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El trabajador de UGT despedido por el borrado de archivos acusa a la dirección

Conde dice que el sindicato intenta "tapar" con su cese las presuntas irregularidades

El trabajador despedido de UGT, Laureano Conde.Foto: atlas | Vídeo: Atlas / EFE

“Ferrer miente y lo sabe”. Laureano Conde, trabajador despedido la semana pasada por el escándalo de las facturas falsas, ha acusado al secretario general de UGT en funciones, Manuel Ferrer, de ocultar la verdad sobre el supuesto borrado de 1.756 archivos informáticos de la sede regional del sindicato. Ferrer se había amparado en este supuesto sabotaje de los discos duros que ha impedido la comprobación interna de los gastos bajo sospecha. Pero hoy Conde le ha acusado de intentar “tapar” las irregularidades y desmintió el hecho de que algunos archivos informáticos hayan desaparecido del servidor.

Conde era secretario general de la sección sindical de trabajadores de UGT-Sevilla y hoy ha afirmado que los 1.756 archivos “no pueden ser borrados”. En cualquier caso, deben existir copias de seguridad, según ha estimado: “¿Dónde están las copias de seguridad? Al cerrar un año contable este queda bloqueado en un servidor. La contabilidad no queda registrada en ningún ordenador personal de trabajadores (...) Por tanto, no se puede modificar y solo se puede abrir pidiendo un permiso a la empresa de mantenimiento”, informa Efe.

Tras el silencio que mantuvo el anterior secretario general de UGT, Francisco Fernández Sevilla, Ferrer denunció en su primera rueda de prensa hace 10 días el supuesto borrado de los 1.756 archivos y el copiado de 22.400 documentos. En cualquier caso, para zanjar este cruce de acusaciones la dirección del sindicato debe mostrar los informes de la empresa informática que prueban los supuestos borrados, ya que Ferrer no los hizo públicos cuando informó de ellos.

Conde ha achacado estas excusas a un intento de desviar la atención tras el escándalo: “Les han cogido con las manos en la masa cuando —la Junta— le ha pedido que presenten facturas” para justificar los fondos de formación, ha indicado.

Tras garantizar que los representantes sindicales no han filtrado las informaciones a la prensa sobre las irregularidades, el sindicalista ha avanzado que “peleará” en los juzgados para lograr que su despido disciplinario basado en el supuesto robo de documentos, sea declarado nulo. Además, recurrirá por la vía penal contra la dirección por haber atacado su derecho al honor. Conde estimó que en UGT es necesaria una “catarsis” para lograr su “regeneración”, que debe llevar a un relevo que afecte a toda su cúpula actual.

Conde ha querido aclarar que no va contra la UGT, de la que se siente "orgulloso" de pertenecer desde hace 28 años, sino contra la dirección regional.

La Junta ha solicitado al sindicato el reintegro de 1,8 millones por dinero indebidamente gastado, y, en este sentido, Laureano Conde ha opinado que la administración andaluza está "obligada" a personarse en la causa judicial abierta contra UGT por el presunto desvío de fondos públicos.

"En UGT no se movía una hoja sin el conocimiento de Manuel Pastrana -ex secretario regional- y de Fernández Sevilla", ha asegurado Laureano Gómez, quien ha censurado que se haya hecho del "sindicalismo una profesión" con dirigentes que llevan más de treinta años.

Ha proclamado la necesidad de "quitarse la venda de los ojos" y de dejar de exculparse en una "campaña de la derecha mediática contra los sindicatos", y ha insistido en que hay acometer una regeneración interna, con nuevas ideas, concepto y proyectos.

También compareció en la rueda de prensa, en la que estuvo arropado por militantes de UGT-Sevilla, Francisco Serrano, responsable de la sección sindical de UGT en Andalucía, quien ha denunciado una "caza de brujas" dentro del sindicato en el que han cogido como "cabeza de turco" a Laureano Conde, quien ha sido "leal" al sindicato y a la defensa de los derechos de los trabajadores.

Ha incidido en que las causas del despido de Conde son "falsas y deshonestas" y ha defendido el trabajo realizado por el sindicalista durante sus casi treinta años en UGT, donde fue responsable de la gestión de las cuotas sindicales desde 1993 a 2007 y estuvo en excedencia forzosa durante varios años para ocupar cargos de responsabilidad política por ser militante socialista.

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