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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Pobres mediáticos (también)

El PP ha tenido la osadía de conmemorar los 30 años de la Llei d'Ús anunciando el cierre de RTVV

El próximo 23 de noviembre se cumplirán 30 años de la promulgación de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià. El Partido Popular de la Comunidad Valenciana ha tenido la osadía de conmemorar dicha efeméride anunciando el cierre de Radiotelevisión Valenciana, el ente del que los valencianos nos dotamos a mediados de la década de los 80 para disponer de una televisión y una radio pública que hablara y promocionara nuestra lengua. El retroceso que este cierre supone para el autogobierno de los valencianos es mayúsculo y echa al traste cualquier esperanza de enderezar la errática trayectoria de Canal 9 y Radio 9 por parte de las generaciones futuras.

Llegados a este punto, tampoco deberíamos pasar por alto el legado que en materia televisiva nos deja la administración del Partido Popular después de casi 20 años en el gobierno. La clausura de RTVV se suma a otros despropósitos que han provocado que a día de hoy en las pantallas de los televisores del País Valenciano proliferen los contenidos ajenos a la realidad valenciana, de una calidad ínfima y con una escasísima vocación de servicio público. Fue el Partido Popular quién en el año 2005, en el proceso de migración digital, decidió otorgar la mayoría de licencias televisivas (al menos 30 de las 42 licencias de ámbito comarcal) a grupos mediáticos foráneos sin implantación ni conocimientos de la realidad autóctona, pero claramente vinculados a los conservadores. Hoy, muchas de esas empresas han dejado de emitir y las que lo hacen se limitan a vomitar programas enlatados. Y fue también el Partido Popular quién en el año 2007 emprendió una cruzada irracional contra la recepción de TV3 en el País Valenciano, usurpando de este modo a los ciudadanos la posibilidad de sintonizar con normalidad un canal que emite íntegramente en nuestra lengua. A todo ello se ha de sumar ahora el cierre de RTVV.

Sin televisión autonómica propia y con unos medios locales colonizados por grupos foráneos, los valencianos perdemos la posibilidad de tener un espejo en el que mirarnos a nosotros mismos y proyectarnos hacia el exterior. La cuestión puede parecer menor, pero no lo es, en la medida en que nos empobrece, como ciudadanos y colectividad. Es una más de las onerosas hipotecas que nos deja la gestión del Partido Popular.

Violeta Tena, miembro de la junta directiva de la Unió de Periodistes Valencians.

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