La dársena, un negocio redondo

La Marina Real de Valencia será un negocio redondo, “un parque temático concebido para generar beneficios y que da la espalda a los vecinos”, criticó la oposición municipal. El concejal delegado de Urbanismo, Alfonso Novo, defendió este lunes el plan especial encargado a dedo por el Consistorio al arquitecto José María Lozano. El planeamiento que dedica casi monográficamente la antigua dársena a usos terciarios (bares, restaurantes, hoteles y otros espacios recreativos).

Uno de los hitos del plan es la construcción junto al emblemático edificio del Reloj de un hotel de hasta 30 alturas. “No estamos diciendo que por narices tenga que ir un hotel ni tampoco que tenga 30 alturas”, apuntó Novo a la defensiva. Según el edil de Urbanismo, la edificabilidad se puede repartir y construir más inmuebles con menos alturas. Eso dependerá del inversor privado que se interese por la parcela. En cualquier caso, Novo insistió en que las 30 alturas se han colocado al lado del PAI del Grau, donde hay previstos edificios de altura.

El puerto de Valencia, con el que se ha pactado la ordenación, se reserva en el planeamiento la potestad de reconvertir sus edificios de oficinas para uso hotelero o comercial. Incluso los edificios protegidos —uno de los tinglados, por ejemplo—, albergará un espacio gastronómico privado.

“Alguien decidió que no había subvenciones a fondo perdido [para acondicionar la dársena a la Copa del América] y salvo que se demuestre lo contrario hay que devolver el crédito”, recalcó Novo a modo de justificación. “Que se hubieran rasgado las vestiduras antes”, agregó aludiendo a los socialistas, bajo cuyo Gobierno se establecieron las condiciones de explotación de la dársena.

El Gobierno de Mariano Rajoy no parece dispuesto a perdonar el pago del crédito. Y tampoco invertirá más dinero en el Consorcio Valencia 2007, del que forma parte junto a la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia. Este espacio, que la alcaldesa Rita Barberá definió como la “perla del Mediterráneo” deberá sostenerse por sí mismo.

El planeamiento salió este lunes a información pública con los únicos votos a favor del PP tras debatirse en la comisión municipal de Urbanismo. Los tres grupos de la oposición votaron en contra. El documento podría aprobarse en un plazo de tres meses tras someterse a un plan de participación pública.

“Se ha vendido como un nuevo barrio de Valencia, dedicado al disfrute ciudadano. Pero lo que vemos sobre el papel es un parque temático del terciario”, denunció el concejal socialista Vicent Sarrià. Para este grupo, es un plan en bruto, que apunta los usos pero no los define con nitidez. Se duplica la edificabilidad, que pasa de 108.000 metros cuadrados a cerca de 200.000. “Para dotaciones públicas no hay nada. Espero que pongan algún banco porque si no hasta para sentarse habrá que pagar”, ironizó Sarrià.

Novo: “No estamos diciendo que por narices vaya un hotel [de 30 alturas]”

Joan Ribó, de Compromís, apostó por que la revitalización de la dársena no sea un proyecto aislado y se coordine con una estrategia transversal para todos los Poblados Marítimos. Ribó criticó que se adjudicara a dedo el plan, también que se reserve suelo para hoteles cuando hay sobreoferta en la capital. “Además, propone construir tres edificios de seis metros de altura delante de los tinglados del puerto, edificios que están protegidos”, añadió el portavoz.

El concejal de EU Amadeu Sanchis calificó el proyecto de megalómano y alejado de la realidad. “Ya nos vendieron la bonanza que traería a la ciudad la Copa América y, finalmente, se ha demostrado que lo que realmente ha supuesto es un gran coste económico”, añadió el edil.

Lozano es de los pocos arquitectos que apoya la prolongación

Ni rastro, subrayaron Sanchis y Sarrià, de un museo marítimo para la ciudad, ni de un tinglado dedicado a exposiciones u otros usos ciudadanos. Y de José María Lozano, ambos negaron que su elección como redactor del plan fuera una casualidad. “Es uno de los pocos arquitectos que apoya la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez [a costa del Cabanyal] y, por tanto, el arquitecto de cabecera de Barberá”, recalcó Sanchis.

Urbanismo aprobó de forma provisional el Plan Especial de Protección de los Entornos de los BIC del antiguo cauce del Turia, donde se incluye el museo San Pío V o la torre de Serranos. Luego se aprobó el presupuesto de la sociedad municipal de urbanismo, Aumsa. En 2013 se pasó de 10 a 4 millones de euros y para 2014 se prevé que tras otro tijeretazo, el presupuesto se quede en 1,5 millones de euros.