Vecinos de Can Baró paran las grúas y evitan las obras de un aparcamiento

Los vecinos del barrio de Can Baró, en el Guinardó, han logrado parar esta mañana a las grúas que intentaban empezar los trabajos para construir un aparcamiento al lado de la pista polideportiva que hay entre la calle Tenerife y Francesc Alegre.

Los vecinos se han organizado en turnos para garantizar que “siempre habrá alguien vigilando la entrada”, según explicó Carlos Cabrejas, vocal de seguridad de la Asociación de Vecinos de Can Baró. Su objetivo es evitar que entren los operarios para llevarse los coches estacionados y así poder empezar los trabajos de reordenación. El Ayuntamiento quiere derribar el polideportivo para levantar uno de nuevo y, de paso, regularizar el aparcamiento provisional en que se ha convertido el espacio. Fuentes municipales aseguran que gracias a la reforma aumentará la seguridad y que también habrá espacio para juegos infantiles y campos de petanca. A pesar de estos argumentos, los vecinos consideran que “no tiene que haber coches al lado de un polideportivo donde juegan niños porque es peligroso” y reclaman que al lado de la pista polideportiva se haga una zona verde, según la presidenta de la entidad, Maribel Rodríguez.

Los coches empezaron a estacionar en este terreno hace cuatro años, mientras el Ayuntamiento reformaba el antiguo campo del Baronense para convertirlo en un aparcamiento. Pero las obras terminaron, el aparcamiento se estrenó y los coches siguen ahora estacionados al lado de la pista polideportiva de Can Baró. Los vehículos han ocupado el antiguo campo de Baronense y todo el entorno de la pista de Can Baró. Los vecinos quieren evitar a toda costa que se regularice lo que tenía que ser provisional.

En los últimos días, los vecinos han ido retirando todos los cárteles municipales que informaban de que ya no se puede estacionar en el descampado para permitir que entren las máquinas excavadoras. Por este motivo los vehículos siguen aparcados y el Ayuntamiento no tuvo más remedio que mandar las grúas para retirarlos. Pero los vecinos lograron parar a los operarios y aseguran que continuarán haciendo turnos.