Un sueño de verano: entrenar con estrellas para convertirte en profesional

24 jóvenes promesas del baloncesto femenino catalán trabajan desde el martes y hasta el domingo con jugadoras de básquet profesionales y una decena de técnicos. El proyecto, llamado Law6, ha sido merecedor del primer premio Endesa Basket Girlz para fomentar la práctica deportiva y frenar el abandono prematuro de las adolescentes

Entrenamiento de Laura Méndez, base del UFAB 49 de la liga francesa, y la joven promesa Martina Vizmanos en el Polideportivo La Salle de Barcelona.
Entrenamiento de Laura Méndez, base del UFAB 49 de la liga francesa, y la joven promesa Martina Vizmanos en el Polideportivo La Salle de Barcelona.massimiliano minocri

Tienes 15 años y quieres ser jugadora de baloncesto. Muchas de tus compañeras de equipo dudan, comienza a hacérseles cuesta arriba compaginar los entrenamientos y el instituto. Incluso padres o amigos les aconsejan: “céntrate en los estudios y deja la pelotita”. La estadística dice que tres de cada cuatro sucumbirán, un grado de abandono que no se da en igual medida entre chicos. Y que tiene consecuencias graves para ellas: el baloncesto, como ocurre con los deportes colectivos, aporta salud e imprime valores meritorios también fuera de la pista: trabajo en equipo, sacrificio, resolución… ¿Qué hacer para frenar esa tendencia? La respuesta ofrecida por el proyecto Law6, que se celebra esta semana y hasta el domingo 28 en Barcelona, ha merecido el galardón de la primera edición del certamen Basket Girlz, una iniciativa de Endesa que persigue, justamente, revertir esa realidad que ellos mismos radiografiaron. 24 promesas del básquet entrenarán junto con profesionales como Claudia Soriano (Ensino Lugo), Regina Aguilar (Cadí La Seu), Txell Alarcón (Hozono Global Jairis) o Laura Méndez (UFAB 49) y tendrán la oportunidad de ser examinadas por técnicos del máximo nivel que, mediante informes individualizados y ejercicios tácticos, físicos y de fundamentos, les demarcarán el camino a recorrer para alcanzar ellas mismas la meta de la profesionalidad. El sueño de todas: hacer del baloncesto su modo de vida.

Una idea que sobrevino, cuenta uno de los fundadores, Sergio Vera, experimentado entrenador de baloncesto femenino, tomando un café. Y que desde que les asomó por la cabeza los prendió rehenes y les obligó a ponerse manos a la obra. Conocían como la palma de su mano el básquet femenino catalán, el profesional, las canteras, el amateur; muchos veranos habían recibido llamadas de jugadoras que les solicitaban ayuda con sus entrenamientos individuales de postemporada… La necesidad era palmaria, todo parecía de una lógica aplastante. Son esas elásticas horas estivales las que las baloncestistas suelen dedicar a mejorar aspectos físicos o técnicos de su juego a los que durante la competición no tienen tiempo de prestar atención: mecánica de tiro, potencia de piernas, velocidad de desplazamientos laterales. Miles son los detalles que deben pulirse. Un trabajo arduo, a veces ingrato, indica Vera, por tener que realizarlo a solas, alejadas de la vista de los demás.

A eso también quiso ponerle remedio Law6. Todo es mejor en equipo, en comunidad. Y la buena acogida de la idea no les pilló por sorpresa: “Todas aquellas a las que las competiciones internacionales se lo han permitido, han querido sumarse”, cuenta Sergio Vera que, para una tarea tan colosal, ha querido rodearse de profesionales como Marta Santiago, seleccionadora de baloncesto 3x3 en categoría U21 y preparadora de una de las mejores canteras históricas del baloncesto femenino, como es el Siglo XXI de Barcelona. “Este es un primer paso, ojalá poder expandir esta experiencia fuera de Cataluña y poder repetir cada verano”, afirman ilusionados ambos.

¿Cómo funciona Law6?

Antes de reunirse en el parqué del pabellón La Salle Bonanova de Barcelona este martes, las 24 participantes enviaron vídeos suyos jugando, unas imágenes que los 10 técnicos reunidos en el proyecto analizaron para elaborar informes individualizados. En esos documentos detallaban sus virtudes, sus déficits y la evolución que podían prever para ellas, si trabajan los aspectos indicados. Una información valiosísima y que, en el entorno de los clubes de formación, rara vez pueden extraer, analizar y poner a su disposición, por falta de medios; una perspectiva que les permitía de pronto imaginarse a sí mismas en la trayectoria hacia la jugadora profesional que quieren llegar a ser. ¿Y qué puede haber mejor para esos bisoños talentos que entrenar esas facetas codo a codo con estrellas como Laura Méndez o Txell Alarcón? “Es una cuestión crucial para las jugadoras jóvenes”, indica Vera; “Pueden comprobar cosas tangibles muy útiles, como cuánto tengo que mejorar el tiro para alcanzar el nivel de esta escolta profesional o en qué jugadora puedo inspirarme según mis condiciones”.

Se trata de un aprendizaje que va mucho más allá de la frontera de la clausura de estas sesiones. Porque, una vez diagnosticado su estado muscular o articular, su condición física, una vez conocido el riesgo de lesiones que, por ejemplo, también predicen esos informes, los consejos y ejercicios ejecutados a lo largo del campus por las jugadoras bajo la vigilancia de sus entrenadores o los nuevos hábitos deportivos incorporados al compartir cancha con las profesionales pueden y deben continuar luego durante la temporada con sus equipos.

“Al principio, cuando una jugadora se pone en tus manos, realiza un acto de fe”, explica Santiago, “pero tardan poco tiempo en evaluar cómo lo que tú les ofreces les da resultado”. Un mensaje que cala porque, dice, les sirve para trabajar su cultura competitiva pero, a la vez, no se olvida de inculcarles unos valores que luego echan raíces en las jóvenes. “Estamos ahí para ellas”. Una oportunidad única, una puerta hacia el cumplimiento de sus sueños. Esas 24 jóvenes tienen hoy muchas más razones para perseverar, para no rendirse, para seguir siendo Basket Girlz.

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