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Las aulas gallegas se vacían de alumnos por la huelga en educación

La confederación de padres y alumnos cifra el seguimiento en cerca del 90% de los escolares Feijóo ha rebajado el seguimiento de la huelga a entre el 25 y 26 % hasta las 11.00 horas

Manifestación A Coruña
Manifestación A Coruña GABRIEL TIZÓN

El seguimiento de la huelga de estudiantes, padres y profesores en Galicia contra la ley Wert se sitúa cerca del 90% en alumnos y en torno al 70% en profesores, según los primeros datos que ha facilitado la confederación de padres y alumnos de Galicia. Su vicepresidente, Lois Taboada, ha calificado de "éxito rotundo" la convocatoria y ha achacado el menor seguimiento entre los docentes a los servicos mínimos impuestos por la Consellería de Educación. Los sindicatos han ofrecido datos muy parecidos.

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El responsable de CIG-Ensino, Anxo Louzao, ha apuntado que, según los primeros datos, "todo indica que [el seguimiento] puede superar el 90%". CC OO y UGT han cifrado la participación en el paro entre un 80 y un 85% en el caso de los docentes de la educación pública, un porcetaje similar al de los profesores universitarios. Estas centrales calculan que un 25% del personal laboral ha secundado la movilización. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha rebajado el seguimiento de la huelga de profesores y estudiantes a entre el 25 y 26 % hasta las 11.00 horas. La mayoría de centros de Secundaria consultados por este periódico ofrecen datos muy parecidos a los de las centrales sindicales en cuanto al seguimiento entre los alumnos, cifras que bajan al referirse a la participacion del personal docente en la protesta.

En el IES Otero Pedrayo de Ourense han faltado a clase el 99% de los alumnos y el 50% de los profesores; en el Ramón Menéndez Pidal de A Coruña, el seguimiento ha rozado el 90% en el primer caso y se ha reducido a un tercio en los docentes; en el Ánxel Fole de Lugo han participado en el paro el 95% y el 15%, respectivamente; y en el IES Álvaro Cunqueiro de Vigo, los datos son del 98% y del 30%.

"No tengo donde dejarlos, si tuviera, no vendrían", se excusaban esta mañana la gran mayoría de padres a las puertas de centros públicos del centro de A Coruña. En uno tan emblemático como el Eusebio da Garda, faltaron a clases la mitad de los 700 matriculados en Infantil y Primaria. En el programa Madrugadores, a las siete y media de la mañana, también. "Los profesores también estamos en contra de esa ley", explica el director, Manuel Naveira. Pero sin embargo, secundan el paro 16 de los 46 docentes, el 35%. Porque cunde la impresión, explican, que es un protesta "a destiempo". "Con toda la movilización y huelgas que ya hubo sin conseguir ni un cambio, ahora que esa ley está aprobada, ya no se va a conseguir nada", ratifica Naveira. Los docentes están convencidos que en el Senado no se variará ni una coma de la denominada ley Wert.

"Mi madre me obligó a venir, porque trabaja, sino no estaría aquí", comenta un chico de Segundo de Bachillerato en los pasillos del instituto Eusebio da Garda. Su compañero lamenta "no poder escapar" para ir a la manifestación. Sus padres se lo prohibieron. "Sólo venimos 10 de los 30 que somos en mi clase", destaca. Y entre ellos también alguno que no se siente concernido por esta protesta contra una norma educativa "que para mi no sirve". Al terminar este curso hará selectividad, y no la denostada reválida. "Es lo peor de esa ley, tener que hacer dos exámenes en vez de uno además de cambiar la distribución de los colegios y que Religión sea obligatoria", asiente otro adolescente, "moralmente" en huelga pero obligado a estar en las aulas en un instituto con muchas ausencias. El 73% de los 303 alumnos de Bachillerato no fue a clases, en el recuento de primera hora. Entre los de ESO, secundaron la huelga el 48%. "Creo que tiene bastante más incidencia está que las anteriores, sobre todo entré el alumnado", corrobora la jefa de estudios, Benigna Vidal.

Estudiantes de Ferrol y operarios de Navantia desbordan la ciudad

Lorena Bustabad

Buzos y carpetas bajo una lluvia incesante. Son los que piden trabajo y los que aspiran a tenerlo. Miles de estudiantes en huelga contra una ley “clasista y segregadora” y dos millares de operarios de Navantia sin barcos que construir se echaron este mediodía a la calle bajo una marea de paraguas para exigir la retirada de una ley abanderada por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, que califican de “franquista y retrógrada”.

La protesta ferrolana reunió detrás de la misma pancarta a todos los sindicatos, a las ANPAS (Asociaciones de Nais e Pais) de la comarca, a los docentes en huelga y alumnos de todas las edades de colegios públicos y concertados. Los sindicatos, que cifran la asistencia a la movilización en una horquilla que oscila de 7.000 a 10.000 personas, defienden el éxito de una huelga de tres días con un seguimiento que se aproximó al “90%” en la comarca, especialmente en Secundaria y en el campus universitario. Ha sido masivo, entre el alumnado -apenas el 10% acudió a las aulas-, explican, y menor entre los docentes, donde más o menos la mitad acudió a las aulas.

La plantilla de Navantia, que acostumbra a pedir el apoyo de los ferrolanos a sus reclamaciones, salió caminando por la puerta del astillero de Esteiro pasadas las 11:00 para movilizarse, esta vez, por las de los estudiantes.

La protesta desfiló por las calles del centro y en pocos minutos cubrió el trayecto desde el edificio de la Xunta en la plaza de España hasta Armas, donde finalizó poco después de las 12:30 bajo un intenso aguacero que no aminoró en ningún momento y que ya el pasado lunes colapsó la ciudad con importantes inundaciones y atascos. En la protesta se mezclaban banderas nacionalistas y republicanas tras las pancartas del Sindicato de Estudiantes, GalizaNova, IU o BNG junto a los monos de trabajo de los operarios de Navantia y sus auxiliares, asfixiadas por la falta de pedidos. Desde las escaleras del consistorio, Javier Sánchez, presidente de la Federación comarcal de ANPAS, puso voz a las indignación de la comunidad educativa contra una ley que califican de “antidemocrática, antipedagógica, reaccionaria, privatizadora o confesional” e hizo un guiño a los astilleros porque “son el corazón de la comarca”. El rechazo al texto legal es contundente y sus detractores ya plantean nuevas movilizaciones en fechas próximas.

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