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NAZARIO DE OLEAGA | Decano del Colegio de Abogados de Bizkaia

“En la abogacía hay una bolsa de pobreza realmente importante”

El decano del Colegio de Abogados de Bizkaia reconoce su sorpresa por la candidatura del actual tesorero, Mikel Badiola

Javier Rivas
Nazario de Oleaga, en su despacho del Colegio de Abogados de Bizkaia.
Nazario de Oleaga, en su despacho del Colegio de Abogados de Bizkaia.fernando domingo-aldama

Las elecciones del próximo jueves pondrán fin a los diez años de mandato de Nazario de Oleaga (Mungia, 1958) como decano del Colegio de Abogados de Bizkaia. Casi 3.400 letrados forman el cuerpo electoral que designará a su sucesor entre las listas encabezadas por Carlos Fuentenebro, actual diputado cuarto en la Junta de Gobierno de la institución, y Mikel Badiola, tesorero del Colegio.

Pregunta. ¿Se ríe con los chistes de abogados?

Respuesta. Con los buenos, sí.

P. Todos ellos les presentan como personas sin escrúpulos.

R. No creo que todos, y no sería cierta una presentación de ese estilo.

P. ¿Ha cambiado en estos 10 años la imagen social de los abogados?

R. Menos de lo que tenía que haber cambiado seguramente.

P. ¿Qué se arrepiente de no haber hecho en su mandato?

R. Tantísimas cosas. Quizás esa, haber conseguido que cambie la percepción que la sociedad tiene de nosotros, no haber sido capaz de que todos los abogados tengan trabajo y sean ricos, tantas cosas. Hay que ser realista.

P. ¿Qué le deja pendiente a su sucesor?

“Dos candidaturas no son muestra
de división, en absoluto”

R. Todo lo que no hemos sido capaces de hacer y todo lo que haya que hacer en cada momento. Esta es una profesión muy cambiante. Por muy contento que hayas estado en el pasado, no puedes anclarte. Le dejo mucho trabajo por hacer.

P. ¿Dos listas son muestra de división?

R. No, en absoluto. Dos candidaturas son muestra, o bien de visiones diferentes, que ya veremos cuando cada una desbroce su programa, porque de momento solo conocemos el de una, o bien de intereses o apetencias personales totalmente lícitas.

P. La segunda candidatura, la de Mikel Badiola, ha causado cierta sorpresa.

R. Bastante sorpresa. Hablé con él hace 10 días y me preguntó si estaba sorprendido. Le dije que mucho. Si a mí me ha sorprendido, imagino que al resto de la gente le habrá sorprendido al menos lo mismo.

P. La idea inicial era una única candidatura continuista.

“En la lista oficial nunca ha habido sesgo político. En la otra, lo desconozco”

R. No se pensaba que fuera a haber solo una candidatura continuista. De hecho, pensaba que se presentaría alguna otra de fuera de la Junta. Y así ha sido. En el fondo, se ha presentado una candidatura de fuera de la Junta, pero encabezada por un miembro que ha estado en ella.

P. ¿Hay un sesgo político en las candidaturas?

R. En la oficial, por decirlo de alguna manera, nunca ha habido sesgos políticos. Siempre hemos sido, sobre todo, profesionales. Luego cada uno, de su padre y de su madre. En la otra, desconozco si hay sesgo político.

P. ¿Los partidos han influido en la actuación del Colegio?

R. Si tuviese que responder con un sí o un no, diría que rotundamente, no. Pero, indirectamente, claro que han influido. En diez años, hemos visto varios Gobiernos, tanto centrales como vascos. Y actuaciones de esos partidos nos han obligado a obrar de una manera u otra. Ha sido en ese sentido, no porque nos hayan influido para actuar de una manera, sino que hemos actuado de cierta forma porque hacían cosas que considerábamos que no era lo que le apetecía no solo a los abogados, sino incluso a la sociedad civil.

