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CARLES LÓPEZ | Presidente de la Coordinadora Valenciana de ONGD

“Blasco convierte las mentiras en verdad”

“La actividad de la trama no era cooperación, sino corrupción”, afirma Carles López

Joaquín Gil
Carles López, presidente de la Coordinadora Valenciana de ONGD.
Carles López, presidente de la Coordinadora Valenciana de ONGD. JOSÉ JORDÁN

Separar el grano de la paja. El presidente de la Coordinadora Valenciana de ONGD (organizaciones no gubernamentales para el desarrollo), Carles López, trabaja a contrarreloj para limpiar la pestilente mácula que ha dejado en la solidaridad el caso Cooperación, que es como se denomina el presunto expolio de diez millones de euros destinados a países del tercer mundo durante la etapa del exconsejero acusado Rafael Blasco (2008-2010). El centenar de organizaciones que forman la coordinadora desarrollan una campaña para costear la acusación popular en la causa que ha sentado en el banquillo del TSJ a la cúpula de la extinta consejería de Solidaridad. López (Sagunto, 1967) es responsable de la ONG de comercio justo La Tenda de Tot el Món.

Pregunta. ¿Cómo encaja el caso Cooperación?

Respuesta. Pedimos la devolución del dinero saqueado. La actividad de la trama es corrupción. Nada tiene que ver con organizaciones transparentes y controladas. No hay un caso Cooperación, sino un caso Blasco.

P. ¿Se atrevería a garantizar que no habrá nuevos episodios de expolio de dinero público?

R. Los presuntos cabecillas de la trama pasaron por distintas consejerías. Sin embargo, fue desde Solidaridad donde salió la documentación que destapó el fraude. Trabajamos con ética y transparencia contra la corrupción. Criticamos en su día que la consejería de Blasco obligase a destinar el 1% de las ayudas a campañas de publicidad de una agencia determinada.

P. La ONG utilizada para el supuesto expolio (Fundación Cyes) carecía de experiencia e infraestructura. ¿Por qué tardó dos años en estallar el escándalo?, ¿cómo pasó desapercibido en su sector?

R. Detectamos cosas extrañas en la convocatoria de ayudas de Solidaridad de 2008. Pero no fuimos capaces de concretarlas jurídicamente. Las ONG contribuimos a destapar el caso. Blasco nos acusó de que había 1.000 organizaciones en la Comunidad y que ninguna presentó alegaciones. No había 1.000 ONG, sino 97 en 2008. Y solo podían recurrir las 15 que se presentaron a las ayudas.

“Las ONG detectamos cosas extrañas en las ayudas de 2008”

P. El desembarco del exconsejero acusado inauguró las grandes subvenciones. ¿Qué opinión le merece este modelo?

R. Fue un cambio para fomentar proyectos de cooperación de mayor envergadura. En principio, no era malo. Aumentaba la eficacia de la lucha contra la pobreza. Pero resultaba inimaginable que se colase una organización sin experiencia que compró con dinero público pisos y plazas de garaje. Eso no es cooperación. Las ONG demostramos hasta la última factura. Por eso, exigimos que se comprueben los pozos financiados en Nicaragua a la Fundación Cyes [Anticorrupción sostiene que solo llegaron a Centroamérica 43.000 euros de los 1,8 millones recibidos]. En 2008 no había un registro de cooperación. Ahora sí. Internet permite conocer si una organización cumple requisitos.

P. ¿Conocía al presidente de la Fundación Cyes?

R. No. Descubrí quién era Marcial López cuando saltó la denuncia de Anticorrupción. Cyes en 2008 era un centro de formación.

P. Blasco declaró que, hasta su llegada a la consejería de Solidaridad, las ayudas se daban a dedo. ¿Es cierto?

R. Entre 2000 y 2010 las ayudas discrecionales no superaron el 55%. Blasco las aumentó. El acusado intenta con esa afirmación legitimar su etapa. Pero no es cierto.

