A Esmorga salta del papel a la claqueta
Comienza el rodaje de la película que versiona la primera novela gallega que aborda abiertamente la homosexualidad
La borrachera más famosa de Galicia llega al cine. La juerga de 24 horas que Cibrán, Bocas y Milhomes vivieron por las calles de Auria, un espejo del Ourense del siglo pasado, comienza a rodarse bajo la dirección de Ignacio Vilar. Hasta el 30 de marzo de 2014, el casco histórico de esta ciudad e iconos históricos como el Puente Romano serán un gran plató en el que se pretenden recrear los escenarios tragicómicos que Eduardo Blanco Amor detalló en una novela convertida en patrimonio universal de la literatura gallega. La idea viene de lejos. Víctor Freixanes, presidente de Editorial Galaxia (que tiene los derechos de autor), recordó que “la película tal y como será rodada nació hace seis años” a través de un proyecto que pretende “recuperar viejos sueños” que tienen en mente desde hace cuatro décadas.
Rodar A Esmorga justo ahora no es casual. El director aseguró que pretenden “intentar recrear las diferentes luces y atmósferas que muestra la ciudad” y que Blanco Amor trazó magistralmente sin filtros entre nubes, humedades y lloviznas de invierno. El presupuesto de la producción rondará los dos millones de euros, con aportaciones de la Xunta a través de Agadic (Axencia Galega de Industrias Culturais) o de la Diputación de Ourense. “Somos unos esmorgantes” dijo hoy Manuel Baltar sentando junto a otras autoridades en la fuente de la Praza do Ferro de la capital, en medio del escenario literario y justo al lado de la casa natal del escritor, uno de los autores fetiche del presidente ourensano. “Nunca nos cansaremos de hablar de él” aseguró recordando que Blanco Amor es un fiel representante de la ourensanía que proclama a los cuatro vientos y que incluso plasmó en un libro al que llamó “Falemos de Ourensanía”. El conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, se mostró orgulloso de apoyar intelectual y económicamente “cinema en gallego, rodado en gallego y en la capital de la cultura gallega”. Los hitos de A Esmorga, icono de la Galicia de posguerra, se cuentan a puñados. El más destacable: ser la primera novela gallega que aborda abiertamente la homosexualidad a través del Milhomes (un sastre veinteañero) y de los variados escarceos gays, entre tazón y tazón de vino, de los otros dos protagonistas. El filme llegará a las salas de cine dentro de dos años. En 1977, el director asturiano Gonzalo Suárez versionó la historia en la cinta “Parranda” pero ahora será un producto íntegramente autóctono. Es casi lo único que le falta. Ha sido traducida al inglés (bajo el título “On a bender”, que viene a significar “de juerga”), francés o italiano, representada en incontables ocasiones en los teatros, se ha publicado una versión comic e incluso se ha convertido en una ruta cultural. El Ayuntamiento de Ourense colocó hace años ocho placas ilustradas en los escenarios reales que Blanco Amor desmenuzó con sus letras.
Cambiazo de padrinos políticos
El tiempo (y la justicia) ha transmutado a los padrinos políticos de la película. En 2010, el jubilado e imputado expresidente de la Diputación, José Luis Baltar, el exalcalde socialista en libertad bajo fianza, Francisco Rodríguez, o la autodimitida extenienta de alcalde nacionalista de Ourense, Isabel Pérez, posaban junto al director Ignacio Vilar para anunciar el proyecto. Ninguno ha resistido. Tres años después, el Bloque ha desaparecido por completo de la foto, el heredero del imperio familiar de Baltar padre, su hijo Manuel, y el heredero político de Francisco Rodríguez, su exconcejal de Hacienda ascendido a dedo a la alcaldía, Agustín Fernández, posan ahora en la foto de una idea elucubrada en las traseras de la política por sus predecesores desaparecidos.
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