Marcha de silencio para cofrades
La Policía Local de Córdoba ha multado a tres bandas de Semana Santa por el volumen de sus ensayos en la calle El Ayuntamiento ha advertido de que, por ahora, no tendrán que pagar las sanciones
En muchas ciudades andaluzas, uno sale a la calle en pleno invierno y puede escuchar de fondo ritmos que anuncian una Semana Santa que parece lejana. Son las bandas cofrades que ensayan. Normalmente suelen buscar lugares más o menos apartados de las viviendas, pero no siempre se consigue. Y las consecuencias pueden derivar en denuncias. Como las que han sufrido tres bandas de hermandades de Semana Santa de Córdoba, que han sido multadas por la Policía Local a causa de quejas vecinales por el volumen que alcanzaban sus ensayos en la calle. Las agrupaciones tocaban en el polígono de Chinales que se encuentra en el extrarradio de Córdoba pero cercano a un bloque de viviendas. Las quejas comenzaron en agosto y se han repetido desde entonces. Con las tres denuncias como partitura, las bandas se enfrentan, con la normativa vigente, a multas de entre 3.000 y 6.000 euros. Pero el Ayuntamiento de la ciudad, gobernado por el PP, ya ha advertido de que no tendrán que abonar estas sanciones. El gobierno local va a plantear una solución legal permitiendo la ocupación de la vía pública momentánea en horas de bajo impacto y sin molestar a los vecinos.
Todo comenzó este verano. Las bandas de trompetas, cornetas y tambores de las hermandades de El Rescatado, El Caído y Coronación de Espinas seguían sus ensayos semanales en el polígono de Chinales, donde habían alquilado una nave para poder tocar en caso de lluvias. Pero el buen tiempo y la ausencia de precipitaciones invitaba a los músicos a salir al exterior. “Esa instalación tiene mucha reverberación, no está preparada. Y nosotros tenemos que ensayar en la calle porque es allí donde tocamos de manera natural. Los músicos de estas bandas tenemos que interpretar marchando, como se hace en las procesiones, marcando el paso. Eso es esencial”, explica Israel Guijarro, de El Rescatado.
Desde este verano, el ritmo de los ensayos ha ido ganando en intensidad a causa del apretado calendario cofrade que ha vivido la ciudad este otoño. Córdoba ha acogido tres grandes encuentros de hermandades en sus calles en solo dos meses. El 15 de septiembre, el centro y el casco histórico de la ciudad se colapsó con la celebración del Via Crucis Magno, que reunió a 18 pasos de Semana Santa procesionando por el entorno de la Mezquita. El 17 de noviembre fue el turno de los rocieros, que volvieron a ocupar la vía pública a golpe de sevillanas, cantos almonteños y sus marchas propias. Y por último, fue el turno de El Rescatado, que de nuevo salió en procesión, el 1 de diciembre, para celebrar el 300 aniversario de la imagen tallada por Fernando Díaz de Pacheco.
Las agrupaciones se exponen a multas de hasta 6.000 euros
Con semejante trajín, las bandas apretaron el paso en sus ensayos, estuviesen o no implicadas en cada uno de los tres eventos. Y a cada nuevo toque de corneta o tambor resonando en Chinales, una nueva llamada a la Policía Local de vecinos molestos. “Al principio, la policía venía con un tono comprensivo”, reconoce Guijarro. Los agentes, afirma, se acercaban poco antes de las 22.00, momento en que normalmente los componentes de las agrupaciones musicales recogen sus bártulos y regresan a sus casas. De esta forma, prácticamente podían terminar sus ensayos sin problemas. Pero con la insistencia de las llamadas, el tono de las advertencias policiales fue aumentando. “Una vez nos llegaron a decir que nos podían requisar los instrumentos. Y la edad media de los músicos es de 15 años, con lo cual, les asustaron bastante”, dice Guijarro. Finalmente, tres de las ocho bandas que ensayan en Chinales fueron multadas y el resto apercibidas.
Guijarro se queja de que el polígono donde ensayan es un lugar habitual de botellón y jaleo. “Pero por eso no hay nunca denuncias. Los vecinos tienen que entender que las bandas ofrecen un fuerte beneficio social. Los muchachos que vienen, aprenden a tocar un instrumento aunque no sepan leer música; y aprenden valores que en la calle no se enseñan”, dice. En Córdoba hay entre 600 y 700 músicos de bandas, la mayoría de ellos muy jóvenes, integrados en las 11 hermandades de Semana Santa. Pese a las denuncias, los ensayos siguen mientras la cuenta atrás cofrade va marcando la llegada, todavía lejana, de la Semana Santa. Pero antes, los intérpretes quieren que el Ayuntamiento les ofrezca una solución.
Permiso municipal por varias zonas y horas determinadas
Las denuncias por los ensayos de las bandas de Semana Santa no son extrañas. Pero en Córdoba ha sorprendido la insistencia y el carácter mediático que terminaron teniendo cuando los periódicos locales empezaron a publicar las sanciones económicas a las que se podían llegar a enfrentar. “Ni vendiendo los instrumentos de todos los músicos podríamos llegar a pagar 6.000 euros de multa”, exclama Israel Guijarro, componente de la banda de El Rescatado, una de las tres agrupaciones sancionadas este otoño en Córdoba.
Pero Guijarro y sus compañeros pueden respirar tranquilos. No tendrán que empeñar sus trompetas o tambores porque no tendrán que pagar la multa. Así lo confirman fuentes del Ayuntamiento de Córdoba. Su equipo de gobierno, del PP, está a punto de anunciar la solución que ha encontrado y que se resume en una modalidad legal que otorgue licencias de ocupación de la vía pública en lugares y en horarios que molesten lo menos posible a los vecinos. Las mismas fuentes señalan que a partir de ahora se espera regular de una forma legal algo que apenas había sido tratado hasta ahora: los ensayos al aire libre de las bandas cofrades. Para ello, desde que se iniciaron las denuncias y el problema empezó a coger un cariz más serio, se han estudiado distintos modelos de solución aplicados en otras ciudades con fuerte tradición de bandas de Semana Santa. Esta solución derivaría, en parte, de los encuentros mantenidos entre los responsables de estos conjuntos de música y que terminaron elaborando una especie de decálogo de compromisos y exigencias. Estas conclusiones se trasladaron tanto a la Agrupación de Cofradías como al Ayuntamiento para que tomase medidas y encontrase una pronta solución.
Algunos responsables de bandas reconocen en privado que sus ensayos pueden llegar a provocar algunas molestias a los vecinos que vivan más cerca. Pero también señalan que, en Semana Santa, a la mayoría de los cordobeses les gusta ver a las procesiones acompañadas de música cofrade. “Y para eso, hay que ensayar”, afirman. Sin embargo, esta justificación no ha convencido a los vecinos del entorno de Chinales. Unos horarios que, denuncian, a veces se extienden hasta las 11 de la noche.
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