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La espina clavada de Treviño

El director general de Fagor sigue convencido de la eficacia de su plan de viabilidad Su valoración real sobre la actitud de Mondragón, el mejor secreto

Sergio Treviño, en una sala de juntas de Fagor.
Sergio Treviño, en una sala de juntas de Fagor.javier hernández

Muy seguro de sí mismo, sereno también en medio de la tormenta “porque tengo la conciencia muy tranquila”, Sergio Treviño (Barcelona, 1975) reconoce que tiene “clavada la espina” del rechazo de la Cooperativa Mondragón a su plan de viabilidad para Fagor Electrodomésticos, donde ocupa el cargo de director general desde hace medio año. Guarda el dedo acusador, aunque su rictus de incomprensión por el rechazo al agresivo plan de viabilidad que ha ideado para salvar de la liquidación al faro del cooperativismo vasco alienta las sospechas de que aún fuera posible un último golpe de riñón financiero. De entrada, Gobierno vasco, Diputación de Gipuzkoa, la Corporación Mondragon y alcaldes de los municipios afectados por la situación de Fagor Electrodomésticos, se reunirán durante la tarde de hoy para analizar la situación y las consecuencias que se puedan derivar en materia de empleo.

Treviño no sabe ahora cuál será su futuro laboral, pero tampoco le importa demasiado. Admite que su único objetivo es buscar una tabla de salvación para las líneas rentables, “que existen y son más de una”, de Fagor Electrodomésticos, una empresa a la que conoce en profundidad, dentro y fuera de las plantas ubicadas en el País Vasco.

Acompañado de un bolígrafo en su mano derecha que no abandona en cada una de sus reflexiones sobre el grupo que dirige en el momento más dramático de su larga existencia, Treviño recurre con frecuencia al símil futbolístico, que domina con soltura, para metabolizar los escenarios más comprometidos. Admite que “está en la prórroga y con un claro marcador en contra”, pero confía en la suerte de su equipo porque tiene estudiado el plan.

Cuando fue requerido por Corporación Mondragón en abril de este año para sustituir a Fabián Bilbao, Treviño llegó de su anterior responsabilidad en la empresa francesa Brandt —adquirida en 2005 por Fagor— con los deberes hechos sobre cuál sería el escenario de un progresivo cierre de plantas si fuera necesario idear la salvación del grupo, ya entonces amenazado de quiebra financiera.

Desde su etapa en Brandt, este directivo tiene ideado el ‘plan B’

Treviño venía con la hoja de ruta dispuesta hasta el punto de que si hubiera obtenido ahora el plácet de la Corporación Mondragón le hubiera valido “con apretar el botón”, como él mismo reconoce en la sala de reuniones próxima a su despacho, para activar el drástico proceso de salvación de Fagor Electrodomésticos. De ahí su convencimiento en la eficacia del plan que ha detallado sin éxito a los miembros del consejo rector y de una manera especial a su presidente, Txema Gisasola, con quien ha mantenido incontables reuniones que jamás van a trascender. Treviño es un cooperativista convencido, fiel a los valores de la economía solidaria, pero que silencia un profundo desagrado por el portazo a su plan.

Respetuoso en unas formas inusualmente tranquilas a pesar de la tempestad que le rodea, fajador en el lógico debate sobre las discrepancias que genera una gestión abocada al concurso de acreedores, elegante al límite en el análisis crítico de los errores cometidos por personas ausentes, dedica el tiempo necesario a profundizar en la viabilidad de su apuesta convencido de que le asiste la razón, como a ese aplicado alumno que domina la asignatura por indomable que resulte.

Expectativas ante la reunión de hoy de las instituciones y Fagor sobre empleo

Treviño tiene todas las horas de sus días ahora para la empresa que aún le paga y, además, jamás reniega, en virtud de su ideario cooperativista, del encargo que se le encomendó. En ese tiempo desde que va y vuelve de su residencia familiar en Bilbao, este director general quiere exprimir las recortadas opciones de encontrar una alternativa válida a la amenaza de un “riesgo sistémico” que se cierne sobre buena parte del cooperativismo de Mondragón. Treviño no oculta el alcance que podrían tener las sacudidas internas en el grupo de una hipotética liquidación de Fagor Electrodomésticos.

Mientras se procuran acuerdos terminales con otras firmas para evitar la quiebra, aunque en una clara situación de desventaja en la negociación, Treviño no cejará en el empeño de recordar que aún guarda el plan de viabilidad que tanto anhelaba el Gobierno vasco. Eso sí, Iñigo Urkullu jamás imaginó el portazo interno de la propia Corporación Mondragón.

En paralelo a esta profunda discrepancia entre los rectores de Fagor y de Mondragón, las instituciones buscan medidas paliativas al previsible aumento de desempleo en la zona. Así, a las 16.30 de hoy tendrá lugar en Arrasate una reunión entre la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia; el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, y el de Innovación, Jon Peli Uriguen, además de alcaldes de Debagoiena y Urola, aunque por la Corporación Mondragón nadie ha confirmado su asistencia.

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