La Xunta abre la puerta a que Elnosa siga en Pontevedra más allá de 2014
El Gobierno gallego aduce que una norma europea “debilita” el compromiso del conselleiro
“El objetivo de que Elnosa se fuese [de la ría de Pontevedra] antes de enero de 2014 está jurídicamente debilitado”. El secretario xeral de Calidade e Avaliación Ambiental de la Xunta, Justo de Benito, abría así ayer la puerta a que la fábrica de cloro de Elnosa (que trabaja con mercurio, elemento muy contaminante) permanezca en su ubicación de Lourizán, entre Pontevedra y Marín, más allá de lo prometido por el Gobierno gallego. De Benito aseguró en el Parlamento de Galicia que la Xunta sigue trabajando para que tanto Elnosa como la vecina papelera de Ence abandonen lo antes posible su actual ubicación, en todo caso antes de 2018, pero atribuyó a una norma europea la posibilidad de que la fábrica de cloro no tenga que hacerlo además antes de 2014, como decía contemplar hasta ahora el Gobierno gallego.
Tanto Elnosa como Ence están instaladas en un terreno costero gracias a una concesión estatal que vence en 2018. Aunque el Gobierno gallego siempre aseguró defender la salida de ambas fábricas de su actual ubicación lo antes posible, la nueva Ley de Costas aprobada por el Gobierno central hace unos meses abre la puerta a que el Estado, previo informe de la Xunta, pueda prorrogar la concesión otros 75 años. Los directivos de Ence ya han avanzado que así lo solicitarán. En el caso de Elnosa, la Xunta se había fijado un plazo incluso inferior al de 2018 para su salida de Lourizán. La fábrica de cloro cuenta con una Autorización Ambiental Integrada otorgada por el bipartito de PSOE y BNG en 2008 que en 2011 el actual Ejecutivo del PP renovó hasta enero de 2014. Cuando aprobó esa renovación, pese a que la fábrica no se comprometía a dejar de usar mercurio, el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, aseguró que suponía el inicio de la cuenta atrás para la salida primero de Elnosa y luego de Ence de la ría.
Ayer De Benito argumentó que la nueva Ley estatal 5/2013 de prevención y control de la contaminación, que entró en vigor el pasado 13 de junio, traspone una directiva europea que “impide", según el responsable autonómico, que las Autorizaciones Ambientales Integradas tengan “plazos concretos”. A esa nueva norma se ha agarrado Elnosa, que ha recurrido a la justicia para asegurarse que el permiso para tres años renovado por en 2011 siga siendo válido más allá de enero de 2014.
“Compartimos su preocupación”, le aseguró De Benito a la diputada socialista Patricia Vilán, que lo interrogaba en el Parlamento sobre esa cuestión. El secretario xeral le aseguró que “la voluntad de la consellería es adelantar todo lo posible el cese de actividad de Elnosa”, pero ya nada dijo del plazo de 2014 que había prometido el conselleiro Hernández y se limitó a decir que será “en todo caso antes de que venza la concesión [de los terrenos] en 2018”. La socialista recordó que tampoco esa segunda fecha es segura ya que puede ser prorrogada por el Estado gracias a la nueva Ley de Costas, lo que “va a depender de un informe de la Xunta”.
El agua que se trasvasará a Cecebre tiene excesivo níquel
El responsable de Augas de Galicia, Francisco Menéndez, admitió ayer en el Parlamento que el agua que prevé trasvasar del lago artificial de Meirama al embalse de Cecebre, que abastece a la ciudad de A Coruña, tiene un exceso de niquel, metal que podría ser perjudicial para la salud. Menéndez asegura que cuando ese agua almacenada en el lago en que se reconvirtió el hueco de la mina de Cerceda, de ahí su contaminación metálica, llegue a Cecebre se “diluirá” con el agua del embalse, por lo que se rebajará la intensidad del niquel. El responsable de Augas de Galicia añadió que, además, el agua no llega directamente de Cecebre a los grifos de los coruñeses sino que antes es tratada en una planta potabilizadora, por lo que restó importancia al exceso de níquel en origen.
La respuesta de Menéndez se produjo a preguntas de la nacionalista Ana Pontón, que sospecha que el trasvase de agua de la antigua mina de Meirama a Cecebre a través de una galería subterránea se realizará solo para facilitar la instalación de una turbina eléctrica a mitad de esa nueva conducción. Menéndez lo negó y aseguró que, aunque inicialmente la Xunta contemplaba esa turbina, “se quitó para que no haya dudas de que lo importante es el abastecimiento” y no la generación eléctrica. “Si sigue apareciendo [en los documentos de la Xunta] es un error”, sentenció. También argumentó que la urgencia que tiene la Xunta para acometer el proyecto se debe a que es más fácil construir la galería subterránea entre Meirama y Cecebre antes de que el lago artificial se llene.
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