Los soplos de dos guardias frustraron cinco operaciones contra narcos
Los agentes quedaron en libertad porque “ya no pueden destruir pruebas”
Los dos guardias de Pontevedra detenidos en julio pasado por informar a bandas del narcotráfico de las Rias Baixas llegaron a frustrar al menos cinco operaciones coordinadas por agentes del Equipo contra el Crimen Organizado (Eco) de la Guardia Civil, según confirmaron fuentes de la investigación. Diego Fontán y Javier López, adscritos a la Comandancia de Pontevedra, abandonaron la prisión de A Lama y quedaron en libertad con cargos el pasado viernes cuando se dio por cerrada la investigación en la que se constata la presunta participación de ambos en soplos que vendieron a los clanes arousanos. El auto de libertad para los guardias, al que no se opuso la fiscalía antidroga, se basa en que los imputados ya no pueden destruir pruebas que les incriminan en la filtración continuada de datos confidenciales, hechos que se remontan a varios años atrás.
Las pruebas obtenidas por la Unidad Central de la Guardia Civil, en colaboración con los servicios de información de la Comandancia de Pontevedra, implican a los dos agentes en la venta al mejor postor de información reservada a intermediaros de distintas organizaciones implicadas en el tráfico de estupefacientes. “Informaban al que más pagaba”, indicaron fuentes relacionadas con el caso. Otro de los objetivos de estas diligencias, aún secretas, fue la investigación patrimonial de ambos imputados después de verificar una a una las repercusiones que a efectos policiales ha tenido la supuesta vulneración de secretos en la que habrían incurrido. Diego Fontán había solicitado la excedencia en la Unidad de Delitos Urbanísticos unos meses antes de su detención para dedicarse al negocio de hostelería, mientras el agente Javier López pertenecía a la unidad Eco y tenía acceso a las investigaciones sobre narcotraficantes. Las sospechas sobre las presuntas corruptelas de ambos se iniciaron a raíz de un operativo que se frustró cuando ya estaba en marcha.
El titular del juzgado número dos de Pontevedra que instruye el caso decretó para los agentes implicados prisión sin fianza aunque dejó en libertad provisional a otro detenidos, Juan Carlos Santorum Navazas, un vecino de Vilanova de Arousa que supuestamente se beneficiaba de la venta de información que le pasaban los guardias. Dos de los arrestados en la redada, Rubén M. N., de Sanxenxo, y Ricardo T. A., con varios negocios de hostelería en Arousa, quedaron en libertad sin cargos después de ser interrogados por la Policía Judicial y no llegaron a pasar a disposición judicial. Los guardias supuestamente colaboraban con importantes organizaciones, entre ellas la conocida como Los Pasteleros, una de las más potentes que operaban en Arousa. Su participación en la venta de información se pudo obtener a través de pinchazos telefónicos y la colaboración de algunos testigos. El juez acusa a los agentes imputados de un delito de infidelidad en la custodia de documentos y al intermediario, de revelación de secretos.
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