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Burguitos exhibe pop ilustrado y con raíces en la sala Russafa

El músico valenciano presenta un nuevo álbum inspirado en el tiempo pero "sin nostalgias"

El compositor e intérprete Fernando Burgos, Burguitos.
El compositor e intérprete Fernando Burgos, Burguitos.Jesus ciscar

De su anterior álbum, publicado en 2007, el sello internacional Putumayo seleccionó el tema Por los besos que me das para un recopilatorio de artistas españoles que encabezaba Peret. Burguitos no es un intérprete comercial o popular, pero tiene una colección de admiradores incondicionales que periódicamente pueden saborear nuevos surtidos de canciones de un artista que nunca falla. Tampoco en el nuevo álbum que presenta el viernes y sábado en la Sala Russafa de Valencia.

Su primer disco, un single de 1985 ilustrado por Mique Beltrán e interpretado bajo el nombre de Stilo Grafico y con dos temas, Detective Privado y La pesadilla de un abstemio que capturó para si la Orquesta Platería, es una pequeña joya de coleccionista. Pero Fernando Burgos, Burguitos, no echa “de menos nada de nada” aquella época. Corrige un matiz: “Bueno, echo de menos mi juventud, porque entonces no me dolía nada, pero no tengo nostalgia alguna”.

El nuevo disco tiene todos los ingredientes del sello Burguitos. “Un tema amoroso, otro graciosillo, otro urbano …”, apunta el autor en lo que es una descripción de las tres primeras canciones del álbum. El lado simpático se titula Quién demonio eres tú que te has metido en mi facebú, y el lado urbano, Al límite de la ciudad, una canción que iba a ser el título genérico del nuevo trabajo. Pero se lo pensó mejor y le puso el nombre de la única pieza que tiene un toque existencial, o “profundo”, que diría él, que habla del tiempo y que cierra el disco.

El tiempo que se retrasa “se refiere a ese tiempo perdido que todos tenemos, porque los que nos retrasamos somos nosotros y en parte viene motivado por el propio diseño del disco”. La ilustración del CD es un gran reloj con reminiscencias modernistas que marca la pauta del resto del resto de los contenidos: libreto, portada y contraportada. Diseño e ilustraciones del mismo Burguitos, que se ha autoeditado este trabajo como otros anteriores.

La ilustración es la mitad de su mundo artístico. Por eso, además de presentar el álbum, inaugura este viernes en La Fusteria de la calle Cádiz una exposición con una serie de “ilustraciones mías sobre una Valencia del futuro, con la plaza del Ayuntamiento llena de vegetación con buitres; otras imágenes con naves supertecnológicas o, por ejemplo, Russafa como un desierto con tuaregs y palmeras.

El álbum es una mezcla de música latina, muy relacionada con las percusiones de Paco Bernal y las cerdas andinas de Ana Carrasco, un transfondo flamenco que tiene que ver con la guitarra de Ricardo Esteve, y la elegancia europea, con el violonchelo de Matthieu Saglio y el acordeón de Carlos Sanchis poniendo el acento más romántico, entre otros músicos.

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“Yo creo que las bases, las raíces y todo es esencialmente pop”, zanja Fernando Burgos. “Esas son las raíces de quien como yo ha mamado Deep Purple, pero ¿qué pasa?, que después descubres que hay otras músicas, como la brasileña o la africana, y que te acompañan otros músicos que tienen otras influencias y el resultado final tiene que ver con todo eso”.

Treinta años han pasado desde que Burguitos sorprendiera a propios y extraños con el grupo Combo Potombo y sigue en escena sin que el tiempo haga mella en su creatividad ni el éxito comercial le haya sonreído. “Sigo igual porque amo este oficio y me gusta tocar en directo también”, explica. “Podemos no sacar un disco en seis años, pero no hemos parado de hacer bolos; esto es una carrera de fondo y es mi vida, es lo que se y me gusta hacer”.

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