Navidad de segunda mano
La cultura del consumo sostenible multiplica los mercadillos
Sea por la crisis, sea por un consumo más sostenible o sea por el auge de la moda vintage —o por todo a la vez— , los mercadillos de segunda mano proliferan en Barcelona, donde gozan de aceptación social y mucha visibilidad en las redes sociales. Las compras de Navidad, mezcladas con actividades culturales en plazas y calles, son también una fecha destacada para los mercadillos. En esos espacios se puede comprar prácticamente de todo: ropa, objetos artísticos, libros, música...
Para estos días hay distintos eventos programados. Hoy, a partir de las once de la mañana en la plaza de Blanquerna (Drassanes) el Fleamarket saca a la calle 180 paradas montadas por jóvenes, jubilados y vecinos de la zona. Después de seis años, los organizadores están negociando con el Ayuntamiento ampliar el permiso hasta 300 paradas e incluir puestos de comida.
“Nos hemos vuelto casi una institución en esta zona donde una vez al mes llenamos una plaza sin vida con miles de personas”, señala el vicepresidente Mark Dix. Asegura que el mercadillo “conlleva una gran interacción social: la gente comparte parada, intercambia trastos y en el tiempo establece una comunidad”.
Antes de Reyes el corazón de la economía alternativa será el barrio del Raval. Algunas asociaciones culturales de la zona aprovechan la afluencia ciudadana a los mercadillos para organizar actividades culturales y música en directo. El 4 de enero el despacho cultural El Arco de la Virgen ocupará la calle de Verge de 12.00 a 20.00 con objetos artísticos hechos con material reciclado, las notas de un dj-set y vasos de vino caliente. La participación se prevé alta, aún más en el mercadillo Freedonia que se hace el 5 de enero en la plaza de Salvador Seguí (Raval).
La asociación cultural Freedonia organiza más de 15 mercados en un año, y su presidente, Coque Sánchez, garantiza que la sesión de la víspera del día de Reyes “es la más exitosa de todas, ya que montamos un escenario en medio de la plaza y programamos actividades infantiles y conciertos”. Para ese día, se da por segura la asistencia de miles de personas atraídas por la música balcánica, el rock psicodelia y el ambiente animado del barrio.
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