformas que impulse la creación de empleo.

Rojas reprochó a la presidenta de la Junta que no haya puesto “ni una sola medida para la creación de empleo” y lamentó que esté dedicada “a otras cosas”.

“Díaz lleva cuatro meses haciendo discursos, más de 100, pero ni una medida para generar empleo”, afirmó. Pidió a la Junta que combata con acción una tasa de desempleo del 37%, que aumenta hasta el 67% en los jóvenes. La proposición no de ley del PP pedirá un nuevo modelo de concertación social “abierto, transparente y reformista” y solicitará una comisión para adelgazar la Administración paralela de los “chiringuitos socialistas”.

Por otra parte, Rojas aseguró que Díaz se resiste a “limpiar la era” porque conoce bastante de los ERE y por su relación con el exdelegado de Economía en Sevilla Antonio Rivas, implicado en el caso. Según el portavoz del PP, la presidenta se resiste a atajar los últimos casos de corrupción y fraude con fondos públicos mediante auditorías porque “sabe mucho de los ERE” y, además, “Rivas y Díaz han sido compañeros durante muchos años en el partido, cuando ella era la responsable del PSOE sevillano”, añadió.

Todos están a la espera de una señal (“el dedo divino” que criticaba la madrileña Esperanza Aguirre) del presidente del Gobierno y del partido, Mariano Rajoy, el único que no ha entendido la urgencia de los andaluces para elegir a alguien que los pilote. La situación del PP andaluz es desde hace mucho tiempo insostenible, según admiten la mayoría de sus dirigentes, por dos circunstancias. La primera es que Zoido no quiere continuar, sino solo dedicarse a la alcaldía de Sevilla. La segunda es la irrupción de Susana Díaz como presidenta de la Junta y líder del PSOE y no solo del andaluz. Pero también hay una tercera: el tremendo caudal electoral del PP en Andalucía tiene muchas fugas tanto en el cómputo regional como en el municipal. Este partido tiene 23 alcaldías del total de 29 municipios de más de 50.000 habitantes, cinco diputaciones provinciales y sus 265 alcaldes gobiernan sobre el 65% de la población andaluza. Ha ganado las tres últimas elecciones en Andalucía y tiene el grupo mayoritario del Parlamento con 50 diputados.

En dos ocasiones, Rajoy ha frenado los acelerones de la dirección andaluza para designar al actual secretario general, José Luis Sanz, como presidente de la formación y futuro candidato a la Junta. Unos dicen que porque no ve a Sanz y otros porque está midiendo sus propios plazos y tiempos, aunque el congreso está ya convocado. “Hay dos formas de elegir al presidente del partido: de manera democrática o en modo dictatorial. El problema es que nosotros hemos inventado la dictadura imperfecta: ni dejan decidir ni ellos deciden”, se queja un veterano dirigente que apuesta por el secretario general.

La propuesta de Sanz cuenta con el aval de Zoido, de Cospedal y de una mayoría de las direcciones provinciales, pero no concita unanimidad. Por ahora. Si Rajoy lo señala, todos se pondrán detrás de él y los abrazos más fuertes vendrán de quienes hasta ese momento desconfiaban. A los críticos, la elección de Sanz les genera muchas dudas al compararlo con Susana Díaz. Carece de la empatía y cercanía de la socialista y su timidez patológica supera a su socarronería. Tampoco ayuda el hecho de que haya tres concejales imputados en el Ayuntamiento que presidente (Tomares).

“Esto es la dictadura imperfecta: ni deciden ni dejan decidir, asegura un lider del partido

Pero Rajoy ya no puede permanecer más tiempo silbando al aire. El próximo miércoles acaba el plazo para presentar los avales (apenas 90) para ser precandidato. Aunque no es descartable que algún militante quiera adquirir notoriedad juntando firmas, lo que no forma parte de ningún guion es que haya competición abierta entre dos o más pesos pesados del PP andaluz. No está en la cultura de este partido (“la unidad la llevamos en vena”, afirma un diputado) y aunque no sería la primera vez que hubiera dos candidaturas (ya ocurrió en un lejanísimo 1989), siempre ha habido un aspirante oficial con todos los parabienes. Sanz sigue siendo para muchos el favorito en esta carrera, pero el silencio de Rajoy también hace barruntar a algunos que podría seguir pensando en otras opciones como Fátima Báñez.

El reto que tiene por delante la persona que se haga cargo del PP andaluz pasa, en opinión de varios dirigentes, por reorganizar el partido de otra manera. “Cuando Javier se va y llega Zoido, las provincias se mueven por su cuenta, aunque no llegan a ser reinos de taifas. Hay que reconstruir una jerarquía nueva con una relación distinta, poner de acuerdo a los dirigentes pero sin imposiciones”, opina un cargo de este partido. Este cree que si Sanz es el que asume las riendas pactará el equipo que lo acompañe, pero hay dos puestos que no estarán sujetos a subasta: la secretaría general y la portavocía parlamentaria.

El otro reto, sostienen, es cortar el “desánimo” de los militantes ante “el carrerón” de Díaz. “Hay que visualizar todo el poder institucional del PP y dar la batalla en las europeas, sabiendo que si gana el PSOE en Andalucía puede provocar abatimiento en nuestras filas”.

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