La Comunidad de Madrid modifica los baremos para obtener una farmacia
La experiencia profesional solo puntuará en los concursos una vez cada diez años
El interesado en abrir una botica en Madrid puede hacerlo de tres formas: esperando a que el Gobierno regional organice un concurso para otorgar nuevas licencias, comprando una o por herencia. Hasta ahora, si se optaba por la primera fórmula, el recién licenciado se enfrentaba a un sistema en el que la experiencia profesional (estar al frente de una farmacia) daba más puntos que un buen expediente académico. Esto convertía el enfrentamiento para conseguir una botica entre recién licenciados y farmacéuticos que ya fueran dueños de un establecimiento en muy desigual. El sistema favorecía así el monopolio del sector por los profesionales que atesoraran más años despachando remedios, porque acaparaban todas las nuevas oficinas y evitaban la competencia de los jóvenes licenciados. Luego, cuando tenían las farmacias, las vendían o las cedían a familiares y amigos y volvían a presentarse a nuevos concursos.
El Gobierno regional ha dado un giro a esta normativa y dejará de tener en cuenta en los concursos de concesión de establecimientos los puntos que antes se obtenían por la veteranía en la profesión, siempre y cuando ya hubieran sido valorados en convocatorias anteriores y hubieran facilitado que el farmacéutico lograse una botica en los últimos diez años. No obstante, sigue siendo imprescindible la licenciatura o grado en Farmacia y la limitación de los diez años no afecta a los méritos vinculados al expediente académico.
“Es decir, los méritos por años de profesión solo se podrán utilizar una sola vez en una década”, explica Alexia Lario, presidente de la Asociación de Empresarios de Farmacia de Madrid (Adefarma ), que valora de forma positiva la medida. “El sector lo demandaba desde hace tiempo”, indica. “Puede agradar a unos sí y a otros no, pero tenemos que dar paso a los nuevos licenciados o a personas que quieren acceder a estos locales sin poseer ninguno con anterioridad”, puntualiza.
El Colegio Oficial de Farmaceúticos de Madrid añade que la modificación del marco legal favorecerá la creación de empleo. “Y está en línea con el reciente cambio que permite que los profesionales que ejercen como adjuntos en las farmacias de la Comunidad de Madrid puedan compatibilizar su trabajo a tiempo parcial en más de una farmacia”, explica en una nota de prensa.
Los cambios se introducirán en la Ley 19/1998 de Ordenación y Atención Farmacéutica de la Comunidad de Madrid, tras una enmienda presentada por el Grupo Parlamentario Popular en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de la región.
En medio de estos aplausos, surge la voz crítica de Plafarma (Plataforma Libre Apertura de Farmacias). Su presidenta, Mercedes Cuadra, califica la medida de “grano de arena en medio del desierto”, debido a que no se abordan los problemas principales. “Este sector tiene privilegios arcaícos desde hace 100 años. La única manera de acabar con ellos es con la liberalización. Lo que han adoptado es una medida mínima para algo como la valoración de los méritos, que era increíble que estuviera ahí ”.
Plafarma aboga por un sistema que permita abrir boticas sin que se tengan en cuenta módulos de población ni de distancia entre establecimientos. “Por supuesto con una regulación sanitaria y un profesional al frente”, matiza. Sobre todo, porque recuerda que en Madrid no se convocan casi concursos para montar este tipo de negocios.
En la región existen en la actualidad 2.877 farmacias, según datos de la Consejería de Sanidad. En ellas trabajan 13.000 profesionales, de los que 7.650 son licenciados. Estas boticas prestan servicio a una población de 6,2 millones, indican los datos de 2010 del Colegio Oficial de Farmaceúticos de Madrid. Para abrir la primera farmacia en una zona se necesitan 2.800 habitantes, y a partir de esa cifra, la zona tiene que crecer en 2.000 habitantes más para poder optar a otro establecimiento de este tipo. Además, los locales tienen que estar a una distancia de 250 metros.
Cuadra recuerda también que “tienes que pagar casi 600 euros por presentarte al concurso”. En 2003, se licitaron 55 farmacias. Hasta 2008 no llegaron las siguientes licencias. Se sacaron 16, que la Comunidad tuvo que ampliar a 39 más, en cumplimiento de un fallo del Tribunal Supremo, que obligó a recalcular la ratio demográfica. En 2013, se abrió el concurso para 11 farmacias.
La Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) considera los cambios “a priori una medida positiva que evita la especulación”, dice Adela Martín, vocal de investigación de la organización. “Hay que dar más acceso a los farmacéuticos adjuntos [que llevan una farmacia pero que no son propietarios] en igualdad de condiciones”. Martín sostiene que se tendría que buscar un baremo nacional en los concursos que fuera homogéneo. “Porque, de hecho, en Madrid se presentan personas de toda España, y sería más justo para favorecer gente que trabaja como adjunta en las farmacias”.
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