“George Clooney está en mi maletero”

"Disculpe, ¿no habrá visto a George Clooney en el garaje?", preguntó un cámara. "Pues no", contestó la conductora. Salía con su coche del aparcamiento de un hotel de lujo de Valencia donde se hospeda el famoso actor a la espera de participar en el rodaje de la gran producción de ciencia ficción de Disney Tomorrowland. La mujer no se esperaba la pregunta. Pero en seguida ató cabos y sin perder la perpleja gravedad de su rostro, añadió: "Está en mi maletero". Luego subió la ventanilla, esbozó media sonrisa y se marchó con viento fresco.

El viento soplaba fresco este lunes en Valencia y de él se resguardaba en el patio interior del hotel, tocado con una gorra, el actor Hugh Laurie, otro de los protagonista de la película dirigida por Brad Bird, realizador de Los increíbles o Ratatouille. El temido doctor House de la popular serie de televisión disfrutaba de un espléndido sol de invierno. Se le veía a gusto. Hasta que detectó la presencia de plumillas. Al más tirao p'alante, que educadamente le pidió una foto, le respondió que no estaba para esos menesteres y que, por favor, no insistiera. Dicho y hecho.

No hubo forma de insistir a Clooney, porque la gran estrella de Hollywood brilló por su ausencia. Que si saldrá del hotel para comer con Laurie y su mujer en el restaurante del cocinero que atesora tres estrellas Michelin; que si sobre las cuatro de la tarde se desplazará a la Ciudad de las Artes y las Ciencias para observar los preparativos del filme en el decorado futurista; que hasta que no arranque el rodaje el martes... Al final, nada de nada.   

La gente y los periodistas se arremolinaron el pasado domingo a las puertas del aeropuerto de Valencia y del hotel para ver al protagonista de la acerada Up in the air y realizador de la incisiva Buenas noches y buena suerte. Sólo se pudieron captar unas imágenes borrosas del protagonista de Gravity. Entró directamente al hotel por el aparcamiento, lo que originó el insólito interés por sus accesos en el día de ayer. La mayor parte del equipo técnico y artístico aterrizó el sábado en vuelo charter procedente de la canadiense Vancouver, donde se ha filmado la mayor parte de la película. Tampoco allí se prodigaron las estrellas.  

El secretismo que rodea este superproducción de 180 millones de euros ha contribuido a alimentar los rumores en Valencia. Incluso, se ha instalado todo un ejército de grandes vallas ciegas en el gigantesco complejo arquitectónico, diseñado por Santiago Calatrava y reconvertido en plató futurista, para impedir que los periodistas y curiosos puedan presenciar el rodaje. Quien paga, manda. Y la productora ha alquilado para trabajar las instalaciones a la Generalitat valenciana, encantada de ingresar dinero y de promocionar la ciudad. El montaje es espectacular.

Una cápsula espacial descansa sobre un voladizo del Museu de les Ciències. Un enorme andamiaje permite filmar un travelling a unos 20 metros del suelo. Si es necesario, el ordenador se encargará de arreglar las tiras de trencadís que ya han sido arrancadas de la fachada del Palau de les Arts tras el reciente desprendimiento de parte de su revestimiento. El plan es incluir también la rotunda y ahora despellejada ópera valenciana en algunos planos de Tomorrowland.  

Alrededor de media hora del metraje final de la película se filmará en el escenario valenciano, según algunas fuentes. El propósito es rodar hasta bien entrada la noche y hasta el próximo domingo. Los 300 extras seleccionados han sido advertidos de que pueden ser llamados en cualquier momento. 250 personas conforman el equipo técnico.

Sobre la historia, poco ha trascendido. Clooney encarna a "un antiguo niño prodigio inventor, hastiado por las desilusiones", según lo poco que Disney ha dado oficialmente a conocer de este proyecto. Su personaje se ve unido "por el mismo destino" a "un adolescente inteligente y optimista lleno de curiosidad científica". Por lo visto y oído, Tomorrowland es una tierra de promisión, una esperanza de futuro. "Yo me conformo con ver a George Clooney", comenta una joven que escucha las explicaciones sobre el argumento de la película, mientras espera a su ídolo en la calle.