75 tiendas se suman a un mapa de comercio justo en Barcelona
Los comercios deben cumplir al menos ocho criterios de economía social
Hace cinco años, Núria Sacristán abrió una tienda de ropa y bolsos en el barrio de Gràcia de Barcelona. Ella misma, junto a una socia, diseña y fabrica los productos, a precios ajustados y con la posibilidad de personalizar cada prenda. “El día a día es difícil, como el de todo el mundo en tiempos de crisis, pero la gente cada vez está más concienciada y valora que el trabajo sea artesano”, explica Núria. “Es una apuesta por ti misma”, sentencia. Esta apuesta por la artesanía le ha valido a su tienda, Ven y cógelo, un puesto en el mapa de comercio responsable Palmo a palmo (Pam a pam, en catalán), impulsado por la ONG Setem con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona.
Un total de 75 tiendas forman ya parte del mapa. Junto a grandes ONG —como Intermon Oxfam o Roba Amiga—, también hay pequeños comercios de barrio que apuestan por alimentos ecológicos y de kilómetro 0, cooperativas de consumo, sucursales de banca y finanzas éticas y tiendas de comercio justo y ropa de proximidad.
“La pagesia y la agricultura ecológica van al alza”, afirma Xavier Vilaplana, socio de El Maná, otro de los comercios del mapa. Se trata de una tienda de productos de alimentación ecológica y dietética que abrió el año pasado en el barrio de la Sagrada Familia. “Compramos a cooperativas agrícolas y directamente a productores de toda España intentando siempre vender a un precio asequible para la gente”, explica Vilaplana. Además, realizan cursos de consumo responsable.
El objetivo del callejero es dar a conocer los puntos donde se practica la economía social y solidaria en Barcelona y, a partir de la cesta de la compra, transformar la manera de consumir.
La elaboración del mapa es colectiva. Las tiendas o cualquier persona que sepa de un establecimiento de comercio responsable en su barrio pueden dar cuenta de ello en la página web www.pamapam.org. Luego, los voluntarios de Setem se desplazan hasta el establecimiento para hacer una entrevista y confirmar que la tienda cumple 8 de los 15 criterios de economía social y solidaria, referentes a los orígenes y la gestión del producto, el impacto en el entorno, el reciclaje, la organización y la toma de decisiones de la empresa. Una vez comprobado, el comercio se añade al mapa.
“Es una invitación para que la gente se ponga las gafas del comercio responsable”, explica Anna Fernàndez, coordinadora del mapa. La iniciativa, que se estrenó el pasado mes de diciembre, ha cosechado éxito gracias al boca-oreja y a las redes sociales, y cada semana llegan nuevas solicitudes para añadirse al mapa. “Cuando denunciamos las prácticas de las empresas textiles que producen en Asia, la gente nos pregunta: ‘¿Y yo que puedo hacer?”, continúa Fernàndez. La respuesta, este mapa: una invitación para comprar no sólo mirando el precio; también con la conciencia.
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