P. Todo el estamento judicial vive en los últimos tiempos uno de sus mayores malestares.

“Los Colegios profesionales han pecado de inactivos, de endogámicos”

R. Si suprimimos la polémica por las tasas, probablemente se habría advertido menos malestar. Recalco lo de las tasas porque por fin creo que la sociedad puede ver que jueces, fiscales, abogados, procuradores, estamos todos al lado de los que más lo necesitan. Antes podían tener la percepción de que el mundo de la justicia era un tanto impermeable a las necesidades de la gente; ahora han visto que no. Es cierto que el mundo de la justicia es extraordinariamente conservador, no seré yo el que lo ponga en duda. Tenemos pendiente desde hace muchísimos años la modernización de la justicia. Quizá el Gobierno actual lo está haciendo no con el consenso que sería deseable.

P. ¿Ruiz-Gallardón es el peor ministro de Justicia que ha visto?

R. No, en absoluto. Si me pregunta si he visto alguno muy bueno, le diré que tampoco.

P. Los abogados de oficio siguen teniendo dificultades para cobrar.

R. Sí, por una razón u otra, al margen de que se cobre mucho o poco. Siempre nos parecerá que lo que se cobra es insuficiente, y por eso vamos a seguir luchando. En su día, se nos ofreció cobrar trimestralmente, en lugar de semestralmente. De momento, tenemos cuatro broncas anuales, en lugar de dos. Al final se cobra siempre.

“No creo que la sociedad se sienta judicializada como tal. Los políticos, sí”

P. Hace 10 años ya decía que instituciones como este Colegio no tienen sentido.

R. Hace bastantes más años. Instituciones como esta, con cargas muy pretéritas y que no ayuden a la sociedad, no tienen sentido. Todos los Gobiernos tiran a la línea de flotación de los Colegios profesionales. No debemos solo quejarnos por ello, sino que debemos primero tratar de advertir por qué hacen eso. Si fuésemos tan necesarios para el conjunto de la sociedad como dicen rectores de muchos Colegios, no solo de abogados, y la gente nos defendiera, probablemente ningún Gobierno se atrevería a ir contra nosotros, como no se atreven a ir contra el fútbol televisado a cualquier hora. No me preguntaría tanto qué hemos hecho mal, sino qué no hemos hecho. Los Colegios profesionales han pecado de inactivos, de endogámicos. Probablemente, habría que actualizar mucho sus estructuras.

P. ¿Cómo ha afectado la crisis a la abogacía?

R. Como a todo el mundo. Aunque la gente se crea que somos unos extraterrestres, formamos parte del tejido social, absolutamente. No tenemos índices de paro, pero sí de ingresos. Y la percepción, porque no manejamos cifras dado el secreto lógico que envuelve cualquier relación con Hacienda, es que dentro de la abogacía hay una bolsa de pobreza realmente importante, de gente que no alcanza unos ingresos mínimos, porque han desaparecido muchas sociedades, por el alza de las tasas. Nos ha influido como a cualquier hijo de vecino.

P. Sin embargo, su imagen sigue siendo la de una profesión privilegiada.

R. Sí, da gusto. Ojalá los bancos tuviesen esa percepción y no nos pidiesen avales y nos concediesen todas las hipotecas posibles. Son clichés que no responden a la realidad.

P. ¿Se está judicializando de una forma excesiva la vida política y social?

R. Mi preocupación es la contraria: se ha politizado de manera ridícula nuestra vida diaria. Es mucho más peligroso que se politice a que se judicialice. Para cualquier cuestión tenemos que hablar en clave política. ¿Quién se queja, sobre todo, de que se judicializa la vida? Los políticos. Los jueces solo aplican la ley, y la ley se la dan los políticos. No creo que la sociedad se sienta judicializada como tal. Los políticos, sí; los partidos se han escapado a muchos controles.

P. ¿Ha habido una justicia política contra la izquierda abertzale?

R. Rotundamente, sí. En un momento así ha sido; luego se ha ido modificando por razones políticas. Cuando mezclamos la política con el mundo de la justicia estamos hablando de dos cuestiones totalmente distintas. Los tribunales, al final, acaban poniendo las cosas en su lugar. Lo ideal sería que desde un primer momento las cosas se pusieran en su sitio. La Justicia tiene que ser como se representa: ciega, objetiva, igual para todos.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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