Desaparecen tres personas tras caer al mar en A Coruña
Los miembros de una familia fueron arrastrados por una ola en Valdoviño
Un golpe de mar de uno de los peores temporales marítimos de los últimos meses, con olas de 8 a 10 metros durante la pleamar, se llevó ayer por delante a tres miembros de una misma familia de Meirás, en el municipio coruñés de Valdoviño. Se trata de Juan Bedoya, un hombre de mediana edad; su cuñado Rodrigo; y una de las dos hijas del primero, que los acompañaban. La otra joven, de unos 20 años, logró zafarse y evitó ser arrastrada al agua. Esta fue hospitalizada, según el alcalde de la localidad, José Antonio Vigo, que se desplazó hasta el lugar del suceso para seguir de cerca las operaciones de búsqueda.
Fue poco antes de las siete de la tarde en el faro de A Frouxeira, en una zona escarpada y rocosa del litoral con mucho gancho turístico, precisamente porque el Atlántico acostumbra a exhibir allí su poderío contra los acantilados y grutas. El regidor confirmó que las tres personas desaparecidas son vecinas de la localidad, del lugar de O Canto do Muro, en el Porto.
Todos los efectivos y medios disponibles, humanos y técnicos, rastrearon este tramo de la costa desde que se recibió el aviso de un ciudadano a través de una llamada telefónica al servicio de alertas 112, quince minutos antes de las siete, en busca de los tres desaparecidos. “Se movió todo lo que había”, afirmó Vigo. Salvamento Marítimo de A Coruña desplazó a Valdoviño un buque y al Helimer, una de sus aeronaves. Las labores de búsqueda en el litoral de Meirás se prolongaron hasta las diez de la noche, sin éxito, y serán retomadas a primera hora de la mañana. Además, se movilizaron a los bomberos, la Guardia Civil, y a varias agrupaciones de voluntarios de Protección Civil para peinar, desde tierra, las zonas de roca.
“Es un temporal fuera de serie”, aseguró una de las personas que intervenía en el operativo, acostumbrado a la bravura del océano y asombrado por las dimensiones que alcanzaron las olas ayer por la tarde, que en el Cabo Vilán alcanzaron los 12 metros de altura, con vientos de más de ochenta kilómetros por hora.
El alcalde, muy afectado por la desaparición de tres de sus vecinos, de dos familias muy conocidas, admitía anoche que la búsqueda estaba resultando muy compleja en unas condiciones tan adversas. “El mar está tan revuelto que solo hay espuma. Es una barbaridad. Sería dificilísimo ver algo ahí abajo”, añadió.
Aunque la familia conocía bien la costa de la parroquia de Meirás, la hipótesis más probable es que se acercasen a ver las olas. “Por más que avisamos del peligro, siempre hay quien viene”, se lamentaba el regidor.
Toda la costa gallega se encontraba ayer bajo aviso de alerta roja —el máximo nivel de riesgo previsto— ante los partes que anunciaba la Agencia Estatal de Meteorología. El Gobierno gallego hizo anoche un nuevo llamamiento a extremar la precaución en las localidades del litoral y pidió a los vecinos que eviten acercarse a diques o rompientes donde las olas seguían golpeando anoche con mucha furia.
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