Hiperrealismo y una antológica de Lüpertz en la temporada de 2014
La pinacoteca espera cerrar el año con cerca de 200.000 visitantes La entrada subirá un euro el año próximo
El Museo de Bellas Artes de Bilbao presentará dos grandes exposiciones el año que viene: una retrospectiva sobre el hiperrealismo, incluidos los grandes autores americanos como Richard Estes o Chuck Close, y una antológica del pintor neoexpresionista alemán Markus Lüpertz. El año se completará con una exposición sobre arte japonés procedente de los fondos propios del museo y una muestra del pintor vizcaíno contemporáneo Mikel Díaz Alaba.
El director del Bellas Artes, Javier Viar, ha ofrecido una rueda de prensa para informar de este programa y también para realizar un balance del año 2013, en el que la pinacoteca va a recibir unos 200.000 visitantes, el quinto mejor año de su historia.
Lüpertz (Reichenberg, actual Liberec, República Checa, 1941) será el protagonista de la primera gran muestra del año, a partir del 17 de febrero. Una escultura del autor, titulada Judith, está expuesta de manera permanente en el paseo de Abandoibarra de Bilbao, y el museo ha querido ahora acercar a la villa la obra de este integrante del Neue Wilde, los nuevos expresionistas alemanes.
Para ello va a montar esta muestra de producción propia, con 78 obras entre pinturas y esculturas fechadas desde los años sesenta hasta la actualidad. Son obras procedentes de los museos de Colonia y Bonn y de galerías y colecciones particulares.
Dividida en cinco partes, recorrerá desde las primeras obras de Lüpertz con "motivos alemanes" en los que denunciaba la barbarie del Tercer Reich, pasando por sus trabajos de los setenta en las que investiga la figura humana hasta su interés por la mitología y la tradición griega, con una última década en la que se centra en torsos y paisajes que versionan el arte clásico.
La obra de Lüpertz se ha conocido en España en dos retrospectivas: la primera de pinturas, en 1991 en el Museo Reina Sofía, y la segunda en el 2002 en el IVAM valenciano, volcada en las esculturas.
El verano se centrará en una exposición con fondos propios sobre arte japonés. José Palacio reunió entre 1925 y 1933 una colección de arte oriental que en 1953 fue donada al museo por su viuda. Una selección de la misma, compuesta por 180 piezas, se podrá contemplar a partir del 9 de junio.
En la muestra destacarán 37 tsuba (guarda de la hoja del sable japonés), 40 estampas del periodo Edo —entre los siglos XVIII y XIX—, y 29 inrô (cajita con compartimentos que cuelga del cinturón del kimono). También habrá otros objetos de uso cotidiano, como un escritorio, copas de sake o estuches para pipas.
Para el otoño quedará la segunda gran exposición internacional del 2014, la muestra sobre el hiperrealismo que se ha podido ver este año en el Thyssen madrileño. Recogerá 66 obras desde los inicios del movimiento, con la primera generación de grandes maestros norteamericanos, hasta la actualidad. Se podrán contemplar piezas de Richard Estes, John Baeder, Tom Blackwell, Don Eddy, Ralph Goings o los grandes rostros de Chuck Close, artistas que captan fragmentos de la vida cotidiana y artículos de consumo.
Parachoques, guardabarros, superficies metálicas relucientes, juguetes multicolores de hojalata, golosinas, botes de ketchup y saleros, anuncios luminosos o panorámicas de las ciudades definen a la sociedad estadounidense de una época a través de las pinturas de estos hiperrealistas, una corriente que suele fascinar al público.
En la sala 33, más pequeña, completará el año una exposición del paisajista abstracto Mikel Díaz Alaba (Bilbao, 1947), con 34 obras en las que se aprecia su pasión por la mancha.
Por otra parte, el museo subirá a partir del próximo 3 de febrero el precio de la entrada en un euro, con lo que pasará a costar siete, y cerrará los martes, en lugar de los lunes. Viar ha explicado que la caída de visitantes no ha repercutido en el resultado económico de la pinacoteca al haber conseguido "controlar los gastos" y que el presupuesto del próximo año será semejante al de 2013 dado que las aportaciones institucionales serán las mismas. La entrada reducida se incrementa en 50 céntimos, hasta los cinco euros, por lo que el bono que permite la entrada conjunta a otros museos asciende a 14 euros.
Viar ha reconocido que "no es una subida muy alta" y que está justificada por las tarifas de otros museos, como el Reina Sofía (ocho euros), Guggenheim (11), Prado (14) o el Thyssen (15), así como por la subida del IVA que el museo no había repercutido en la entrada en los dos últimos años. En cualquier caso, el director ha reconocido que la medida afectará a un porcentaje de usuarios "muy pequeño", dado que el 68% de los visitantes han entrado gratis.
Por otra parte, se ha decidido cambiar el día habitual de cierre y establecerlo los martes, en lugar de los lunes, con el objetivo de que los turistas pueden tener al menos un museo abierto los lunes en la ciudad. Así, abrirá todos los días de la semana, menos el 25 de diciembre y el 1 de enero, exceptuando el martes, que pasa a ser día de cierre. La misma decisión adoptará uno de los dos museos del Casco Viejo (el Vasco y el Arqueológico). Este cambio se pondrá en marcha el próximo 3 de febrero.
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