La fiscal acusa de homicidio a ocho de los ‘mossos’ del ‘caso Raval’
La reducción del empresario del Gayxample fue "excesiva, desproporcionada y desmesurada". Los agentes expusieron a Benítez a un "peligro innecesario" El fiscal reprocha que los 'mossos' retrasaran la atención médica a Benítez
La fiscalía ha acusado de homicidio a ocho de los mossos d’esquadra imputados por la muerte del empresario Juan Andrés Benítez, que falleció en Barcelona el pasado octubre horas después de ser violentamente reducido. La actuación de los agentes en el caso Raval fue “excesiva, desproporcionada y desmesurada”, concluye la fiscal, que no concreta, sin embargo, si son responsables de un homicidio doloso (o sea, intencionado) o imprudente. Los policías, en cualquier caso, “colocaron a la víctima en una clara situación de riesgo y peligro” a sabiendas de que Benítez “no tenía escapatoria”, según el escrito remitido a la juez que investiga el caso.
Un agente está acusado de borrar pruebas y otra de coacciones a una vecina
Los hechos ocurrieron la noche del 5 de octubre en el barrio del Raval. Por un conflicto relacionado con su perro, Benítez acabó enfrentándose a golpes con un vecino, El Yazid A, el hombre con quien peleó antes de la llegada de la policía,. Tras la pelea, ambos “permanecieron tranquilos en el lugar” a la espera de que llegara la policía. Cuando aparecieron los primeros agentes, Benítez trató de marcharse. Una agente intentó retenerle y el empresario se revolvió, lo que motivó “un forcejeo entre ambos”, según el relato expuesto por la fiscalía en una vista para concretar las acusaciones del caso Raval, que será dirimido por un jurado popular.
El incidente con la agente femenina provocó que sus compañeros —tres al principio, un total de ocho al final del incidente— se abalanzaran sobre el hombre, de 50 años y nacido en Cádiz. Durante las maniobras para reducirle, darle la vuelta en el suelo y colocarle las esposas, los agentes le propinaron “patadas, puñetazos” y otra clase de golpes, incluso con la porra “en posición horizontal”, detalla la fiscal.
La actuación, incide, fue “desproporcionada” no solo por su duración —alrededor de 15 minutos— sino también por “el número de mossos” que intervinieron y por “la fuerza física” que ejercieron sobre la víctima. Los agentes “provocaron a Benítez un estrés” que le llevó “a un estado de inconsciencia” y a una “situación de parada cardiorrespiratoria” previa a su fallecimiento.
La causa de su muerte es uno de los caballos de batalla del caso Raval y lo que aún hace dudar a la fiscal sobre la naturaleza (dolosa o imprudente) del homicidio. Para aclararlo, el ministerio público ha pedido una decena de aclaraciones respecto a la autopsia de Benítez, que abrió un abanico de posibilidades. Según el informe forense, en la muerte intervinieron cuatro factores: los golpes propinados por la policía durante la actuación —sobre todo, en la zona cráneo-facial—, el “estrés” provocado por la reducción, una dolencia cardíaca previa que le provocaba arritmias y la ingesta, horas antes, de una pequeña cantidad de cocaína; todo ello en conjunto —y sin que, según los forenses, pueda apostarse por una sola causa— provocó la parada cardiorrespiratoria que, horas después del episodio, acabó con la vida de Benítez en el hospital Clínic.
Fechas del 'caso Raval'
6 de octubre de 2013.Juan Andrés Benítez muere horas después de ser reducido por los Mossos d'Esquadra en El Raval.
16 de octubre de 2013. La autopsia inicial sostiene que Benítez murió por los golpes recibidos en la zona "cráneo-facial".
3 de noviembre de 2013. La juez imputa a ocho mossos por la muerte del empresario e Interior les aparta temporalmente.
1 de diciembre de 2013. Una nueva autopsia matiza que en la muerte de Benítez influyeron diversas causas.
12 de diciembre de 2013. El consejero Ramon Espadaler levanta la suspensión a los mossos pese a que siguen imputados.
15 de diciembre de 2013. La juez decide que sea un jurado popular el que juzgue si los mossos causaron la muerte de Benítez.
Aunque no tenían “intención directa” de acabar con la vida del detenido, los mossos actuaron “de común acuerdo” para colocar a la víctima “en una clara situación de riesgo y peligro que podría desembocar en su fallecimiento”, siempre según el relato trazado por la fiscal, Elena Contreras, que enumera una docena de circunstancias para justificar que la actuación fue “desproporcionada”; entre otras cosas, afirma que los mossos fueron conscientes de los “continuos gritos y lamentos” de la víctima y les reprocha que “prolongaran” su reducción, “incluso cuando Benítez había dejado de gemir”.
Además de un delito contra la vida, la fiscal atribuye a los ocho policías otro de torturas. La acusación particular, que ejerce la familia de la víctima a través del abogado David Aineto, pide que sean juzgados también por detención ilegal. Los otros dos agentes imputados también son responsables, según la fiscal, de obstrucción a la justicia y coacciones. Uno de esos policías arrojó una botella de agua sobre el charco de sangre que había dejado el cuerpo de Benítez en la calle de Aurora.El segundo policía preguntó a una vecina si había grabado imágenes de lo ocurrido. La mujer le dijo que sí y le pidió que las borrara en su presencia. “Lejos de indicarle si podía facilitar a la policía el material gráfico”, critica la fiscal, se limitó a presenciar cómo las borraba, lo que “obstaculizó” la investigación
La difusión, por EL PAÍS, de un vídeo grabado por los vecinos —y la investigación policial— fueron el detonante de la decisión del Departamento de Interior, dirigido por Ramon Espadaler, de suspender temporalmente de empleo y sueldo a los agentes. Interior, sin embargo, les ha levantado esa suspensión, pese a que están cada vez más cerca de sentarse en el banquillo de los acusados. La defensa de los agentes, sin embargo, pidió el archivo de la causa y solicitó una nueva autopsia.
En su escrito, la fiscal también lamenta que, pese a que ya estaban presentes en el lugar de los hechos, los agentes no pidieran a los miembros del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) que asistieran a Benítez “hasta que este, esposado y con los pies sujetos a las manos por atrás”, fue introducido en el vehículo policial “inerte”. “La gravedad de su estado” motivó que fuera finalmente desatado y atendido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.