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empleo

Isofotón despide a toda la plantilla y cierra tras más de 30 años de historia

Los trabajadores pactan su salida de la factoría y dejarán su puesto el 14 de enero

La planta de Isofotón,en el Parque Tecnológico de Málaga, en 2011.
La planta de Isofotón,en el Parque Tecnológico de Málaga, en 2011.julián rojas

La historia de Isofotón se apaga después de más de 30 años. La empresa de energía fotovoltaica, los administradores concursales y los representantes sindicales han cerrado un preacuerdo sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que implica el despido de los 297 trabajadores que forman la plantilla de la factoría malagueña. La salida de los empleados se producirá previsiblemente el 14 de enero, aunque 20 personas se quedarán tres semanas más para tareas de contabilidad o sellado de los departamentos con productos químicos. La fábrica se quedará vacía en ese momento. El comité de empresa pedirá al Juzgado de lo Mercantil 2 de Málaga (encargado del concurso de acreedores) el cese de su actividad, según explicó ayer el delegado de CSIF, Miguel Ruiz.

El preacuerdo tiene que ser ratificado este jueves en asamblea. En el transcurso de las negociaciones, que se iniciaron tras el segundo ERE que la compañía ha presentado en 2013, los trabajadores reclamaron el pago de 2.000 euros por empleado, aunque al final cada uno cobrará el salario mínimo interprofesional (645 euros). Según Ruiz, la empresa se ha comprometido a agilizar los trámites para obtener en tres semanas las certificaciones que permitan acceder a la ayuda del Fondo de Garantía Salarial. “Lo que pedían los compañeros era la documentación para poder salir”, explicó el representante sindical para ilustrar los apuros económicos que atraviesa la plantilla. Isofotón les adeuda cinco nóminas y los trabajadores están en huelga desde el 2 de diciembre. “Necesitamos algún tipo de ingresos, tenemos que acabar con esta agonía”, añadió.

Los empleados culpan a los dueños de no haber invertido en la compañía

El delegado sindical de CC OO, Juan Carlos Martín, apuntó que el preacuerdo alcanzado entre todas las partes establece que el comité de empresa recibirá información sobre “el circulante” que entre en la compañía, para que en caso de que obtenga dinero de las ventas realizadas a partir de agosto, una parte se destine al pago de las nóminas atrasadas. La solicitud se cursaría a través de los administradores concursales. Ruiz lamentó ayer “el desmantelamiento” al que se ha sometido a la empresa por parte de los propietarios y aseguró que “no han invertido nada”. También criticó que la Junta no haya atendido las alertas lanzadas por los trabajadores en distintas reuniones, celebradas en Málaga y Sevilla.

La factoría malagueña —que ha sido líder mundial en tecnología solar y durante años ha estado fuertemente subvencionada por la Junta— cierra un año aciago que comenzó con el anuncio de un ERE en la sede de Málaga que se materializó en junio y que fue justificado en dificultades económicas. En ese momento fueron a la calle 352 trabajadores y la plantilla se quedó con los 297 empleados que serán despedidos ahora. Una sentencia de la sala de lo social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) consideró el ERE “ajustado a derecho”.

La Junta ha inyectado en la empresa malagueña 62 millones de euros

La nueva regulación de empleo también se apoyó en la crisis, en la “dificultad” para acceder a financiación, en la falta de apoyo de regulación a nivel europeo y en la “competencia desleal” de China. Isofotón acreditó en el primer semestre de 2013 unas pérdidas de 18,3 millones de euros.

Tras el despido colectivo del mes de junio, llegó el concurso voluntario de acreedores por una deuda de 184 millones que ha aumentado durante el proceso por la cantidad que le reclaman más de 1.000 posibles perjudicados. El principal acreedor es la Junta, que está personada en el concurso y solicita a Isofotón 44 millones.

Desde 2003, la empresa ha recibido del Gobierno andaluz 62 millones en subvenciones, préstamos, avales y subsidiación de intereses, dato recogido en la sentencia que avaló el ERE presentado en junio. La última ayuda, un préstamo de 8,2 millones concedido en 2012, rompió el idilio entre la Junta e Isofotón. La Consejería de Economía abrió un expediente administrativo para la devolución del dinero porque era un préstamo finalista vinculado a un contrato con Samsung que finalmente no se concretó.

De proyecto estrella a fracaso

Isofotón surge en 1981de la Universidad Politécnica de Madrid bajo el mando del profesor malagueño Antonio Luque.

El antiguo Instituto de Fomento de Andalucía (IFA) se hace cargo de la planta de células fotovoltaicas en 1991, tras la salida de su fundador.

El gran salto lo da en 1997, cuando la compra el grupo Bergé, uno de los principales grupos empresariales españoles con presencia en sectores como el portuario, la logística o las energías renovables.

La década dorada registra un crecimiento espectacular, sustentado en el apoyo de las políticas europeas a la energía solar. En 2006 factura 175 millones de euros, con un aumento cercano al 400% en cinco años. Isofotón se convierte en la segunda empresa europea de energía solar y en la novena de la clasificación internacional. En noviembre de ese año, el Rey asiste a la inauguración de la nueva factoría en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), una planta con 28.000 metros cuadrados para la que la Junta otorgó un préstamo de 2,5 millones de euros. Los plantes en ese momento pasaban por llegar a los 1.500 empleados en 2011.

El rumbo de la empresa cambia en 2008. La crisis y la irrupción de las empresas chinas y sus precios más baratos en el mercado de las placas solares, además de una supuesta gestión imprudente por parte de su consejero, José Luis Manzano (al que Bergé demanda después patrimonialmente), provocan unas pérdidas de 67 millones de euros.

En 2009 se presenta un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para toda la plantilla.

El Grupo Affirma, dominado por los hermanos Ángel Luis y Diego Serrano, compra Isofotón en junio de 2010. La plantilla la formaban entonces 700 empleados. Pero el declive de la factoría malagueña culmina en un ERE, concurso de acreedores y cierre.

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