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Una firma nueva de parientes de cargos del PP recibe otro parque arqueológico

La empresa despidió plantilla antes de hacerse con su segundo contrato de Cultura

Inauguración del Parque Arqueolóxico da Arte Rupestre de Campo Lameiro
Inauguración del Parque Arqueolóxico da Arte Rupestre de Campo LameiroCARLOS PUGA

La concesión de la gestión del parque arqueológico de Campo Lameiro, en el interior pontevedrés, a una empresa creada al efecto por el hijo del alcalde, del PP, y el hermano de una edil levantó algo de revuelo en 2012. Los afectados, Jorge Sayáns (vástago de Julio, regidor desde 1983) y José Manuel Boullosa (hermano de Nieves, concejala) respondieron a la polémica apelando a su sentido de la responsabilidad. Ambos eran empleados de la concesionaria original, que había quebrado y su “implicación emocional” les llevó a dar un paso al frente para evitar el cierre del centro, al que en todo caso esperaba un futuro incierto, según sus explicaciones, a pesar de los 540.00 euros que la Xunta les asignaba para el periodo 2012-2014.

La Consellería de Cultura no fue quisquillosa con los requisitos y avaló la sucesión contractual para la que la flamante empresa, Espiral de Xestión, SL, requirió del apoyo de otra que avalase su solvencia. Desde entonces parece que la semilla ha germinado porque la compañía no solo tiene intención de renovar la concesión, sino que a finales de diciembre se hizo también hasta 2017 y por 543.800 euros, según adelantó el diario Público, con la del igualmente tembloroso parque arqueológico de San Cibrao de Lás, centrado este en la cultura castrexa. Espiral le ganó este concurso a la misma sociedad que avaló su solvencia en Campo Lameiro. Menos de un año antes de hacerse con el nuevo contrato, la empresa del hijo del alcalde del PP justificó el despido de trabajadores por causas económicas.

A pesar de tener asignados 540.000 euros de la Xunta entre 2012 y 2014, la sociedad, que asumió la gestión del parque de Campo Lameiro en febrero de ese año, ya tenía problemas al cierre del primer ejercicio. Tres personas fueron despedidas entre noviembre y febrero, por motivos que en uno de los casos avaló una sentencia judicial. En las cartas de despido, según recoge el fallo, Espiral se quejaba de “la existencia de pérdidas actuales, según datos a cierre de 2012, y las previstas, sin elementos significativos que auguren un cambio de tendencia, sino más bien todo lo contrario, por la nula contratación del servicio”. También señalaba la “disminución persistente en el nivel de ingresos, como consecuencia directa del descenso de ingresos y el incumplimiento contractual de la Xunta, en concepto de las subvenciones y ayudas que inicialmente se pactaron”. El reproche a la Administración continuaba con la referencia a la “imposibilidad de mantener el actual nivel de gastos fijos, que fueron estimados teniendo en cuenta el estudio económico y el apoyo principal e incondicional del organismo central, que ahora se muestra rudo y extremadamente austero”.

Jorge Sayáns asegura que los despidos se debieron solo a que “bajaron un poco los ingresos” y asegura que en 2013 “mejoraron las visitas”, que pasaron de 20.000 a 23.000 según su cuenta. Sobre la peculiaridad de que la empresa rival en el concurso, Van Divulgación Cultural, fuese precisamente la que en 2012 acreditó la solvencia de Espiral Xestión Cultural, asume que es una “pura y dura coincidencia”. También resta valor a las voces que aluden la celebración de comidas y cenas en la cafetería del parque, alguna de ellas con sesión de karaoke tras los postres. “Que yo sepa, no”, rebate. La construcción del parque de Campo Lameiro, proyectada ya en tiempos de Manuel Fraga, había absorbido 7,2 millones de la Xunta y otros 2,8 del Ministerio de Fomento. El parque iba a ser el “Pórtico de la Gloria de los petroglifos”, en palabras de Feijóo, y 80.000 personas pasarían al año a ver los vestigios prehistóricos.

El centro se prometía además como referencia para el estudio del arte rupestre, con una planta entera de un edificio de 3.500 metros cuadrados destinada a laboratorios y seminarios que aún espera por los científicos. Los pliegos de la concesión no mandaban ponerlos a funcionar y la Xunta tiene otras urgencias, así que los gestores se centraron en recibir a grupos de escolares, que han sido el grueso de las visitas. La nueva concesión llevó a Alternativa Galega de Esquerda (AGE) a presentar esta semana en el Parlamento gallego una moción en la que se critica el “nepotismo” y pide paralizar lo que entiende como un proceso de privatización de los parques arqueológicos que dependen de la Consellería de Cultura, toda vez que la concesionaria se lleva el dinero de las entradas, la tienda y la cafetería.

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