Fernández (CUP) acusa a un ‘mosso’ de golpearle el 27-M

El diputado de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) David Fernández pidió ayer que un subinspector de los Mossos d’Esquadra sea condenado a pagar una multa por golpearle durante el desalojo de los indignados de la plaza de Catalunya, el 27 de mayo de 2011. Durante el juicio de faltas, Fernández denunció la “humillación colectiva” que sufrieron los miembros del 15-M por las cargas policiales y exigió al mosso el pago de 1.300 euros —entre multas e indemnizaciones— por lesiones y vejaciones.

El diputado, que cuando fue agredido trabajaba como periodista del semanario La Directa, fue recibido con aplausos por una veintena de personas, las mismas que abuchearon y gritaron “asesino” y “torturador” al subinspector de la policía catalana. Este afirmó, en la vista, que es “muy probable” que golpeara a Fernández con la porra y se reconoció en las imágenes de los hechos grabadas y difundidas en YouTube. Jordi A., que estaba al mando del operativo de orden público en la plaza de Catalunya, alegó que los agentes usaron la fuerza imprescindible y que los indignados ejercían “resistencia activa” al desalojo con “golpes y escupitajos”.

Fernández explicó al juez que fue informado del desalojo inminente ordenado por el entonces consejero de Interior, Felip Puig, y acudió a la plaza. Sin previo aviso y llegando desde atrás, según su relato, Jordi A. le propinó 11 golpes con la porra (en el brazo y la pierna) y una patada en la tibia. El diputado explicó que las lesiones son “residuales”, pero añadió que se sintió “agredido como persona y profundamente humillado como ciudadano”. En su opinión, “no tenía ningún sentido aquella violencia institucional”.

El subinspector dio una versión distinta. Pese a admitir la probabilidad de esos golpes, afirmó que tanto en ese como en otros casos de aquella jornada se alertó previamente a los indignados. “En ningún momento se agredió a nadie sin avisarlo”, dijo el mando policial, quien defendió que el uso de la fuerza fue autorizado por sus superiores, que fue “progresivo” y que tenía como objetivo dispersar a los concentrados porque impedían el paso de los camiones de limpieza que, según Interior, debían vaciar la plaza de objetos peligrosos. Los Mossos, afirmó el policía —que declaró de uniforme y con su arma reglamentaria— “no van golpeando sin parar, dan opciones”. Añadió, además, que los golpes con la porra se dirigen a las piernas, no a los brazos.

La agresión que, presuntamente, sufrió Fernández es el único episodio del desalojo de los indignados de la plaza de Catalunya —cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo— que llega a juicio. Medio centenar de afectados presentaron en su día una querella por la brutalidad de la actuación policial, pero en marzo de 2012 el juez de instrucción archivó el caso, porque consideró que los antidisturbios habían usado la fuerza de forma “progresiva” y que habían sido agredidos previamente.

El caso de Fernández ha prosperado porque fue capaz de reconocer a su agresor. El diputado relató ayer al juez que pudo identificarle porque llevaba la visera del casco levantada y porque, dada su dedicación periodística, lo conocía de otras operaciones policiales.

En caso de que el mosso sea condenado, Fernández anunció su intención de destinar la cantidad que deba pagar a fines sociales. La fiscalía ha solicitado que Jordi A. sea absuelto porque cree que no se extralimitó.