P. Sorprende en el caso Cooperación el papel de Augusto César Tauroni, empresario que presuntamente cobra mordidas a las ONG por asesorarles para captar subvenciones. ¿Es frecuente esta figura?

R. No. Hay un marco legal, deontológico. La cooperación es compleja. La construcción de un pozo puede parecer sencilla pero requiere esfuerzo. En las ONG hay voluntarios. Y la ley prohíbe intereses comerciales.

P. ¿Cómo definiría la figura de Blasco?

R. Es un político muy hábil. Capaz de convertir las mentiras en verdad. Tiene una memoria selectiva. Dispone de capacidad para salir indemne. Lo ha hecho siempre. Da igual que existan documentos, declaraciones. Es un personaje oscuro. Propio de una larga novela negra. Sus archivos le están salvando. Blasco recurre a un lenguaje progresista, bondadoso, ético. Quien le escucha, nunca pensará que…

“El exconsejero es un personaje de novela negra”

P. ¿A ustedes les embaucó?

"Tememos el regreso a un sistema benéfico y asistencial”

R. No. Era exigente, contundente. Intentó crear una organización paralela para cuestionarnos, la Federación de Entidades por el Codesarrollo (Fedacop). Pretendió disminuir los fondos en convocatorias públicas. Nos quitó la financiación. Con una mano hacía todo eso y con la otra mostraba sus mejores intenciones revestidas de progresismo.

P. ¿Cómo recuerda las reuniones con el exconsejero acusado?

R. Celebramos dos desde 2009. La primera fue tras estallar el escándalo. Nos dijo que la noticia era un ataque al modelo de cooperación valenciano y pidió que le apoyáramos. Le reclamamos transparencia, que se demostraran los proyectos bajo sospecha. Eso que cuenta ahora de que se reunía con todos no es cierto. A mí nunca me llamó.

P. El caso Cooperación enfila su primer tramo. Su grueso -supuesto desvío de ocho millones para un hospital en Haití- todavía no se ha juzgado. ¿Aparecerán nuevas ONG sospechosas?

R. El funcionamiento de la Fundación Cyes está muy claro: dinero para Nicaragua que acaba en pisos y plazas de garaje en Valencia. Pero la segunda pieza del caso es mucho más compleja. Abarca un entramado de organizaciones, facturación.

P. Una de las supuestas prácticas de la trama era el asesoramiento sobre cómo debían las ONG amoldar su proyecto para recibir la ayuda. ¿Es habitual?

R. No. Muy pocos técnicos sabían de cooperación en la Dirección General de Solidaridad. Por eso, no nos podían asesorar.

P. ¿Se purgó la antigua consejería para colocar a personal manejable?

R. Sí, se limpió. Ahora es fácil afirmar que los técnicos no eran conscientes de lo que ocurría y que no estaban formados.

P. ¿Acabará algún acusado en la cárcel?

R. Nos gustaría que la justicia fuera ejemplar. Las peticiones de penas son elevadas. Pero hemos visto ciertas artimañas jurídicas. Existe la sensación de que igual no ingresan en prisión. Y luego podrían ser indultados.

P. La acusación de la Generalitat pide ahora 11 años de prisión para el exconsejero tras dejarlo caer como portavoz del PP en las Cortes.

R. No había otra solución. Seis de los nueve acusados pertenecieron al Gobierno valenciano.

P. ¿La solidaridad está en crisis?

R. No. Es el recurso para atacar la cooperación, las políticas sociales, los derechos laborales…

P. ¿Combatimos ahora más la miseria del vecino que el hambre en el Tercer Mundo?

R. Tememos el regreso a un sistema benéfico y asistencial que no erradique la causa de la pobreza. Se puede trazar un peligroso discurso con la lucha contra el hambre. No es cierto que los recortes en cooperación del Consell -un 95% desde que arreció la crisis- hayan servido para combatir la pobreza.

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Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.

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